Tomás de Aquino y Descartes: Fe, Razón y la Búsqueda de la Verdad

Tomás de Aquino: Fe y Razón en la Escolástica

T. AQUINO. Autor: Filósofo cristiano del siglo XIII, representa la cumbre de la escolástica, responsable de la adaptación de la filosofía aristotélica a la tradición filosófica y teológica del cristianismo. Tema: La salvación humana (objetivo de todo ser humano) no basta con la razón, hace falta la revelación divina, la teología. Ideas principales: Solo con la razón, la verdad de Dios sería conocida por muy pocos y con muchos errores. En cambio, la revelación proporciona un conocimiento siempre verdadero. Además de la filosofía, ciencia de la razón, es necesaria una doctrina sagrada o teología, ciencia de la revelación. Relación de las ideas: Para justificar la tesis de la necesidad de la teología para lograr la salvación, se exponen 2 argumentos:

  • El fin del hombre es conocer a Dios, pero el conocimiento de Dios excede la comprensión de nuestra razón.
  • Si no pudiéramos conocer a Dios por revelación, solo unos pocos hombres lo conocerían y con muchos errores.

Explicación de las Ideas

Según Tomás, para que podamos salvarnos no es suficiente la razón humana, la filosofía, sino también la revelación. Fe y razón son fuentes distintas de conocimiento. El conocimiento racional parte de la experiencia sensible y está limitado por lo que podemos deducir de ella, pero el fin del hombre es Dios y para alcanzarlo, dicho fin debe ser conocido. Nuestra razón no puede llegar al conocimiento pleno de un Dios que no se ofrece a nuestros sentidos, por tanto, debemos recurrir a la fe, que se fundamenta en la revelación divina y que amplía y perfecciona la razón.

Tomás hace referencia a unas verdades accesibles tanto desde la fe como desde la razón, los preámbulos. Según él, hay un ámbito del conocimiento exclusivo de la razón, uno exclusivo de la fe y un campo intermedio a ambas facultades. Ejemplo de preámbulos: Dios existe, el alma es inmortal o el mundo es creado. Las llamadas “cinco vías” son demostraciones racionales de la existencia de Dios. Por tanto, la razón nos puede llevar a conocer que Dios existe, pero nada nos aclara sobre cómo es Dios. Si no conociéramos estos preámbulos también mediante la revelación, muy pocos llegarían a ellos y además, dada la limitación de nuestra razón, podría conducirnos a errores. La revelación permite que los hombres conozcan de forma más fácil y segura a la divinidad. Por esto son necesarias la revelación y la teología.


Vigencia de Tomás

Lo que expone Tomás en el texto depende de si creemos en las premisas de su argumentación. Podemos considerar que el argumento que presenta es correcto lógicamente (es formalmente demostrativo), pero como toda argumentación lógica, da por supuesta la verdad de las premisas. Así, para aceptar la conclusión debemos estar de acuerdo con Tomás en que Dios es el fin al que se dirige el hombre y en que su comprensión excede la capacidad de la razón (necesario la teología). La teología es la ciencia suprema bajo la cual se sitúan los demás saberes y a ella debe ser sierva la filosofía. Esta convicción llevó a la condena de ideas y pensadores, que como Galileo fueron víctimas de la falta de separación radical entre fe y razón. Mezclar ambos campos genera confusión, intolerancia y represión. Tomás inició el proceso de separación entre fe y razón, consideró que la razón tenía cierta autonomía. Ockham defendió una separación mucho mayor y la modernidad culminó la autonomía del pensamiento radical y no debemos renunciar a ese logro de la razón humana.




Descartes: La Razón como Fundamento del Conocimiento

Descartes. Autor: Filósofo y científico francés del siglo XVII. Fue uno de los iniciadores del racionalismo y de la filosofía moderna. Rechazó todo conocimiento ajeno (todo conocimiento ajeno a la razón no es de fiar) y vio en esta facultad el origen y el fundamento del conocimiento. Tema: Descartes propone una búsqueda de un principio firme. Él duda de las certezas comúnmente aceptadas. Concluye que “pienso, luego existo” es el principio. Ideas principales:

  • Dado que los sentidos, en ocasiones nos engañan, puedo poner en duda la validez de las sensaciones.
  • Como a veces nos equivocamos en los razonamientos matemáticos, puedo suponer que mis demostraciones son falsas.

Relación de las Ideas

La duda metódica se aplica a los sentidos, las matemáticas y la realidad. Descartes concluye que yo, que dudo, he de existir. Queda así superada la duda con esta primera verdad que servirá como fundamento seguro de una filosofía firme.

Explicación de las Ideas

Descartes defiende la autonomía del conocimiento humano con respecto a la fe o a las sagradas escrituras y también afirma que la verdad de una proposición depende solo de la razón. No debemos admitir ninguna autoridad ajena al propio entendimiento. En su búsqueda de un saber firme e indudable, el hombre tiene como único apoyo la luz natural de la razón. En ella debemos hallar las verdades elementales a partir de las cuales sea posible construir el edificio entero del saber.

Para Descartes, será fundamental encontrar un punto de partida, una verdad absolutamente cierta, dado que su ideal de ciencia es la matemática, una ciencia deductiva que pretende principios ciertos y evidentes. Con el fin de encontrar esa verdad, propone su duda metódica (rechaza todos los conocimientos de los que es posible dudar). Esto no significa que todo lo que ahora se ha considerado verdadero sea falso, sino que al no ser un conocimiento seguro no puede servir como principio de un saber definitivo.

Hay 3 niveles: la información de los sentidos, las demostraciones científicas y el mundo real, pero la propia duda nos dirige a la primera verdad “pienso, luego existo”. Esta verdad se halla en la razón, fuente primordial del conocimiento para el racionalismo y sirve como base de un saber firme porque es indudable y porque nos ofrece rasgos de cualquier otra verdad. De ello se deduce el criterio de certeza (claro y distinto). Desde la existencia del yo pensante y de la idea innata de infinito, Descartes llegará a la existencia de Dios, y de esta a la del mundo real (infinita-Dios; pensante-yo; extensa-materia).



Vigencia de Descartes

Hoy en día somos mucho más crédulos que Descartes, quien busca una verdad segura y no suele someter todas sus creencias a una duda tan intensa como la cartesiana. Por otra parte, en la actualidad confiamos más en la información de los sentidos de lo que lo hacían los pensadores racionalistas. Incluso podríamos decir que la experiencia sensible constituye el fundamento de la verdad para la mayoría de nosotros. También hay una plena confianza en la ciencia. No importa si desconocemos la demostración o teoría científica que apoya un conocimiento determinado, nos basta con saber que algo tiene un fundamento científico para considerarlo definitivo. En alguna medida la ciencia ha suplantado al dogma religioso sin que podamos demostrarlo racionalmente.

La primera verdad que proclama Descartes, aún admitiendo que no se puede negar su evidencia, hoy no le concedemos el mismo papel que la filosofía cartesiana. El ideal de ciencia deductiva de Descartes ha sido sustituido por el de las ciencias empíricas. Tampoco en la filosofía hay una confianza tan plena en la razón ni se la considera el único apoyo de la verdad. Además, algunas dudas como la que decimos “pienso y luego existo” hemos de aceptar la existencia del pensamiento, pero tal vez damos por supuesta la existencia del sujeto.

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