La existencia de Dios: una demostración circular
Descartes necesita demostrar la existencia de Dios para recuperar la confianza en la razón después de haber puesto en duda que incluso nuestras ideas claras y distintas (salvo el yo pensante) pueden ser falsas, porque a veces nos equivocamos al razonar, o porque un genio maligno podría hacer que nos engañáramos. Para demostrar la existencia de Dios utiliza razonamientos que considera ciertos, es decir, claros y distintos, y parece no darse cuenta de que ha caído en una argumentación circular14: ¿no habíamos quedado en que podemos equivocarnos al considerar claras y distintas nuestras ideas? ¿cómo vamos, entonces, a usarlas para demostrar algo?
El objetivo de Descartes al demostrar la existencia de Dios era probar que nuestras ideas claras y distintas son verdaderas, pero si todavía no hemos demostrado que lo son, no podemos usarlas para la demostración. Sería algo así como querer construir una escalera con herramientas a las que sólo podemos alcanzar usando la escalera que pretendemos construir. O como cuando a un inmigrante le piden papeles para darle trabajo, pero sólo le dan trabajo
si tiene papeles. O como las manos de Escher que puedes ver en la ilustración de la izquierda, que se dibujan a sí mismas. Descartes admite en el texto que nuestras certezas están garantizadas por la existencia de Dios: “esa mismaregla que antes he tomado, a saber, que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas,esa misma regla recibe su certeza sólo de que Dios es o existe, y de que es un ser perfecto, y de quetodo lo que está en nosotros proviene de Él.”, pero parece no advertir que ha podido demostrar que Dios existe dando por válida la regla de certeza.
La acusación de ateísmo.
En 1642, el rector de la universidad de Utrech lanzó formalmente la acusación de ateísmo contra Descartes. Pese a que en su obra se demuestra la existencia de Dios, éste queda reducido a un principio abstracto y metafísico. y no hay lugar en la concepción del filósofo para el Dios de la Biblia. El Consejo de la Ciudad prohibió a los profesores enseñar la filosofía de Descartes, pero era demasiado tarde para evitar su difusión por
toda Europa. Trece años después de la muerte de Descartes, todos sus libros fueron incluidos por la iglesia en el índice de libros prohibidos, y durante mucho tiempo sería considerado crimen en los países católicos declararse cartesiano.
EL PROBLEMA MENTE CUERPO
Cuando Descartes se pregunta en qué consiste ese yo de cuya existencia no puede dudar, responde así:
…conocí por ello que yo era una sustancia cuya esencia y naturaleza toda es pensar, y que no
necesita, para ser, de lugar alguno, ni depende de cosa alguna material; de suerte que este yo, es decir, el alma por la cual yo soy lo que soy, es enteramente distinta del cuerpo y hasta más fácil de conocer que éste, y, aunque el cuerpo no fuese, el alma no dejaría de ser cuanto es.
Queda claro de ese modo que el pensamiento es substancia, y que es enteramente diferente de la extensión. Sin embargo, en el ser humano, materia y pensamiento se comunican, se relacionan. Somos compuestos de cuerpo y alma.
Para Descartes es evidente la independencia del alma respecto del cuerpo como substancia (puedo fingir que no tengo cuerpo, y no por eso dejaría de existir), y considera que es el alma lo que dota al ser humano de cualidades como la razón y la libertad, que nos convierten en sujetos morales. Tiene una concepción mecanicista de la materia, y cree que lo humano no puede reducirse a algo de lo que pueda darse una explicación puramente mecánica y materialista. Los animales irracionales, en cambio, no están compuestos de cuerpo y alma, y su naturaleza sí puede ser explicada por las leyes de la física mecánica. Eso sí, los animales, que son irresponsables moralmente, nada deben temer tras su muerte; los humanos, en cambio, que somos libres racionales y morales, deberemos dar cuenta de nuestros actos y seremos juzgados de acuerdo con las convicciones religiosas de Descartes. Afirma que es distinta a la que la mente (alma) mantiene con el resto de los cuerpos. ¿Es comparable a la que existe entre un piloto y su nave? En absoluto, la nave es exterior al piloto y lo que ocurre en ella lo conoce como el resto de las cosas físicas. Pero el conocimiento de nuestro cuerpo, aunque comprendemos que es algo enteramente distinto a nuestro yo, a nuestra mente, lo experimentamos de un modo especial, lo sufrimos “desde dentro”. Esa especial relación entre alma y cuerpo es una relación de causalidad: cambios en el cuerpo producen cambios en el alma, cambios en el alma producen cambios en el cuerpo Así, Descartes concluye que alma y cuerpo son en cierto modo substancias incompletas puesto que se necesitan una a la otra para formar al ser humano concreto. Pero sigue teniendo que explicar cómo se produce “de hecho” la relación de causalidad entre las dos substancias, alma y cuerpo. Y de un modo confuso, limitándose a enunciarlo sin llegar a explicar el mecanismo de
esa interacción, dice que la conexión entre alma y cuerpo se produce en el centro del cerebro, en la glándula pineal.