Filosofía de Aristóteles y San Agustín: Conocimiento, Antropología y Ética

Aristóteles: Ciencia, Antropología y Ética

La Ciencia según Aristóteles

Para Aristóteles, la ciencia es un saber seguro y permanente que explica las cosas por sus causas. Propuso dos métodos para hallar estas explicaciones causales:

  • Deducción: Se parte de premisas generales para alcanzar una conclusión particular.
  • Inducción: Se observan casos particulares para llegar a verdades universales.

Sostuvo que las ciencias se diversifican según sus objetos. La metafísica, la ciencia más universal, estudia el ser análogo, mientras que las ciencias más particulares estudian objetos unívocos (con un único significado). Las ciencias se clasifican en:

  • Teóricas (como matemáticas).
  • Prácticas (como política).
  • Productivas (como arquitectura).
  • Instrumentales (como lógica).

Aristóteles explica el conocimiento a través de los sentidos y la razón, usando la deducción y la inducción, y clasifica las ciencias según su propósito.

Antropología Aristotélica: El Problema del Ser Humano

Aristóteles, considerado el primer biólogo de la historia, distinguió entre seres animados e inanimados. Un ser animado (vivo) actúa y se mueve por sí mismo, a diferencia de los seres inanimados, que son movidos por otros.

En el ser humano, distinguió entre cuerpo y alma. Propuso un monismo antropológico basado en la teoría hilemórfica, sosteniendo que estos dos elementos no son independientes entre sí. No existe cuerpo sin alma, ni alma sin cuerpo. Se trata de una única realidad en la que se distingue un aspecto material y otro vital.

Además, propuso la teoría del alma: el alma es el principio de vida de los seres vivientes, «aquello por lo que vivimos, sentimos, nos movemos y existimos». Distinguió tres tipos de alma:

  1. Vegetativa.
  2. Sensitiva.
  3. Intelectiva (solo los humanos poseen las tres).

Aunque el intelecto agente sea inmortal, no es individual, sino una realidad suprapersonal. Por lo tanto, el ser humano no es inmortal. Aristóteles no sostuvo, como su maestro Platón, la inmortalidad del alma.

En resumen, Aristóteles explica que los seres vivos tienen alma. El alma humana es una mezcla de cuerpo y espíritu, que da identidad y sentido a cada persona. Aunque el alma tiene un componente inmortal, el destino de esta después de la muerte es incierto para Aristóteles.

Ética Aristotélica: El Eudemonismo

Aristóteles defendió el eudemonismo, una doctrina ética que define la felicidad como el fin último. También encontramos el teleologismo, la doctrina que sostiene que todo en la naturaleza tiene un fin. Para alcanzar la felicidad, es necesaria una vida virtuosa en la que la práctica de la virtud sea habitual.

Aristóteles distingue entre:

  • Virtudes éticas: Relacionadas con nuestras acciones y adquiridas por la práctica (fortaleza, sinceridad, etc.).
  • Virtudes dianoéticas: Intelectuales y obtenidas por la enseñanza.

Aristóteles cuestiona el intelectualismo moral de Sócrates, en el que conocer el bien es suficiente para actuar bien. Para Aristóteles, el conocimiento intelectual no garantiza la virtud, ya que también es necesaria la práctica. No basta con saber en qué consiste el bien, hay que hacerlo.

Desarrolló su teoría de la virtud, donde la virtud es un término medio entre dos extremos viciosos. Para determinar ese término medio y no caer en los extremos, necesitamos la virtud intelectual de la prudencia, que nos llevará a acertar en la vida.

En resumen, Aristóteles plantea que la felicidad se logra a través de la práctica del bien y la virtud. A diferencia de otros filósofos, Aristóteles considera que el conocimiento del bien nos hace libres para elegir y alcanzar la felicidad.

San Agustín: Conocimiento, Antropología y Ética

San Agustín (354-430) fue un filósofo y teólogo cristiano de la Edad Media. Tras su conversión, se convirtió en uno de los Padres de la Iglesia. Su pensamiento combina el cristianismo con influencias platónicas.

El Conocimiento según San Agustín

Tras su paso por el maniqueísmo, el escepticismo y el neoplatonismo, San Agustín encontró la verdad plena en la fe cristiana. Para él, solo existe una verdad, a la que se puede acceder por dos caminos:

  • La razón y la filosofía (que nos acercan a ella).
  • La fe (que nos la da a conocer en plenitud).

Ambos caminos se complementan. Para demostrar la existencia de la verdad, San Agustín halló una certeza primaria de la que era imposible dudar: la propia existencia, ya que no se podría dudar si no se existiera.

Por otra parte, descubrió el camino de la interioridad. Para hallar las verdades últimas, debía olvidarse del mundo externo y adentrarse en el alma humana, donde se descubren las verdades eternas, que requieren también una iluminación divina que proporcione estas ideas al ser humano.

San Agustín explica su teoría de la iluminación señalando que Dios es quien da luz a nuestra inteligencia para que capte las verdades eternas.

San Agustín veía la filosofía como una búsqueda de la verdad, que puede alcanzarse a través de la razón y la fe. Creía que la existencia propia es una certeza básica y que para conocer las verdades eternas se necesita la ayuda de Dios.

Antropología Agustiniana: El Dualismo Alma-Cuerpo

San Agustín sostiene un dualismo antropológico: el ser humano está compuesto de cuerpo y alma.

  • El cuerpo: Para San Agustín es inferior, pero no lo rechaza. Es creado por Dios y pertenece a la esencia del ser humano porque el alma lo necesita para constituir un ser humano completo.
  • El alma: Para San Agustín es superior, espiritual e inmortal, al no poder corromperse ni descomponerse. Está constituida por tres partes: memoria, entendimiento y voluntad.

San Agustín no supo dar una respuesta definitiva al problema del origen del alma, oscilando entre dos posturas:

  • El creacionismo (Dios crea cada alma).
  • El traducianismo (los padres generan el alma).

San Agustín planteó que el ser humano está compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo es necesario para la existencia humana, mientras que el alma es espiritual e inmortal. Aunque San Agustín no resolvió de dónde viene el alma, consideró dos opciones: que Dios crea cada alma o que los padres la generan.

Ética y Moral en San Agustín

En un primer momento, San Agustín sostuvo una postura maniqueísta, en la que el bien y el mal existen positivamente, pero eso significaría que Dios no es bueno al ser el creador del mal también. Sin embargo, posteriormente afirmó que el mal existe como ausencia de bien y, por lo tanto, Dios no puede ser su causa, al ser solo el creador del bien. Distinguió dos tipos de males:

  • El mal físico: El que el hombre sufre y cuya causa es la imperfección de las criaturas. Para San Agustín, el mal es, a veces, un misterio al que solo la fe puede dar respuesta.
  • El mal moral: El que el hombre comete voluntariamente y que es el verdadero mal. No está causado por Dios, sino por la libertad humana, como los pecados.

San Agustín defiende el libre albedrío: la libertad consiste en la elección voluntaria entre el bien y el mal. Sin ella, las buenas acciones no serían dignas de alabanza ni las malas, merecedoras de castigo. La voluntad libre es el motor de nuestras acciones y de ella depende su bondad o maldad, en la medida en que acepta o rechaza la ley divina. Esta ley ha sido impresa por Dios y todas las cosas se ordenan de acuerdo con ella.

San Agustín dijo que el mal no viene de Dios, sino de la falta de bien. Distingue entre mal físico y moral. San Agustín cree en el libre albedrío y afirma que la verdadera felicidad se alcanza cuando se sigue la ley divina y se ama a Dios.

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