Explorando la Conciencia, el Sujeto y el Proyecto de Vida: Un Enfoque Filosófico

La Conciencia y la Identificación del Sujeto

La conciencia es inicialmente un principio de identificación porque es, para cada uno, su condición de sujeto o su yo. La palabra sujeto (subiectum) significa “el que subyace debajo», lo que queda en el individuo a lo largo de su evolución en el tiempo y sus cambios. Pero lo que permanece es solo el recuerdo en el pasado, hasta donde alcanzan nuestros recuerdos y la conciencia que acompañó nuestra existencia. Esta es la base de la identidad, y no el hecho de que tengamos dentro o consistamos en una esencia eterna e inalterable.

La Génesis del Concepto del Sujeto

En el S. XVI, el filósofo racionalista Descartes hizo del yo el punto de partida y fundamento de su filosofía, y concibió al yo como una sustancia pensante y, por lo tanto, autónomo y permanente. Como cualquier racionalista, considera que el UPDCV es la razón. Con un método adecuado llega a dudar de cualquier conocimiento, pero al mismo tiempo esa duda lo lleva a una evidencia y certeza seguras, y es que cuando pienso que existo, yo que lo pienso soy algo; soy un YO PENSANTE (sum cogitans), soy un sujeto que piensa. El yo, conciencia, alma y sujeto son una misma realidad (RES COGITANS), esta la distingue de la RES EXTENSA y se refiere a cualquier realidad material ya que se define por su extensión. Hablamos de un dualismo porque son dos realidades que no se mezclan. Esta concepción pronto fue criticada por los filósofos empiristas, Locke y Hume. Según ellos, el yo no es más que la conciencia pasajera de un conjunto de sensaciones. Consideran que el UPDCV es la experiencia, con lo que discrepan radicalmente de los racionalistas. El yo no se basa en el pensamiento como en Descartes, sino que las ideas deben partir de las sensaciones que tenemos, que provienen de la realidad exterior y del mundo de los sentidos, no llevan la realidad a un yo aislado en la mente.

Kant trató de resolver esta controversia entre racionalistas y empiristas, distinguiendo entre un yo empírico o fenoménico y un yo inteligible o nouménico. Distingue entre la crítica de la razón pura (CRP) y la de la práctica (CRPr). La CRP delimita las claves sobre los límites y posibilidades del conocimiento y en este ámbito hablamos del YO FENOMÉNICO, es decir, aquello que podemos conocer. Podemos conocer el resultado de la síntesis entre lo dado por el objeto y lo puesto por el sujeto. Significa la síntesis entre materia y forma, y si falta cualquiera de estos dos elementos, el conocimiento sería imposible. Por otro lado, está el NOUMENO (cosa en sí), el YO NOUMÉNICO es incognoscible (no se puede conocer) y será el fundamento de la moral, es decir, de la ética. El yo nouménico va a ser unos supuestos que servirán como condiciones de posibilidad de la moral, como por ejemplo, la libertad; solo un hombre libre puede ser autónomo y tener responsabilidad moral.

Individuo y Persona

La palabra «individuo» se aplica a cada uno de nosotros, significa ‘lo que no se puede descomponer sin perder su naturaleza identificable’. Designa nuestra originalidad y particularidad como seres únicos. Se entiende que cada uno es una personalidad única formada por la síntesis de sus factores hereditarios y aprendidos, y lo que determina sus comportamientos y decisiones. Mientras tanto, la palabra «persona» que también se aplica a nosotros, significa “máscara de teatro” o “personaje” y anteriormente fue utilizado para referirse a la función que desempeña cada uno en la sociedad. Ser persona es ser sujeto de derechos en igualdad con las otras personas. La identidad moral y legal de las personas se basa por lo tanto sobre la base de la universalidad: los mismos derechos y deberes jurídicos para todos.

El Proyecto de Vida

Tenemos que planificar, desarrollar y construir nuestra existencia decidiendo en cada momento lo que queremos. Nuestra existencia discurre sobre el eje del tiempo: nos enriquecemos de lo que nos transmitieron nuestros antepasados y se proyecta en el futuro lo que queremos conquistar. Cuando decimos que el ser humano realiza su PDV, afirmamos que la existencia humana no es un simple vivir como lo hacen los animales. Existir es habitar el tiempo, tener conciencia de vivir y buscar un sentido en la vida; es decir, es tener que inventar nuestra propia existencia. Esto solo puede hacerse dentro de unos límites, que son las condiciones físicas, sociales y culturales que el individuo no puede modificar. Nuestra vida es un problema para sí misma y la solución de este problema.

Pensadores existencialistas: el PDV no es solo un plan, sino que constituye a su verdadero ser, porque el ser humano tiene que hacerse, ya que no es otra cosa que lo que hace el individuo de sí mismo. Jean-Paul Sartre: el PDV se presenta como la conciencia de la libertad de cambiar nuestro proyecto una y otra vez, con el riesgo y la angustia de la continua amenaza de fallar. En el PDV se proyecta la posibilidad de ser uno mismo, tenemos que diseñar nuestra forma de ser y de vivir, anticipar las posibilidades para orientar nuestra vida y tratar de hacerlo real en el marco de nuestra convivencia con los demás seres humanos.

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