Giambattista Vico, Hegel y Comte: Tres Visiones de la Historia
Giambattista Vico
Vico sostenía que las únicas áreas donde el hombre puede tener conocimiento genuino son aquellas que él mismo crea: la matemática y la historia. A diferencia de su época, consideraba la historia como el verdadero ámbito humano.
Vico propuso una «historia ideal» providencial, un cauce divino que guía las historias particulares a través de tres edades cíclicas:
- La edad divina: Teocrática y sacerdotal.
- La edad heroica: Dominada por la arbitrariedad y la violencia.
- La edad humana: Caracterizada por la razón y la moderación.
Cada edad, comparable a la infancia, juventud y madurez, posee un estilo único y coherente en todas sus manifestaciones. El ciclo no se cierra al llegar a la edad humana, sino que se repite.
Hegel
Para Hegel, la razón dialéctica rige el mundo y, por ende, la historia universal ha transcurrido de manera racional. La filosofía de la Historia se convierte en una justificación del papel de Dios, donde lo negativo se subordina al plan total del Espíritu.
Hegel ve la historia como un proceso teológico donde los eventos crueles e injustos son instrumentos necesarios del Espíritu del Mundo. La Razón infinita opera en la historia para realizarse a sí misma.
Hegel se enfoca en la meta final, el Espíritu, y en cómo este busca la libertad, sin detenerse en los aspectos dolorosos del camino histórico.
Comte
Comte organizó las ciencias en una jerarquía según la complejidad de sus fenómenos. Desde las matemáticas en la base hasta la Sociología en la cima, cada ciencia dependía de la anterior. Consideraba la Sociología como la ciencia que resolvería los problemas humanos y sociales. Esta visión llevó a Comte a proponer el positivismo, una especie de religión laica basada en la ciencia.
Comte afirmaba que solo la ciencia positiva (positivismo) puede descubrir las leyes que gobiernan la naturaleza y la historia social, entendida como una sucesión de estados sociales.
El Historicismo: La Historia como Devenir
El historicismo es una corriente filosófica, influenciada por Benedetto Croce y Leopold von Ranke, que concibe toda la realidad como el resultado de un devenir histórico. El ser es esencialmente un proceso temporal, incognoscible por la razón pura, y se comprende mejor a través de las «ciencias del espíritu».
El historicismo ve la filosofía como un complemento de la historia, cuya tarea es explorar sistemáticamente los hechos históricos: políticos, científicos, técnicos, artísticos, religiosos, etc., que son relevantes para la vida humana.
Benedetto Croce y la Historiografía
Para Croce, la historiografía es útil para comprender la racionalidad profunda del espíritu. No es un conocimiento abstracto, sino de hechos y experiencias concretas. El conocimiento histórico ilumina la génesis de los hechos.
La Historia, según Croce, es la historia de la libertad, de cómo el ser humano evoluciona. En el plano político, la libertad se manifiesta en el liberalismo, una «religión de la libertad» esencial para el progreso histórico-político.
Croce es considerado el fundador de la escuela «presentista», que postula:
- Una totalidad entre sujeto y objeto en el conocimiento histórico.
- Una relación cognoscitiva activa.
- El condicionamiento social de la ideología del historiador.
Croce niega la posibilidad de un conocimiento histórico objetivo, afirmando que la Historia es una proyección del presente sobre el pasado. La historia siempre es presente, ya que depende de la perspectiva del historiador.
La Nueva Historia
La «Nueva Historia», impulsada por Jacques Le Goff y Pierre Nora, se centra principalmente en la historia de las mentalidades. Busca establecer una historia serial de las representaciones colectivas y las estructuras mentales de las sociedades.
El historiador analiza los datos de su investigación para proponer interpretaciones racionales. El campo de la historia se amplía, y la disciplina se interesa más por los fenómenos de larga duración. La Nueva Historia se relaciona estrechamente con la antropología histórica.