3. LA TEORÍA HILEMÓRFICA Las sustancias naturales son , pues, compuestas de materia (hylé) y forma (morphé). Esta teoría aristotélica se denomina hilemorfismo. Las formas se dan siempre unidas a la materia,
constituyendo ambas el compuesto hilemórfico, que es la sustancia individual La forma es la esencia de las sustancias: lo que cada sustancia es, lo que hace que la materia, que de por sí no es ningún ser en particular, sea precisamente esa sustancia y no cualquier otra. La
forma es también la naturaleza de las sustancias: aquello que determina sus actividades específicas. La forma es lo universal que encontramos en una sustancia, mientras que la materia es el principio que la individualiza y convierte en un ser concreto Se puede reconocer en las formas de Aristóteles las Ideas de Platón. En efecto, las ideas eran también la esencia y naturaleza delos seres naturales, sensibles. Pero, ajuicio de Aristóteles, la
esencia y naturaleza han de ser principios inmanentes, intrínsecos de la sustancia y no extrínsecos. 4. LAS CUATRO CAUSAS Aristóteles considera causas todos aquellos factores que son necesarios para explicar un proceso, es decir, todos aquellos factores que hacen inteligible el movimiento.
Las causas son cuatro: material, formal, eficiente y final
Las causas son cuatro: material, formal, eficiente y final
Para que se produzca un movimiento, es decir, para que algo pase de la potencia al acto, es necesaria la intervención de una causa exterior a la potencia: (por ejemplo, el agua fría no se calienta por sí misma). Esto lo expresa un famoso principio filosófico: todo lo que se mueve es movido por otro. Al agente del movimiento, al ser que lleva a cabo el paso de la potencia al acto se le conoce como causa eficiente (el escultor, artífice de la estatua). Toda causa eficiente actúa otorgando una forma a una materia: la causa material es el sujeto afectado por el proceso, y la causa formal es la forma adquirida por el sujeto después del cambio. Y también ha de tenerse en cuenta es el telos, o la finalidad del proceso: es la causa final. La noción de finalidad es clave en Aristóteles. Las causas material y formal son intrínsecas al efecto causado, mientras que la eficiente y la final son extrínsecas, de modo que pueden desaparecer una vez producido el efecto. Aristóteles señala que en los procesos naturales, cuyo modelo es la generación de los seres vivos, causa eficiente, formal y final coinciden: es la naturaleza. La naturaleza se identifica principalmente con la forma, que configura interiormente a la materia actualizando sus potencialidades. Así la forma, actuando como naturaleza, es la causa eficiente del movimiento de un ser natural, y también el fin al que se dirige su desarrollo. Dado que la forma es intrínseca en los seres naturales, la naturaleza es también el principio intrínseco de movimiento de los seres naturales. Su concepción teleológica de la naturaleza le lleva a afirmar que «en la naturaleza domina la norma, el sentido y la finalidad, no la casualidad”. Para Aristóteles tanto mejor se conocen las cosas cuanto más se conocen por sus causas, de tal manera que define la ciencia como «el conocimiento cierto de las cosas por sus causas». tEOLOGÍA: DIOS COMO PRIMER MOTOR INMÓVIL O ACTO PURO Aristóteles establece la primacía de la forma sobre la materia y del acto sobre la potencia, llegando por este camino a la afirmación de la existencia de un ser que es forma sin materia y acto sin potencia, y por tanto ajeno a todo tipo de cambio. Se trata de Dios como motor inmóvil del universo. Con esto se llega a las fronteras de la física (recordemos: ciencia que estudia los seres dotados de movimiento) para adentrarnos en la Metafísica y en la Teología, en la cual culmina el conocimiento teórico.
En el libro VIII de la Física Aristóteles parte de dos supuestos: primero, que el movimiento es eterno; segundo, que todo lo que se mueve es movido por otro (motor). Todo motor, a su vez, se mueve por otro, y así sucesivamente. Ahora bien, un proceso hasta el infinito es impensable. Así
llega Aristóteles a la existencia de un Primer Motor, que mueva sin ser movido por otro, y que por tanto que es causa eficiente de todo el movimiento del mundo. El Primer Motor es inmóvil y eterno. Mueve por contacto físico y es inmanente al mundo. La razón es que es la
potencia puede no llegar a ser acto, es decir, el hecho de poseer la potencia o capacidad de mover no implica necesariamente que mueva de hecho. En consecuencia, la eternidad del movimiento exige que el Motor Inmóvil sea acto y nunca potencia, ya que si el Motor Inmóvil estuviera en
potencia entonces el movimiento no sería eterno. Aristóteles avanza más que en su Física en lo que se refiere a la caracterización de la naturaleza
del Primer Motor: Dios es una realidad separada del mundo, trascendente al mismo. Ejerce su causalidad sobre el mundo, no ya como causa eficiente y mecánica, pues esto dañaría su inmutabilidad, sino como causa final, como lo amado mueve al amante, como la belleza mueve al que la contempla, como objeto de deseo y amor. METAFÍSICA: LAS CATEGORÍAS: SUSTANCIA Y ACCIDENTES Las categorías aristotélicas son una clasificación de las diferentes formas con las que nos referimos a las realidades concretas y con las que pensamos la realidad. Las categorías constituyen,
además, las diferentes caras que presenta la propia realidad, y son la constatación de que hay concordancia entre pensamiento y realidad.
Aristóteles enumeró un total de diez categorías: sustancia o entidad (ousia), cantidad, calidad, relación, lugar, tiempo, situación, posesión, acción y pasión. Definió la sustancia o entidad como la categoría principal, ya que hace de soporte al resto de categorías, a las que denominó accidentes. La noción fundamental de la metafísica aristotélica es la de sustancia. La define como todo aquello que existe y que es una entidad concreta. Cada sustancia es diferente al resto, es individual y forma una unidad. En sentido estricto la sustancia es la unidad que soporta todos los demás caracteres de la cosa, es lo que está debajo. La substancia es el equivalente del sujeto gramatical, del que se predican las propiedades. 5
La sustancia como cosa individual, que para Aristóteles es lo que realmente existe se denomina también sustancia primera. Los conceptos genéricos (hombre, león, etc.) no existen propiamente, y se denominan sustancias segundas, poseen el ser que consiste en ser predicado o predicable. Lo que se puede predicar propiamente de una sustancia es aquello que le conviene de tal modo que sin ello no sería lo que es, o sea lo que constituye su esencia. Las otras notas que convienen también a la sustancia, pero no «necesariamente”, de tal forma que si faltara alguno de ellas seguiría ésta siendo lo que es, reciben el nombre de accidentes. Los accidentes son las características que pueden atribuirse a una sustancia y que no pueden existir con independencia de ella.