David Hume (1711-1776)
Ética: Para Hume, tanto la razón como los sentimientos influyen en la acción moral. Los sentimientos son el fundamento de la ética, lo que la convierte en una ética emotivista. Hume sostiene que los sentimientos determinan la moralidad, la cual está formada por un sentimiento universal compartido por todos. Este sentimiento es la simpatía, entendida como la capacidad de dejarse impresionar por lo que le sucede a otro.
Los seres humanos comparten la forma de sentir y de imaginar dolores, lo que permite comprender no solo lo que uno mismo siente, sino también lo que sienten los demás. A través de la simpatía, se pueden transmitir ideas y sensibilizar a otros sobre problemas y bienes ajenos. Esto, sin embargo, puede generar envidia. Los sentimientos agradables o desagradables surgen de la simpatía hacia las personas.
Hume distingue entre:
- Deberes naturales universales: Acciones a las que uno se siente impulsado instintivamente, como la benevolencia, la simpatía y la compasión.
- Deberes artificiales: Surgen como consecuencia de la reflexión y se utilizan como medio para alcanzar un fin, como la felicidad. La justicia es un deber artificial que satisface sentimientos naturales, convirtiéndose así en una virtud moral.
La ética de Hume es utilitarista, entendiendo la ética desde la perspectiva de la comunidad y no solo desde los deseos individuales. Se busca el máximo bien posible para el máximo número de personas, sin sacrificar al individuo por la comunidad.
Filosofía Política de Hume
Política: La familia es el núcleo social más pequeño. Su enfoque puede considerarse utilitarista, ya que las leyes están diseñadas para su uso, teniendo en cuenta el bienestar de los individuos que forman la comunidad. También es positivista, basándose en hechos contrastables con la experiencia sensible y no en principios ideales como la benevolencia o la simpatía. Esta visión se basa en una concepción optimista del ser humano, capaz de formar una sociedad y una justicia gracias a su sensibilidad, costumbre, simpatía y benevolencia.
Religión según Hume
Religión: Hume critica la existencia de Dios, aunque no puede demostrar que no existe. A partir de la experiencia, tampoco se puede demostrar la existencia de un Dios único. Hume argumenta, basándose en la relación causa-efecto, que la existencia de Dios no puede ser demostrada y que podría ser una ilusión metafísica. Considera que si la religión contribuye al buen funcionamiento de la sociedad, no es necesariamente perjudicial.
John Stuart Mill (1806-1873)
Mill (1806-1873): Su corriente filosófica es el utilitarismo, influenciado por Bentham (fundador de la corriente) y su padre, entre otros.
El Utilitarismo de Mill
El utilitarismo surge en el contexto de la revolución industrial y la revolución científica. Ante las graves consecuencias sociales, se buscaron diferentes soluciones, entre ellas el utilitarismo, que defiende una reforma política y económica para minimizar el sufrimiento. El utilitarismo se considera un pensamiento positivista (originado en Francia con Comte) con el propósito de realizar una reforma social, lo que implica una reforma del saber. Para Comte, la sociedad se basa en su formación intelectual.
El estadio positivo (o científico) se caracteriza por la sustitución de las ideas metafísicas por la investigación empírica, renunciando a lo trascendente. Esto ocurre durante la industrialización.
Psicología y Etología
Psicología (política): Según Mill, la mente humana está regida por leyes de asociación que pueden ser modificadas. Propone una nueva ciencia, la etología, que estudia el comportamiento humano, permitiendo predecir el comportamiento ante una situación. Esto no contradice la libertad, sino que ayuda a corregir comportamientos inadecuados.
Principios Económicos, Éticos y Políticos
El movimiento utilitarista busca el mayor bien posible para el máximo número de personas, minimizando el dolor y maximizando el placer, aunque es imposible eliminar completamente el dolor.
Bentham sostenía que el utilitarismo debía servir para reformar la sociedad, basándose en el placer y el dolor. El principio de utilidad establece una norma de lo justo e injusto, teniendo en cuenta la felicidad de la sociedad. Es importante considerar el número de individuos afectados, y el bien de un individuo no puede prevalecer sobre el de la comunidad.
Críticas al Utilitarismo
Crítica: Para determinar lo bueno, se introducen criterios como la intensidad, duración, certeza y el número de personas afectadas. Mill defiende que la felicidad consiste en el placer y la ausencia de dolor, y considera que los placeres del intelecto y la imaginación son superiores. Además de la cantidad de dolor o placer, introduce la calidad.
Libertad y Sociedad
La libertad es fundamental para alcanzar la máxima utilidad, y la educación es importante para calibrarnos a nosotros mismos. En el ámbito económico, las leyes de producción son inmutables, pero las de distribución pueden ser modificadas por la voluntad humana. La justicia podría corregir el egoísmo de los ricos.
Mill busca la libertad individual sin olvidar que el individuo se desarrolla en una comunidad. La libertad de un individuo termina donde comienza la de otro. El Estado solo puede actuar contra los individuos si estos perjudican a otros. Un sistema político debe garantizar la libertad de pensamiento, religiosa y de expresión para que cada uno pueda vivir su propia vida. Mill defiende la igualdad de derechos para las mujeres y la eliminación de las discriminaciones basadas en orígenes históricos y no naturales.