Ética Socrática
La filosofía de Sócrates se centra en la ética, enfocándose en el ser humano y sus acciones. Su premisa fundamental es que el hombre es esencialmente su alma, mientras que el cuerpo es secundario. En su ética, Sócrates identifica la virtud con la sabiduría, concepto conocido como intelectualismo socrático. Según esta perspectiva, el mal surge de la ignorancia. La virtud perfecciona la voluntad, mientras que la sabiduría perfecciona el entendimiento, colocándolos en un mismo nivel de importancia. Un aspecto crucial de la ética socrática es que cometer el mal es dañarse a uno mismo, siendo el perpetrador la primera víctima de sus actos injustos, que lo corrompen internamente. Finalmente, el autodominio es una virtud esencial, que implica libertad y control sobre los instintos.
Teología Socrática
Sócrates fue acusado de impiedad y ateísmo, una acusación que no reflejaba sus verdaderas creencias. Él sostenía la existencia de un único dios, al que concebía como inteligencia (nous). Este dios es providente, eligiendo los medios adecuados para alcanzar sus fines y gobernando la realidad en beneficio de la humanidad. La existencia del daimon, un ser espiritual que inspira pensamientos y acciones virtuosas, es una prueba de esta providencia divina, siendo una ayuda para los seres humanos.
La Definición Aristotélica del Ser Humano
Aristóteles define al ser humano como un zóon logikón, un animal dotado de logos, que se traduce como intelecto, razón y capacidad de hablar. Distingue tres funciones principales: vegetativas (nutrición, desarrollo y reproducción), sensoriales (movimiento, apetito sensorial, instinto y conocimiento sensorial) y racionales (intelecto y voluntad, que Aristóteles llama apetito racional). A diferencia de los animales, que son dominados por sus instintos, el ser humano tiene la capacidad de dominar sus actos, lo que le confiere libertad. Aristóteles considera al hombre una síntesis de physis (cuerpo), logos (razón) y ethos (capacidad de ser dueño de sus actos).
Obras de Aristóteles: Un Vistazo General
Aristóteles fue un prolífico escritor y considerado el fundador de numerosas ciencias. Sus obras abarcan una amplia gama de temas. En lógica, escribió el Organon, un conjunto de libros que exploran la naturaleza de la lógica como herramienta para la búsqueda de la verdad. Entre las obras del Organon destacan: Categorías, Analíticos (primeros y segundos), Peri Hermeneias (sobre la interpretación), Las argumentaciones sofísticas y Tópicos. Con un espíritu científico, Aristóteles escribió obras sobre biología (La generación de los animales, Las partes de los animales), física (La física, tratado sobre el movimiento) y astronomía (El cielo y El mundo). Su obra magna, la Metafísica, consta de catorce libros. También escribió sobre psicología (Peri Psichés, sobre el alma), ética (Ética a Nicómaco, un tratado ético dirigido a su hijo), política, retórica (Retórica, sobre el arte de la persuasión) y poética.
Teoría Política de Aristóteles
Aristóteles define al ser humano como un zoon politikón (animal social), incapaz de vivir plenamente fuera de la sociedad. La familia, el ámbito laboral, las amistades y la vida social y política conforman el hábitat natural del ser humano. Solo los dioses y las bestias pueden vivir fuera de la sociedad. Filósofos como Suárez, Hobbes y Locke también reconocieron la sociabilidad del ser humano. Aristóteles sostiene que toda forma de organización política debe regirse por la virtud de la justicia. En contraste, Maquiavelo argumentó que la política no está relacionada con la justicia. Aristóteles clasifica las formas de gobierno según dos criterios: si son justas o injustas y el número de gobernantes. Las formas justas son la monarquía (gobierno de uno), la aristocracia (gobierno de varios) y la democracia (gobierno de muchos). Las formas injustas son la tiranía (gobierno injusto de uno), la oligarquía/plutocracia (gobierno injusto de varios) y la demagogia (gobierno injusto de muchos). Aristóteles no prescribe una forma de gobierno específica, sino que considera que cada pueblo debe elegir la que mejor se adapte a su idiosincrasia. Para él, la virtud de la justicia es fundamental para la vida social.