Nietzsche: Contexto Histórico y Pensamiento
Marco Histórico
El panorama histórico de la segunda mitad del siglo XIX está marcado por una serie de revoluciones que plantean el conflicto entre la burguesía y el proletariado. También se observa el enfrentamiento entre el liberalismo burgués y el nacionalismo, así como el auge del anarquismo, el socialismo y el comunismo.
En Alemania, se impuso un modelo de Estado liberal-nacionalista. Otro fenómeno característico de esta época fue el colonialismo, mediante el cual Europa impuso sus valores al resto del mundo.
La cultura se desarrolló en movimientos artísticos como el romanticismo, realismo, naturalismo, impresionismo y modernismo, con escritores como Victor Hugo y Zola, pintores como Van Gogh y músicos como Verdi.
La ciencia experimental se consolidó como el saber más prestigioso, y el siglo XIX se caracterizó por el cientificismo. Los dos conceptos científicos más importantes fueron la energía y la evolución.
En filosofía, tras la muerte de Kant, continuó el idealismo de Hegel, al que se opusieron el materialismo histórico de Marx, el utilitarismo de Mill y el racionalismo de Schopenhauer.
Schopenhauer influyó en el músico Wagner, cuyas óperas exploraban el dolor del mundo y la irracionalidad de la voluntad de vivir.
Pensamiento de Nietzsche
El proyecto filosófico de Nietzsche tiene dos objetivos: comprender cómo ha cambiado la cultura occidental y la causa de su decadencia, y recuperar los instintos vitales que se encuentran en los símbolos y el lenguaje.
La Vida y su Manifestación en el Arte
Nietzsche entiende la vida como un juego trágico de fuerzas y elementos en constante lucha y cambio. Los conceptos que manejamos con el lenguaje no captan la esencia de la vida, por lo que solo el arte es capaz de hacerlo a través de Apolo (que representa la razón, individuación y medida) y Dionisos (que representa la desmesura de la vida y la anulación de la conciencia).
La tragedia griega une estos dos elementos para superar el dolor y el pesimismo de la vida. Sin embargo, esta realidad artística se olvida en la historia.
Crítica a la Cultura Occidental
La inversión de valores ha llevado a la pérdida de sentido, el nihilismo.
Los conceptos y definiciones de la filosofía griega sustituyen el mundo sensible por el real. Los conceptos racionalizan la realidad, inventando modelos estéticos de conocimiento, unificando lo múltiple y olvidándose de lo sensible.
El método genealógico revela la inversión de valores iniciada por Platón y continuada por el judaísmo y el cristianismo, que imponen la moral de esclavos. Nietzsche emprende una crítica a la moral antinatural de Sócrates y Platón, así como a la religión y a Kant.
El Nihilismo como Síntoma
La metafísica, la moral, la ciencia y la religión se basan en valores nulos. Con la muerte de Dios, el ser humano se hunde en el vacío. El nihilismo es propio de una época dominada por el pesimismo, la negación de la vida y la desesperación. Nietzsche distingue un nihilismo activo, que crea nuevos valores y un nuevo modelo de hombre y de filósofo.
Propuestas Nietzscheanas
- Voluntad de poder: Eleva la vida por encima de la perfección, creando nuevas formas bellas y potentes.
- El eterno retorno: Las fuerzas que componen la realidad retornan a lo largo de un tiempo infinito y cíclico, aumentando en cada ciclo el dinamismo creador de la vida.
- El superhombre: Prototipo futuro libre, capaz de soportar el pensamiento del eterno retorno, asumiendo dejar atrás el nihilismo y decir sí a la vida.
- La transvaloración de los valores: Realizada por el superhombre, sustituirá los ideales de nuestra civilización por unos encaminados a la introducción de perspectivas más audaces de existencia.
Ortega y Gasset: Marco y Pensamiento
Marco de Ortega
Durante la vida de Ortega y Gasset, España experimentó diversas formas políticas, desde la monarquía de Alfonso XIII hasta la Segunda República, interrumpida por la Guerra Civil, de la que surgió la dictadura del general Franco.
En el contexto internacional, abundaron los acontecimientos importantes, desde el fin del imperio español con la pérdida de Cuba y Filipinas, hasta la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y la toma del poder por el fascismo italiano y el nazismo alemán, que culminaron con la derrota de ambos en la Segunda Guerra Mundial y la posterior Guerra Fría.
En el ámbito social, se observa la creciente influencia política de la clase media, la extensión de la cultura a todas las clases sociales y la innovación permanente en los movimientos artísticos, que propicia cambios cada vez más acelerados en todos los campos de la creación. Las vanguardias radicalizan su concepción del arte.
Desde los inicios del siglo XX, la ciencia experimenta una revolución en diversos campos. Sin embargo, aunque la ciencia se convierte en un elemento imprescindible de la civilización, su poder destructor es mayor que nunca.
En filosofía, por su vínculo con el pensamiento de Ortega, se deben destacar el neoclasicismo, el historicismo de Dilthey, la fenomenología de Husserl y el pensamiento de Heidegger.
Idea de Filosofía
Ortega concibe la filosofía como pantonomía, como ocupación e interés intelectual por la totalidad del universo.
También el filósofo está sometido a un imperativo de autonomía, renunciando a apoyarse en la tradición anterior y yendo más allá de lo dado.
Tanto la búsqueda de lo universal como la autonomía se basan en la claridad del conocimiento teórico, que usa conceptos.
Vida como Realidad Radical
Ortega critica que las dos tradiciones dominantes en la historia de la filosofía, el realismo y el idealismo, son insuficientes. El realismo concede primacía a las cosas y la naturaleza, mientras que el idealismo da primacía a la conciencia.
La realidad no es la naturaleza ni la conciencia, sino la relación entre un sujeto y su mundo, la vida humana, la realidad radical.
La vida se entiende en un sentido biográfico, no biológico. El yo vive en una determinada circunstancia. El yo y la circunstancia son las dos dimensiones de la vida humana.
En la circunstancia de la vida humana hay dos elementos: creencias e ideas. Las creencias las heredamos de la sociedad y estamos inmersos en ellas. Las ideas las tenemos y elaboramos individualmente sobre las cosas. Las creencias son los límites del pasado en los que se desarrolla nuestra vida. Por ello, no es la naturaleza quien nos determina, sino la historia.
El Hombre como Proyecto
El hombre es historia, vida, y tiene que hacerse libremente, eligiendo constantemente en unas circunstancias determinadas.
El yo posee un proyecto de vida cuya realización permite el perfeccionamiento del sujeto. Nuestra vida es temporalidad, y realizar nuestro proyecto de vida exige un compromiso con el futuro empleando los medios del pasado.
Conocemos el mundo desde la perspectiva de nuestras circunstancias. Esto no significa caer en relativismos, sino atenerse a las formas de presentarse en la realidad. La verdad absoluta es la suma de perspectivas individuales.
Esta verdad como perspectiva es una función de la vida, es razón vital, que es contraria a la razón pura abstracta.
La Generación en la Historia
La sociedad también es un proyecto en el que los individuos alcanzan su identidad y perfección. La identidad es fruto de la pertenencia a una generación, que marca el ritmo de la historia.
En toda sociedad existe una masa que piensa lo que la gente dice y una minoría o élite que forja su propia opinión. Cuando dominan las masas, la sociedad entra en crisis y carece de liderazgo.