Descartes vs. Hume: Racionalismo y Empirismo en la Filosofía Moderna
Método y Aplicación: Los Supuestos del Método de Descartes
Descartes revolucionó las matemáticas con la geometría analítica, logrando la unión del álgebra y la geometría. Inspirado por este éxito, buscó extender este método a todo el conocimiento, creando una ciencia unificada. Comparó el conocimiento con un árbol: la metafísica como raíz, la física como tronco y la ética, la mecánica y la medicina como ramas. Su enfoque priorizaba el uso práctico del saber sobre el meramente teórico.
La unificación del saber cartesiano se basa en tres principios fundamentales:
- La razón es capaz de alcanzar la verdad por sí misma; el error proviene de su mal uso.
- El método debe ser único, ya que la razón es una sola y debe seguir un orden riguroso.
- Si el método es único, el conocimiento resultante también será único y seguro.
Descartes confiaba plenamente en la razón, en contraste con el escepticismo medieval y renacentista. Proponía un escepticismo metodológico: dudar de todas las creencias inicialmente para luego aceptarlas solo si superaban un análisis racional. Sin embargo, advertía del riesgo de desorientación en este proceso y excluía la moral y la religión de este examen, pues su suspensión temporal podría llevar al caos.
Para alcanzar la verdad, la razón opera a través de:
- Intuición: conocimiento inmediato y evidente de una verdad, captada sin esfuerzo (ejemplo: los axiomas matemáticos). Se basa en ideas claras y distintas.
- Deducción: proceso racional que permite obtener verdades a partir de otras ya conocidas (ejemplo: la demostración de un teorema o la resolución de un crimen).
Este método racional busca garantizar un conocimiento sólido y seguro, asegurando que solo lo verdaderamente fundamentado sea aceptado como cierto.
Metafísica de Hume: La Existencia de la Realidad Exterior al Sujeto
La filosofía tradicional, especialmente Aristóteles, afirmaba que la realidad exterior estaba compuesta por sustancias con cualidades captadas por los sentidos. A partir de estas, el entendimiento extraía conceptos que permitían conocer la esencia de las cosas.
Descartes estableció tres sustancias fundamentales: Dios, el mundo y el yo. Sin embargo, Hume cuestionó la existencia de Dios y del mundo basándose en su crítica al principio de causalidad. La única sustancia aparentemente incuestionable era el yo pensante, pues su existencia se basaba en una intuición inmediata y no en la causalidad.
No obstante, Hume también rechazó la idea de un yo como unidad constante e invariable. Según él, la mente es solo un flujo de percepciones cambiantes sin una identidad estable. La noción de un sujeto permanente no se basa en una impresión constante, sino en una construcción de la memoria y la imaginación.
A partir de su revisión del conocimiento humano, Hume desarrolló una postura fenomenista y escéptica:
- Fenomenismo: La realidad no es más que un conjunto de fenómenos percibidos. No hay certeza sobre la existencia de sustancias que los produzcan, ni siquiera sobre la consistencia del propio sujeto.
- Escepticismo: Aunque Hume acepta como ciertos los conocimientos basados en impresiones sensibles, rechaza la posibilidad de un saber absoluto sobre el mundo exterior o el sujeto. Así, no es un escéptico radical, pero sí uno que reduce el conocimiento a su mínima expresión.
El sentido común tiende a afirmar la existencia del mundo y del yo, pero según Hume, esta creencia no es resultado de un verdadero conocimiento, sino de un hábito basado en la memoria y la imaginación.
Las Primeras Verdades: El Cogito Cartesiano
La primera verdad del sistema cartesiano es «Pienso, luego existo» (Cogito, ergo sum). Descartes la considera incuestionable, ya que incluso si un «genio maligno» intentara engañarlo, el acto mismo de dudar confirma su existencia. Cuanto más duda, más certeza tiene de su propio ser como sujeto pensante.
A partir de esta primera certeza, deduce nuevas verdades fundamentales:
- «Yo soy una cosa que piensa»: además de existir, su esencia consiste en el pensamiento. Descartes sigue la distinción escolástica entre existencia y esencia.
Definición de sustancia, atributo y modo:
- Sustancia: aquello que existe por sí mismo
- Atributo: propiedad esencial de la sustancia
- Modo: modificación de una sustancia
A partir de estas nociones, concluye que el yo es una sustancia pensante (res cogitans). Mientras la existencia del pensamiento es incuestionable, la del cuerpo sigue siendo dudosa, pues podría ser una ilusión.
Este planteamiento refuerza el dualismo mente-cuerpo, retomando la idea platónica de que el alma y el cuerpo son entidades separadas. Para Descartes, el cuerpo es un mecanismo gobernado por la mente, similar a cómo un capitán dirige su barco. Sin embargo, esto plantea el problema de cómo interactúan ambas sustancias, una cuestión que generará críticas posteriores.
Las Pruebas de la Existencia de Dios
Para evitar caer en el solipsismo —la idea de que solo su propio yo existe—, Descartes busca demostrar la existencia de algo fuera de su pensamiento, es decir, de Dios. Propone tres pruebas:
- Prueba de la idea de Dios (a posteriori): En la mente del sujeto existe la idea de un ser infinito, eterno y perfecto. Esta idea no puede provenir de la experiencia ni haber sido creada por un ser finito. La única explicación es que Dios la haya puesto en nosotros, por lo que Dios debe existir.
- Prueba de la dependencia del sujeto (a posteriori): Si el yo fuera la causa de su propia existencia, se habría otorgado todas las perfecciones posibles. Pero como el sujeto es imperfecto, su existencia debe depender de un ser perfecto: Dios.
- Prueba ontológica (a priori): La esencia de Dios implica su existencia, del mismo modo que un triángulo implica tres ángulos. No es posible pensar en un ser perfecto sin existencia, pues la existencia es una perfección. Por lo tanto, Dios debe existir necesariamente.
Conclusión del Sistema: La Res Extensa
Demostrada la existencia de Dios, Descartes establece que Dios, siendo un ser perfecto, no puede ser engañador. Esto le permite anular la hipótesis del «genio maligno» y confiar en que las ideas claras y distintas son verdaderas. Gracias a esto, puede recuperar la realidad física, aunque de manera restringida:
- Lo único que percibimos con certeza del mundo exterior es la extensión geométrica, es decir, que los cuerpos ocupan un espacio y tienen dimensiones.
- Todo lo demás son meras interpretaciones subjetivas de la mente y no propiedades reales de los objetos.
Descartes define el mundo físico como res extensa y adopta una visión mecanicista de la naturaleza:
- El mundo funciona como una máquina, donde todo sigue leyes físicas determinadas.
- El mecanicismo es determinista, lo que implica que, con suficiente información, se podrían predecir todos los eventos futuros.
- Se eliminan las explicaciones teleológicas de Aristóteles, centrándose solo en causas eficientes y cuantificables.
Este sistema sienta las bases del pensamiento científico moderno, separando radicalmente la mente del cuerpo.
Comparación Final: Descartes y Hume
El texto compara las filosofías de Descartes y Hume, dos de los pensadores más influyentes de la Modernidad, centrándose en sus concepciones sobre el conocimiento, la metafísica y la ética. Aunque ambos comparten la preocupación por determinar los límites y la validez del conocimiento, sus enfoques son opuestos, ya que Descartes es racionalista y Hume es empirista. Mientras que Descartes sostiene que la razón es la única fuente válida de conocimiento y descarta la fiabilidad de los sentidos, Hume defiende que todo conocimiento debe provenir de la experiencia y rechaza la existencia de ideas innatas, sosteniendo que todas las ideas derivan de impresiones sensoriales previas. En cuanto a la causalidad, Descartes la acepta como un principio fundamental para explicar los fenómenos, mientras que Hume la cuestiona al considerar que no tenemos una impresión sensible de ella, sino que nuestra mente infiere la relación causa-efecto por costumbre o hábito.
En el ámbito metafísico, ambos analizan las sustancias clásicas de la metafísica: Dios, el alma y el mundo exterior. Descartes busca demostrar su existencia a partir de la razón, argumentando que la idea de Dios como un ser perfecto solo puede provenir de Dios mismo y que la existencia del mundo exterior es necesaria, ya que recibimos sensaciones involuntarias que no pueden originarse en nosotros.
Hume niega que podamos conocer la existencia de Dios, el alma o el mundo exterior, ya que no tenemos una percepción directa de ellos, por lo que concluye que estas creencias no son conocimiento, sino productos de la imaginación y la costumbre. En el ámbito moral, también existen diferencias fundamentales. Descartes sigue una postura objetivista, considerando que la moral se basa en principios racionales que permiten determinar lo correcto e incorrecto. Hume, por su parte, defiende una visión subjetivista, sosteniendo que la moral no proviene de la razón, sino de las emociones y sentimientos humanos, de modo que las normas morales no son verdades absolutas, sino que surgen de la experiencia y de la naturaleza humana.
En conclusión, mientras que Descartes confía plenamente en la razón, en la existencia de ideas innatas y en la causalidad como principio del conocimiento, Hume rechaza estos planteamientos y defiende que solo podemos conocer aquello que experimentamos a través de los sentidos, cuestionando la posibilidad de conocer realidades más allá de nuestras percepciones.