El Pensamiento de Platón: Dualismo, Ética y Política

Vida y Obra de Platón

Platón, proveniente de una familia de la alta aristocracia ateniense, fue una figura clave en la historia de la filosofía. Su verdadero nombre era Aristocles, y «Platón» era un apodo que hacía referencia a sus anchas espaldas. Su vida se desarrolló en el contexto de las Guerras del Peloponeso, un conflicto que enfrentó a Atenas y Esparta. El fin de esta guerra marcó el declive de la democracia ateniense y el ascenso del gobierno de los Treinta Tiranos, aunque posteriormente la democracia fue restaurada.

Profundamente influenciado por su maestro Sócrates, Platón quedó impactado por su condena a muerte, lo que lo llevó a defender fervientemente la esencia de sus enseñanzas. Tras la pérdida de Sócrates, viajó extensamente, visitando lugares como Sicilia e Italia. Durante uno de estos viajes, fue capturado y vendido como esclavo, aunque luego fue rescatado. A su regreso a Atenas, fundó la famosa Academia, una institución que formó a grandes filósofos, entre ellos Aristóteles. La Academia tenía un fuerte enfoque en las matemáticas, como lo demuestra la inscripción en su entrada: «No se acepta a nadie que no sepa geometría».

En cuanto a su obra, Platón desarrolló un género único: los diálogos. Estas conversaciones escritas entre personajes históricos, a menudo en reuniones ficticias, tenían como objetivo transmitir conocimientos filosóficos. Su obra se divide en cuatro etapas:

  • Diálogos de juventud (pensamiento socrático).
  • Diálogos de transición (desarrollo del propio pensamiento).
  • Diálogos de madurez (desarrollo completo de sus teorías).
  • Diálogos de vejez (autocrítica filosófica).

Dualismo Ontológico: Mundo Sensible e Inteligible

Platón concebía la realidad dividida en dos mundos distintos y separados:

  • Mundo sensible: El mundo de las cosas concretas, múltiples y cambiantes, que percibimos a través de los sentidos.
  • Mundo inteligible: El mundo de las ideas universales, eternas e inmutables, que otorgan unidad e identidad a las cosas, y que solo podemos percibir a través del pensamiento.

Las ideas, en este sentido, funcionan como el arjé del cosmos y el principio rector de la realidad. Platón se dedicó a definir estas ideas, buscando la «idea de las ideas», es decir, el carácter esencial del ser de cualquier idea. Concluyó que este carácter está constituido por:

  • Justicia: Equilibrio entre las partes. (Ejemplo: la organización de una colmena).
  • Bien: Excelencia en el comportamiento de cada parte. (Ejemplo: la función de cada abeja en la colmena).
  • Belleza: Contemplación filosófica de la belleza, definida por el equilibrio interno y la excelencia en el comportamiento.

Esta teoría se presenta como una respuesta al relativismo y escepticismo de los sofistas.

Relación con la Alegoría de la Caverna

La alegoría de la caverna ilustra la teoría del dualismo ontológico:

  • La caverna: Representa el mundo sensible.
  • Las sombras en la pared: Representan las apariencias de los entes concretos, la realidad falsa percibida por los sentidos (copias de las ideas) y las obras de arte (copias de los entes concretos).
  • Los objetos que pasan delante de la hoguera: Representan los entes concretos.
  • El exterior: Representa el mundo inteligible.
  • Las cosas iluminadas por la luna y reflejadas en el agua: Representan las entidades matemáticas.
  • Las cosas iluminadas por el sol: Representan las ideas.
  • El sol: Representa la idea de las ideas (el Bien).

El Símil de la Línea y la Naturaleza de la Verdad

Platón utiliza el símil de la línea para explicar los grados de veracidad de la realidad y los correspondientes niveles de conocimiento. Divide la línea en cuatro segmentos, que representan:

  • Eikasia (Imaginación): El nivel más básico y falible del conocimiento, basado en conjeturas y suposiciones no examinadas.
  • Pistis (Creencia): Conocimiento de los entes concretos, basado en la observación y la experiencia sensible (ej: biología, geología, química).
  • Dianoia (Pensamiento discursivo): Conocimiento de las entidades matemáticas, que permite razonar y demostrar el conocimiento (ej: matemáticas).
  • Noesis (Inteligencia intuitiva): Conocimiento directo e intuitivo de las ideas, el nivel más alto de conocimiento.

Los dos primeros niveles (Eikasia y Pistis) corresponden a la doxa (opinión), el conocimiento del mundo sensible. Los dos últimos (Dianoia y Noesis) corresponden a la episteme (ciencia), el conocimiento del mundo inteligible.

La dialéctica, para Platón, es el proceso de ascender al conocimiento de las ideas, a través de la formulación de hipótesis y su posterior refutación, hasta llegar a conclusiones verdaderas. Hay dos vías dialécticas:

  • Dialéctica ascendente: El proceso de captar las ideas en el mundo inteligible.
  • Dialéctica descendente: La capacidad de regresar al mundo sensible para buscar respuestas, aplicando el conocimiento adquirido en el mundo inteligible.

Relación con la Alegoría de la Caverna

  • Caverna, sombras y objetos: Representan la doxa (conocimiento por opinión).
  • Cadenas: Simbolizan lo que nos ata al mundo sensible.
  • Hogueras: Representan la doxa (opinión).
  • Salida ascendente y escapada: Representan el abandono dificultoso de la doxa (conocimiento sensible).
  • Deber que siente el prisionero al salir y estar en la luz: Simboliza la purificación y la fuga de todo elemento sensible.
  • Exterior de la cueva: Representa la episteme (ciencia).
  • Reflejos en la noche y en el agua: Representan las entidades matemáticas.
  • Reflejos del sol: Representan la intelección de las ideas.
  • Ceguera ante el sol: Simboliza la necesidad de la dialéctica descendente.
  • Rechazo de los prisioneros: Representa la ignorancia.

Antropología Platónica: Dualidad Alma-Cuerpo

Platón concibe al ser humano como una dualidad compuesta por cuerpo (sensible) y alma (inteligible). El alma, al ser una idea, posee los mismos atributos: es eterna e inmutable. El cuerpo, por su parte, es considerado la «cárcel» del alma, que la arrastra hacia el mundo sensible. El entendimiento reside en el alma y nos permite contemplar el mundo de las ideas.

El proceso de conocimiento, desde la ignorancia hasta la sabiduría, es visto como una experiencia en la que el alma se libera del cuerpo, un proceso llamado ascesis (purificación del alma de todo elemento sensible).

De la antropología platónica se desprende la idea de la inmortalidad del alma. Influenciado por los pitagóricos, Platón adopta la idea de la transmigración de las almas: cuando el cuerpo muere, el alma regresa al mundo de las ideas y, posteriormente, se reencarna en otro cuerpo.

La teoría de la reminiscencia explica que el conocimiento es, en realidad, un recuerdo de lo que el alma ya sabía cuando habitaba en el mundo de las ideas.

La Ética de las Virtudes

La ética platónica se basa en la división tripartita del alma:

  • Parte concupiscible: Apetitos y deseos (ubicada en el vientre).
  • Parte irascible: Pasiones y sentimientos (ubicada en el corazón).
  • Parte racional: Inteligencia (ubicada en la cabeza).

Cada parte del alma se asocia con una virtud específica:

  • Templanza: Control de los apetitos (parte concupiscible).
  • Fortaleza: Control de las pasiones y sentimientos (parte irascible).
  • Sabiduría (Prudencia): Gobierno de la razón (parte racional). Es la virtud fundamental, de la que dependen las demás.

La justicia, la virtud suprema, se alcanza mediante el equilibrio y la armonía entre las tres partes del alma. Un hombre justo, según Platón, actúa de forma excelente y realiza el bien.

El Mito del Carro Alado: Partes del Alma y Virtudes

Platón utiliza la metáfora del carro alado para ilustrar la estructura tripartita del alma y la relación entre las virtudes:

Imaginemos un auriga (la parte racional) que conduce un carro tirado por dos caballos: uno negro (la parte concupiscible) y otro blanco (la parte irascible). Los caballos representan las pasiones y los deseos, que intentan desestabilizar el carro. El auriga debe mantener el control, representando la necesidad de que la razón gobierne sobre las pasiones para alcanzar la virtud y la justicia.

Si la parte racional no logra controlar a las partes concupiscible e irascible, el individuo se dejará llevar por el mundo sensible y no será virtuoso.

Las Formas de Gobierno

Platón distingue entre formas de gobierno justas (aquellas que buscan el bien común) e injustas (aquellas que persiguen el interés propio):

  • Formas justas:
    • Monarquía: Gobierno del mejor.
    • Aristocracia: Gobierno de los mejores.

    Son justas porque sus gobernantes son virtuosos y buscan el bien común.

  • Formas injustas:
    • Tiranía: Degeneración de la monarquía.
    • Oligarquía: Degeneración de la aristocracia.
    • Demagogia: Degeneración de la democracia.

    Son injustas porque sus gobernantes no son virtuosos y persiguen el interés propio.

Platón consideraba que la democracia podía degenerar en demagogia, donde un líder (el demagogo) persuade a la población para sus propios fines.

La Polis Ideal y su Relación con las Virtudes

En su obra «La República», Platón presenta un modelo de polis ideal, organizada en función de la justicia y el bien común, que sirve como referencia para criticar las formas de gobierno existentes. La sociedad se divide en tres clases, cada una con una función específica y una virtud asociada:

  • Productores: Encargados de la producción de bienes y la satisfacción de las necesidades materiales de la ciudad. Su virtud es la templanza. (Relacionada con la parte concupiscible del alma).
  • Guardianes: Encargados de la defensa y el mantenimiento del orden en la ciudad. Su virtud es la fortaleza. (Relacionada con la parte irascible del alma).
  • Gobernantes (Filósofos-Reyes): Encargados de dictar las leyes y dirigir la polis. Su virtud es la sabiduría. (Relacionada con la parte racional del alma).

En este sistema, los hijos de los productores (los únicos que pueden tenerlos) son sometidos a un sistema educativo multidisciplinario, y su destino en la sociedad se determina en función de sus aptitudes y resultados.

La Teoría de la Reminiscencia (Reiteración)

La teoría de la reminiscencia sostiene que aprender es, en esencia, recordar el conocimiento que el alma ya poseía cuando habitaba en el mundo de las ideas. Platón reafirma la dualidad del ser humano: cuerpo (sensible) y alma (inteligible). El alma, al ser una idea, es eterna, y tras la muerte del cuerpo, asciende al mundo de las ideas para luego reencarnarse en otro cuerpo (transmigración del alma). El proceso de conocimiento, desde la ignorancia hasta la sabiduría, es un proceso de liberación del alma del cuerpo (ascesis), que recorre los niveles de conocimiento descritos en el símil de la línea: Eikasia, Pistis, Dianoia y Noesis.

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