La Crítica de Nietzsche
Nietzsche, como se puede apreciar en el fragmento comentado, hace una dura crítica de la historia de la filosofía, a la que considera la base del pensamiento occidental. Él denomina a la cultura occidental «platonismo» y «cristianismo», y afirma que nos ha llevado al nihilismo (del latín nihil, nada).
Tipos de Nihilismo
Ahora bien, hay que distinguir varios tipos de nihilismo:
- Nihilismo latente: Se ha dado históricamente en nuestra cultura por ser platónica y cristiana. La historia de Occidente se ha basado en valores sacados de la nada (de la negación de lo que realmente hay: contingencia, devenir).
- Platonismo y cristianismo han hecho pensar la historia como algo que tiene una finalidad y que es una unidad, con ello han pretendido que la historia tiene un sentido, que dirige (como un todo unido) hacia algo (una finalidad).
- Nihilismo patente: Es el de la época presente, en la que la nada que había en los viejos valores se hace patente.
Del nihilismo latente se pasa al nihilismo patente:
- Desaparece la oposición entre el mundo verdadero y el mundo aparente, oposición en la cual se sustentaba la cultura occidental.
- Se cae en la desesperación por no poder encontrar un sentido, una finalidad, en lo que ocurre.
- Ya no se puede describir una unidad organizadora de la historia.
- Predomina el sentimiento de estar arrojado a un mundo incomprensible.
Así, los falsos valores se derrumban y la civilización occidental se queda sin los valores que la habían sustentado: De decir que «Dios es la verdad» (nihilismo latente) se pasa a decir que nada tiene sentido (nihilismo patente).
- Nihilismo activo: Es el que propone Nietzsche, pues es necesario no limitarse a dejar que los viejos valores (nihilismo latente) se derrumben por sí solos (nihilismo patente) sin oponerse a ellos, sino precipitar su desaparición (nihilismo activo).
Y esto porque el nihilismo patente es un estado patológico, ya que siendo lo propio del hombre valorar, el nihilismo patente afirma que nada tiene valor.
El nihilismo activo consiste en crear simulacros de verdades frente a las supuestas verdades de la historia de la metafísica.
Simulacros de Verdades
- Doctrinas falsas que combaten las que pretenden ser verdaderas.
- Y aumentan el sentimiento de fuerza.
La Creación como Alternativa
Ahora bien, según Nietzsche ya no podemos prescindir de los conceptos que se han desarrollado a lo largo de la historia de la cultura.
Quiere decir que ya es imposible pensar, razonar, sin hacer uso de conceptos.
Aunque sepamos que esos conceptos de los que no podemos prescindir sean el error. (Son el error porque niegan lo único que para Nietzsche es real: la contingencia, el devenir.)
Ahora bien, si no podemos prescindir de los conceptos es debido a la gramática:
Ahora bien, si no podemos prescindir de los conceptos es debido a la gramática: «Temo que no vamos a desembarazarnos de Dios porque continuamos creyendo en la gramática.» Debido a la gramática nuestro lenguaje se estructura mediante frases tipo sujeto-predicado y en él es fundamental el verbo «ser».
La alternativa, puesto que no podemos prescindir de la estructura gramatical, es no creer en ella:
Según Nietzsche, hay que ir más allá de cada lenguaje mediante la creación de nuevos valores, de nuevas metáforas.
Puesto que sólo hay contingencia y el hombre es «racional», la manera de asumir la contingencia ha de ser la creación constante de nuevos lenguajes.
Hay que ser creadores. El hombre es el que no pretende racionalizar nada, sino que asume el devenir, el azar, el caos, pues vive en el «amor fatí», es decir, en el amor al destino; ahora bien, entendido por Nietzsche como aceptación de la contingencia con todo lo que pueda conllevar de sin sentido.
Interpretación y Contradicción
Nietzsche puede defender la creación como manera de aproximarnos a la realidad, que es contingente, porque para él no hay «hechos», sino que sólo hay «interpretaciones», las cuales dependen de la perspectiva vital del individuo, la cual, a su vez, depende del lenguaje. Por tanto, todo conocimiento del mundo es sólo interpretación creada.
Nietzsche rechaza la idea de objetividad y defiende el perspectivismo.
Así, a lo largo de la historia ha tenido un papel básico en el desarrollo del saber el principio de no contradicción, pero Nietzsche no lo acepta. Según Nietzsche, el principio de no contradicción no expresa una necesidad, sino una incapacidad. Las cosas no se someten a ninguna regularidad, pues son diferentes, cambiantes y, por tanto, son irracionales, pues en su interior son también contradictorias.
Saberes
El desarrollo de todo saber a lo largo de la historia se ha basado en la razón, por lo que no ha ido más allá de la metafísica tradicional:
En cuanto a las leyes de la naturaleza:
- El universo no está sometido a leyes. Las leyes establecen relaciones «necesarias» donde sólo hay contingencia. Si se cree en leyes naturales no es porque sean reales, sino por su utilidad al hacer más soportable la existencia mediante un orden. Sin embargo, su utilidad es una muestra de decadencia: ocultan la realidad en lo que tiene de caótico e imprevisible.
Y Nietzsche se opone a que se reduzca el universo a un solo concepto (sea el concepto «Dios» o el concepto «átomo») con el que se igualan y pierden las diferencias.
En cuanto a las matemáticas:
La matematización sólo permite establecer relaciones cuantitativas. Cuantificar es eliminar diferencias.
Las matemáticas, según Nietzsche, es mera lógica aplicada.
Es lógica y las matemáticas (que son mera «ciencia formal») no aparece por ningún lado el tema de qué es la realidad: no se lo plantean. Ellas son sólo:
- Un mero convencionalismo de signos: no se ocupan de la verdad o el error, sino de la validez.
- Y ni siquiera se plantean qué valor tienen ellas mismas.
- Además, por ser las matemáticas el lenguaje de la ciencia moderna, la crítica de la ciencia moderna a la religión no es bastante radical, y además, ha sido hábilmente utilizado por el Estado para sus propios fines.
El Método Genealógico
Al ser el conocimiento, según Nietzsche, sólo interpretación, cualquier cuestión teórica debe estudiarse en su dimensión práctica del hombre ha sido planteada por la historia de la metafísica como moral, como oposición entre bien y mal. Así que Nietzsche estudia la moral. El método que emplea es el genealógico:
- Es el estudio de la génesis de los valores morales.
- Es la investigación etimológica e histórica del origen y de la evolución de los conceptos morales.
- Es un método de desenmascaramiento: intenta mostrar lo que hay oculto y todavía activo en los valores morales.
- Pretende descubrir por qué se impusieron determinados valores con el fin de que ahora puedan ser superados.
El método genealógico muestra que el origen de los valores históricos de occidente es la idea de «culpa», la cual tuvo su origen en el paso de la contraposición bueno-malo a la contraposición bueno-malvado. Esta última contraposición, según Nietzsche, es negación de la vida, del devenir, del azar, de las voluntades de poder. Pues, la culpa surge el paso de una moral que quiere la diferencia y crea valores a una moral que condena la excepción y sólo admite los valores ya establecidos.
A la moral basada en la idea de culpa, Nietzsche la llama «cristianismo» y dice que no es más que «platonismo para el pueblo».
Voluntades de Poder
Según Nietzsche, la metafísica tradicional ha defendido la razón, por lo que no ha querido aceptar que lo que realmente hay es irracional. Lo que hay, según Nietzsche, son voluntades de poder.
Según Nietzsche, el poder no es algo sustancial, sino relacional: sólo se da en las relaciones. Las voluntades de poder designan una pluralidad dinámica y que están en lucha en el fondo del ser.
Si lo que hay es pluralidad dinámica y relacional, no hay «causa primera». Esto es para Nietzsche una gran liberación.
En lo físico:
Todo es un caos de fuerzas. Voluntades de poder son lo que hay en las fuerzas.
- Originan la diferencia de cantidades de fuerzas.
- Originan la ruptura de todo equilibrio. No es posible el equilibrio de fuerzas en el caos.
- No son voluntades de conservación, sino de expansión.
En lo psíquico:
- No es voluntad como facultad.
- Tampoco tiene como fin «el placer» ni «la felicidad»: No quiere por carencia.
- Es la vida misma autofirmándose y queriendo crecer. La voluntad de poder es la voluntad de ser más, vivir más, superarse. Es la voluntad de crear, de crear nuevos valores.
- Hay voluntad de poder en cada uno de nuestros afectos.
Lo que llamamos «yo» es el fondo de muchas voluntades de poder que intentan expandirse, crecer, crear nuevos valores.
Ahora bien, si todo son voluntades de poder, lo que ha hecho la metafísica, también es fruto de las voluntades de poder. Nietzsche lo admite, pero añade que en este caso se trata de unas voluntades de poder enfermas, decadentes, que no aceptan ser lo que son: voluntades de poder.
Eterno Retorno
Nietzsche es muy crítico con la visión lineal del tiempo de la cultura cristiana. Y tanto si se quiere trascender hacia la eternidad como hacia el futuro, en ambos casos se sacrifica la inmanencia. Para defender la inmanencia elabora Nietzsche una concepción distinta del tiempo: el eterno retorno.
Nietzsche expone de él dos versiones complementarias:
Una de las versiones es de índole cosmológica:
- Es similar -no identifica- a la idea de los estoicos.
- Nietzsche considera que la energía se conserva, se dará una determinada cantidad de combinaciones de las fuerzas que hay; y como el tiempo es infinito, esas combinaciones se repetirán infinitas veces; por tanto, también esta vida tal como la vivimos volverá a darse idéntica en algún momento.
La otra versión pretende poner el énfasis en la actitud del hombre ante la vida:
- Retorna el instante. Todo es devenir, cambio, azar, y sólo el presente existe, retornando una y otra vez.
- El hecho de que cada momento retorne tiene que conferir al aquí y ahora la dignidad de lo eterno. Se ha de vivir cada instante de manera que pueda volver sin que nos horrorice; es más: incluso con agrado, y con mera resignación.
- La vida es algo experimental.
Ambas concepciones son complementarias, pues aunque se nos exponga un cálculo cosmológico, ningún ser humano lo ha experimentado, por lo que siempre se repite para él la vivencia de un nuevo comienzo, y ello a cada instante.
La teoría del eterno retorno de Nietzsche es:
- Su defensa más radical del mundo «sensible» frente al «verdadero».
- No pretende enmendar el presente: Todo es valioso.
- Rompe el tiempo lineal; la eternidad es la repetición de las combinaciones posibles, incluyendo la que vivimos ahora o la repetición del presente. Así que no hay por qué negar la vida.
Superhombre
Nietzsche también se pregunta si el ser humano sería capaz de soportar la realidad tal como es, sólo inmanente. Por ello propone otro tipo de hombre: el superhombre.
- El que dice que sí al eterno retorno. Es el que dice «¿Esto es vida?; bien, ¡otra vez!» El superhombre es suficientemente fuerte para darse cuenta de que es imposible escapar del presente que retorna, pues no hay ningún más allá.
- Es el que no es reactivo ni negativo: se autofirma.
- Es el que ríe y juega. Para él sólo hay reglas de juego al servicio del arte de la vida.
Posee la inocencia del niño.
En su obra Así habló Zaratustra, Nietzsche expone su idea del superhombre mediante símbolos:
- La existencia del hombre en el nihilismo latente es simbolizada por Nietzsche como un camello que accede a todo lo que exige el dragón del «tú debes».
- El nihilismo activo es simbolizado como la transformación del camello en león. El león no obedece al dragón del «tú debes», sino que afirma a sí mismo «yo quiero».
- Y el superhombre es simbolizado como la transformación del león en niño. El niño no necesita afirmarse contra nada. Es el «yo soy» espontáneo.