Nietzsche: Del Idealismo a la Filosofía Analítica

De la Filosofía Idealista a la Analítica: Nietzsche, Freud y Einstein

Un estudio de la mente humana, un científico y un filósofo. Los tres han influido muchísimo en la historia de nuestra cultura.

1. Vida y Obra de Nietzsche

Nietzsche vivió en la segunda mitad del siglo XIX, entre 1844 y 1900. Nació en Röcken (Alemania), hijo de un pastor protestante. Estudió filología griega, llegó a profesor universitario, y entró en contacto con la obra del filósofo Schopenhauer y se hizo amigo del músico Wagner, del que se distanció al no estar conforme con la evolución que sufrió la obra del músico. Se debilitó su salud, retirándose a lugares solitarios en busca de un mejor clima. A partir de 1890 sufrió una demencia que lo llevó a estar ingresado en varios sanatorios, muriendo en 1900.

El contexto histórico de Nietzsche, segunda mitad del siglo XIX, estuvo marcado por la guerra franco-prusiana (1870), en la que participó. El progreso iba favoreciendo a minorías poderosas que iban controlando a las masas: sobreexplotación, vidas rutinarias, trabajo excesivo, etc. Nietzsche participó en los dos movimientos culturales de este siglo: el romanticismo y el positivismo. Coincidió con el primero en la defensa de la vida por encima de la razón, y con el segundo en su crítica a la metafísica y defensa de los sentidos. Desde el punto de vista filosófico, se produjo el surgimiento de numerosas corrientes: positivismo, marxismo, espiritualismo, vitalismo, historicismo, etc.

2. Lo Apolíneo y lo Dionisíaco

¿Lo racional o lo irracional?

Nietzsche estudió este conflicto, centrándose en la tragedia griega. En ella, lo apolíneo (dios Apolo), representa la armonía, la luz, la razón, la serenidad, la medida. Lo dionisíaco (Dionisos), representa la embriaguez, la vitalidad, lo excesivo, lo impulsivo, lo desbordante. Nietzsche niega los ideales apolíneos y defiende el triunfo de lo dionisíaco. Ve una lucha entre lo apolíneo y lo dionisíaco, entre la razón y la voluntad espontánea, entre lo medido y el impulso creativo desmedido. Nietzsche defiende que nuestra vida transcurre en esa lucha y critica el triunfo de lo apolíneo en nuestra cultura, fomentado por Sócrates, Platón y el cristianismo.

3. Los Valores

Nietzsche diferencia entre moral de esclavos y moral de señores, o de débiles y de fuertes. A esto llega a partir del análisis de lo que han significado «bueno» y «malo» a lo largo de la historia. En su estudio filológico, Nietzsche defiende que la palabra “bueno” significaba en su origen “noble, aristocrático”, y que “malo”, quería decir siempre “vulgar, plebeyo”. Es después cuando sucede lo que Nietzsche llamó la transmutación de los valores, iniciada por los judíos y seguida por los cristianos. Además, es una falsificación del sentido original: los “malos” (los esclavos, débiles) pasan a llamarse “buenos”, mientras que los buenos (los nobles, aristócratas) se denominan “malos”. Los débiles habían impuesto así su moral sobre los fuertes.

4. La Voluntad de Poder

Según Nietzsche, la vida es, básicamente, voluntad de poder. No es un poder político, y no puede entenderse la vida en un sentido simplemente biológico. Se trata de una apasionada y optimista lucha por vivir. Cualquier represión de esta voluntad expresa un resentimiento contra la vida. La voluntad de poder es una afirmación de desarrollo individual y de vida. Por tanto, el cristianismo con su apuesta por otra vida y por la resignación en esta, y la tradición platónica, con su apuesta por la razón por encima de la vida, son enemigos de esta voluntad de poder.

5. El Superhombre: Dios ha Muerto

Nietzsche afirmaba la futura llegada de una nueva moral. Un hombre que vivirá conforme a la voluntad de poder, creador de valores, sin la carga del remordimiento que trajo la moral de los débiles. El superhombre para Nietzsche es un hombre futuro. Se trata de la vuelta a un hombre primitivo, inocente, y que Nietzsche explica con una metáfora: transformaciones que llevan del camello (que lleva la carga), pasando por el león (agresivo pero incapaz de crear valores) hasta llegar al niño. Esto significa, estar más allá del bien y del mal. Tendrá una vitalidad agresiva, y sobre él no estará nada, ni siquiera dios. Otro tema de su obra: la muerte de dios. Esta muerte, en Nietzsche, significa el final de unos valores que niegan la vida y la afirmación de la misma vida, por encima de cualquier cosa.

6. El Eterno Retorno

Es la defensa de la vida por encima de cualquier otra realidad. Lo recoge de los presocráticos. Si, dios ha muerto, solo nos queda esta vida, este mundo. Para afirmar la eternidad de esta vida, Nietzsche recurre al mito del eterno retorno. Si se rompe con el final del mundo se está defendiendo que este permanecerá para siempre, autoregenerándose. Se trata de una forma de romper con el tiempo lineal cristiano (un principio o génesis y un final o apocalipsis) y de afirmar la eterna importancia de esta vida, su volver a empezar cíclico.

7. Crítica a la Tradición Occidental

La obra entera de Nietzsche es una enorme crítica a la cultura occidental, un martillazo contra los fundamentos de nuestra cultura. Y esta crítica se centra, fundamentalmente, en 4 aspectos:

  • Crítica a la separación entre «mundo verdadero» y «mundo aparente» y al desprecio a la vida. Según Nietzsche la única verdad es la apariencia. Los conceptos son obstáculos porque se ponen en medio y nos separan de las cosas. Hay que destruirlos para poder recuperar el contacto directo con la realidad.
  • Crítica a la moral tradicional. Según Nietzsche la verdadera moral debe ser una afirmación de la vida incondicional. Y nuestra moral dominante es una moral opuesta a la vida, una moral de débiles que triunfó en un determinado momento por el resentimiento.
  • Crítica al cristianismo. Según Nietzsche la religión cristiana ha tenido una influencia muy negativa en nuestra civilización en varios sentidos relacionados con la renuncia a la vida. Ejemplo, sacrificar apetitos y pasiones (ayuno, abstinencia, penitencia, etc.) suponen una renuncia a esta vida. Según Nietzsche, es una moral de débiles, basada en la humillación.

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