El Helenismo y sus Corrientes Filosóficas
El Helenismo es una época histórica que comienza con las conquistas de Alejandro Magno y la expansión de su imperio. Este periodo marca la desaparición de las polis como entidades políticas autónomas y, con ello, la transformación de la ciudadanía. La población pasa de ser ciudadana a ser «súbdita», y el centro intelectual se traslada de Atenas a Roma. La época clásica, caracterizada por un equilibrio (Ethos), da paso a una era de crisis, agitación e inestabilidad (Pathos). Las escuelas éticas que surgen durante este período ofrecen respuestas a la incertidumbre y proponen pautas para alcanzar la felicidad.
Estoicismo: Compromiso con la Humanidad
El Estoicismo es una escuela ética que trasciende su época y llega hasta nuestros días. Los estoicos se caracterizan por su compromiso con la sociedad y el género humano.
«Hombre soy, nada de lo humano me es ajeno».
- Para los estoicos, todo lo que existe es materia. Todo lo que influye en algo o es influido por otra cosa es material. El mundo es una totalidad cerrada y compacta; el vacío está fuera de él. No existen géneros ni especies, solo individuos.
- Son cosmopolitas y defienden la igualdad de todos los seres humanos.
- Siguen las ideas de Heráclito y los cínicos.
- Consideran que la vida tiene sentido y que el mundo está bien hecho. La «providencia» es el destino o inteligencia que rige el funcionamiento del cosmos. Nada puede escapar a este destino, ya que es el que hace que todo esté «ordenado» y «funcione».
- La actitud estoica, aunque acepta la «providencia» y el destino, no es pasiva, sino activa. El estoico, convencido de que cada humano es una parte del cosmos, igualmente respetable, no se limita a buscar su propia felicidad, sino que considera a todos los hombres como semejantes y se preocupa activamente por su bienestar.
- Se caracterizan por la lucha contra las pasiones, es decir, la «apatía»: el control de los deseos, las emociones y las pasiones, lo cual impide ser arrastrados por un comportamiento irracional. Las decisiones deben estar guiadas por la razón y la virtud. Solo debe preocuparse de aquello que sea consecuencia directa de sus actos.
- La felicidad es la «ataraxia»: la calma y serenidad frente a los problemas. El sujeto debe ser «fuerte» y forjarse un carácter firme, dispuesto a enfrentar las dificultades y no rendirse nunca.
Epicureísmo: La Búsqueda del Placer y la Ataraxia
Epicuro de Samos, hijo de atenienses, despreció toda investigación y conocimiento que no sirviera para encontrar la felicidad. Para él, una filosofía que no ayudase a evitar el dolor y las preocupaciones sería como una medicina que no curase enfermedades; es decir, una filosofía estrictamente práctica.
Epicuro fundó «El Jardín», una comunidad donde todos veneraban a Epicuro y aprendían de él, similar a un monasterio.
- Los epicúreos son materialistas: todo lo que existe es corpóreo. Coinciden en gran medida con Demócrito. Creen en la coexistencia de leyes naturales que rigen la caída de los átomos y el azar, que provoca movimientos repentinos y espontáneos. Los dioses viven felices en el espacio entre los mundos.
- Para los epicúreos, el criterio definitivo de verdad es el placer y el dolor. Si sentimos placer después de una acción, es que ha sido correcta; si sentimos dolor, es que ha sido incorrecta.
- Todos los seres vivos tienen una tendencia natural e innata a buscar el placer y evitar el dolor.
Los deseos pueden ser:
- Naturales y necesarios.
- Naturales y no necesarios.
- Ni naturales ni necesarios.
Se recomienda buscar siempre los placeres naturales y necesarios, a veces los naturales y no necesarios, pero nunca los no naturales y no necesarios.
Los placeres estáticos consisten en la eliminación de una necesidad o dolor, mientras que los dinámicos constituyen un refinamiento del placer e implican una búsqueda activa del mismo. La ética epicúrea insiste en la conveniencia de vivir con sobriedad.
La «ataraxia» o calma se alcanza suprimiendo el miedo con el tetrafármaco:
- No temer a los dioses.
- No temer al dolor; el dolor es fácil de evitar.
- No temer a la muerte.
- El placer es fácil de conseguir: debemos buscar siempre los placeres naturales necesarios (comer y beber con moderación) y, a veces, los naturales no necesarios.
Los epicúreos no participan en política, sino que buscan el retiro y la tranquilidad del campo («Jardín de Epicuro»).
En física, son atomistas, como Demócrito, y creen que existen infinitos mundos.
Los estoicos, en física, son seguidores de Heráclito. Creen que el mundo es un «todo», lo comparan con un gran animal que tiene vida y del cual todos formamos parte. El fuego es el símbolo de la vida de ese gran organismo y nuestra alma es una chispa de ese fuego eterno (idea retomada posteriormente por Spinoza).
Escepticismo: La Duda Sistemática y la Epojé
Los escépticos se centraban principalmente en la lógica y el lenguaje. La ataraxia o calma proviene de la «epojé» o distanciamiento: no afirmar ni negar nada. Analizan y critican todas las afirmaciones, pero no se comprometen con ninguna. Descartes fue influenciado por los escépticos.
El fin del escéptico es la calma respecto a las opiniones y el equilibrio de las pasiones. Esta escuela filosófica se caracteriza por ser «hipercrítica», es decir, «no se creen nada» para evitar una afirmación falsa sobre el mundo.
No consideraban que existiera un valor bueno o malo en sí mismo, sino que algunas formas de actuar son mejores que otras.