Biografía de Immanuel Kant
Immanuel Kant nació en 1724 en Königsberg (Prusia), en un ambiente influido por el pietismo, una corriente religiosa austera. Estudió Filosofía, Matemáticas y Ciencias Naturales en la Universidad de Königsberg, donde fue profesor. En 1770, obtuvo la cátedra de Lógica y Metafísica e inició su período crítico, en el que publicó sus principales obras: Crítica de la razón pura, Crítica de la razón práctica y Crítica del juicio, entre otras. Su vida fue extremadamente metódica y sin grandes cambios, salvo un conflicto con la censura tras publicar La religión dentro de los límites de la mera razón. Murió en 1804, con su filosofía ya ampliamente reconocida.
Influencias en el Pensamiento de Kant
La filosofía de Kant es una síntesis de tres corrientes principales:
- Racionalismo (Leibniz, Wolff): Defendió la posibilidad de un conocimiento universal y necesario.
- Empirismo (Hume): Le hizo abandonar el dogmatismo y aceptar que la experiencia es esencial para el conocimiento.
- Ilustración: Defendió la razón como medio de emancipación humana.
También influyeron en él:
- Newton: Inspiró su visión del conocimiento científico.
- Rousseau: Le mostró la importancia de la libertad y la moralidad.
Repercusiones y Legado de Kant
- Idealismo alemán (Fichte, Schelling, Hegel): Ampliaron su idea del sujeto como creador de la realidad.
- Marxismo: Su visión de la libertad influyó en el pensamiento inicial de Marx.
- Schopenhauer: Adaptó su distinción entre fenómeno y noúmeno.
- Nietzsche: Criticó su moral basada en el deber.
- Positivismo y neopositivismo: Negaron la metafísica, limitando la ciencia a lo verificable empíricamente.
- Marxismo, vitalismo y existencialismo: Cuestionaron su idealismo y confianza en la razón.
En el siglo XX, Kant también fue clave en el desarrollo de los derechos humanos y de las modernas teorías de la justicia, influyendo en sistemas políticos basados en la libertad y la dignidad. Kant marcó una revolución en el pensamiento filosófico al destacar el papel del sujeto en el conocimiento. Su obra fue fundamental para el desarrollo de la filosofía contemporánea, influyendo en corrientes como el idealismo, el marxismo o la filosofía analítica. Su impacto también llega a la ciencia, al derecho y a la ética.
Contexto Histórico y Filosófico de David Hume
Hume vivió en el siglo XVIII, en plena Ilustración. En Inglaterra, la Revolución Gloriosa de 1688 llevó al poder a la burguesía, estableciendo una monarquía parlamentaria. Gran Bretaña se consolidó en 1707 con la unión de Escocia e Inglaterra. En este contexto, la Revolución Industrial impulsó el desarrollo económico y la expansión colonial británica. En filosofía y ciencia, la física de Newton reemplazó la visión aristotélica, y la química moderna comenzó con Boyle, quien rechazó la idea de los cuatro elementos y propuso una teoría atómica de la materia.
Biografía y Obras de Hume
Hume nació en Edimburgo en 1711. Aunque estudió derecho, se interesó más por la filosofía. Escribió Tratado sobre la naturaleza humana (1739), que no tuvo éxito inicial, pero más tarde publicó Ensayos morales y políticos (1742), con buena aceptación. Trabajó en varios cargos, como bibliotecario y diplomático, y tuvo contacto con filósofos ilustrados como Rousseau y Diderot. Murió en 1776. Su pensamiento se basa en el Tratado sobre la naturaleza humana, del que derivan otras obras como Investigación sobre el conocimiento humano (1748) y Diálogos sobre la religión natural (1779).
Valoración y Escepticismo de Hume
Hume es considerado un escéptico porque negó la certeza absoluta del conocimiento y criticó la metafísica. Sin embargo, no era un escéptico extremo, pues creía en principios universales basados en la naturaleza humana.
Influencias y Aportes de Hume
Hume fue influenciado por el empirismo de Locke y Aristóteles. Se opuso al racionalismo, aunque compartía algunos puntos con Leibniz. Rechazó la visión platónica de las ideas y consideró que la razón estaba subordinada a las pasiones, lo contrario de Platón. Su pensamiento influyó en Kant, quien, aunque lo admiraba, no aceptó su escepticismo. También impactó el pensamiento económico de Adam Smith y el utilitarismo de John Stuart Mill. En el siglo XX, su obra inspiró a filósofos como Russell y Wittgenstein.
Crítica de la Idea de Sustancia según Hume
Tres conceptos centrales de su escepticismo:
- Dios: Rechaza los intentos de demostrar racionalmente su existencia. Argumenta que la idea de un ‘diseñador inteligente’ es una analogía incorrecta y que la religión proviene del miedo humano a lo desconocido.
- El «Yo» (identidad personal): No hay una impresión fija del «Yo», sino una sucesión de percepciones cambiantes. La idea estable es solo una construcción de la memoria y la imaginación.
- El Mundo: No podemos demostrar la existencia de una sustancia material subyacente, solo conocemos las percepciones que tenemos de él.
Consecuencias del Pensamiento de Hume
Hume llega a un escepticismo moderado: no podemos conocer verdades absolutas, pero podemos confiar en la experiencia y en la naturaleza humana para orientarnos en la vida. Su pensamiento influirá en Kant, quien intentará superar el problema del escepticismo, y en corrientes filosóficas como el positivismo lógico y el utilitarismo.
Desarrollo del Pensamiento de Hume
1. David Hume, filósofo del siglo XVIII y figura destacada de la Ilustración, desarrolla su pensamiento marcado por la Revolución Gloriosa de 1688, la consolidación de la monarquía parlamentaria y la Revolución Industrial. En este ambiente de crecimiento económico y expansión científica, con los avances de Newton, Hume adopta una perspectiva empirista, influenciado por el enfoque experimental que subraya la experiencia como la fuente del conocimiento. En su teoría del conocimiento, Hume distingue entre impresiones e ideas, afirmando que el conocimiento proviene de la experiencia y rechazando las ideas innatas. Su concepción de la mente humana como receptora de impresiones directas es un claro reflejo del empirismo que surge con la ciencia moderna. Además, Hume desarrolla que el conocimiento se organiza por asociaciones entre ideas a través de principios como la semejanza, contigüidad y causalidad, los cuales, como señala el texto, son esenciales para la estructura del conocimiento humano. Sin embargo, su crítica a la causalidad es radical: sostiene que no hay conexión necesaria entre causa y efecto, lo que pone en entredicho la certeza de cualquier conocimiento empírico y anticipa problemas filosóficos que Kant explorará más tarde. Finalmente, el impacto de Hume en la filosofía posterior es indiscutible. Destaca cómo Kant reconoce que fue Hume quien lo «despertó de su sueño dogmático», llevando a Kant a desarrollar su filosofía trascendental. El enfoque ético de Hume, basado en los sentimientos, también influyó significativamente. Así, las ideas de Hume marcan un antes y un después en la filosofía moral y científica.
Análisis del Tratado de la Naturaleza Humana de Hume
2. En este fragmento del Tratado de la Naturaleza Humana, Hume critica la noción de sustancia, un concepto central en la metafísica tradicional. Su postura empirista sostiene que todas nuestras ideas provienen de impresiones sensoriales o de reflexión. Sin embargo, al analizar la sustancia, no encontramos ninguna impresión que la represente directamente.
Si la sustancia proviniera de los sentidos, tendría que manifestarse como un color, un sonido o una textura, pero nadie la identifica con estas características. Tampoco proviene de la reflexión interna, ya que nuestras emociones y pensamientos no pueden generar la idea de una sustancia. Para Hume, lo que llamamos «sustancia» es solo una colección de cualidades particulares unidas por la imaginación y el lenguaje.
Un ejemplo que da es el oro: al principio, lo identificamos por su color y peso, pero si descubrimos una nueva propiedad, como su solubilidad en agua regia, la añadimos sin problemas a su definición. Esto demuestra que la sustancia no es algo fijo ni independiente, sino una construcción mental.
Este análisis se relaciona con su crítica a la causalidad: así como no percibimos la sustancia, tampoco vemos directamente la conexión causal entre eventos, sino que nuestra mente la infiere por costumbre. Así, Hume desmonta conceptos tradicionales y refuerza su postura empirista.
Análisis de la Crítica de la Razón Pura de Kant
3. En este fragmento de la Crítica de la razón pura (1787), Kant plantea la distinción entre conocimiento empírico (a posteriori) y conocimiento puro (a priori). Afirma que todo conocimiento comienza con la experiencia, ya que los objetos afectan a nuestros sentidos y generan representaciones. Sin embargo, advierte que no todo el conocimiento procede de la experiencia, pues nuestra propia razón aporta elementos independientes de ella.
Esta idea es fundamental en su teoría del conocimiento trascendental. Kant busca superar el empirismo de Hume, que reducía el conocimiento a la experiencia, y el racionalismo de Descartes y Leibniz, que defendían ideas innatas. Para ello, postula que el conocimiento es una síntesis entre lo que percibimos y las estructuras a priori de nuestra mente. Estas estructuras incluyen el espacio y el tiempo en la sensibilidad, y las categorías (como causalidad y sustancia) en el entendimiento, que organizan la experiencia.
Kant también plantea que hay conocimientos sintéticos a priori, es decir, que amplían el conocimiento sin depender de la experiencia, como en matemáticas o principios fundamentales de la física. Así, establece un nuevo marco epistemológico que garantiza la posibilidad del conocimiento objetivo. En conclusión, este fragmento refleja su giro copernicano, donde la razón no se adapta al mundo, sino que es el mundo el que se ajusta a las estructuras de la razón.
Sensibilidad y Entendimiento en la Teoría de Kant
4. El texto de Kant explica cómo el conocimiento depende de dos facultades: la sensibilidad y el entendimiento. La sensibilidad nos permite recibir información del mundo exterior a través de los sentidos, mientras que el entendimiento organiza y da significado a esa información. Kant deja claro que ninguna de estas facultades es superior a la otra, ya que ambas son necesarias para conocer.
Una idea central del fragmento es que los pensamientos sin contenido son vacíos y las intuiciones sin conceptos son ciegas. Esto significa que no basta con tener ideas abstractas si no están conectadas con la experiencia, ni sirve percibir el mundo sin una estructura que ordene lo percibido. Por ejemplo, un niño que ve un objeto nuevo lo percibe con sus sentidos, pero sin conceptos previos no puede identificarlo ni comprenderlo. Del mismo modo, si alguien solo tiene conceptos teóricos sin relacionarlos con la realidad, su conocimiento será inútil.
Kant también señala que sensibilidad y entendimiento no pueden intercambiar sus funciones: los sentidos no piensan y el entendimiento no percibe. Esto refuerza la necesidad de una cooperación entre ambas facultades. Finalmente, distingue entre estética y lógica, resaltando que una estudia cómo percibimos y la otra cómo pensamos. En conjunto, su teoría explica cómo el conocimiento no es ni puramente sensorial ni completamente racional, sino una unión de ambos.
Epistemología Kantiana: ¿Qué Podemos Conocer?
Kant buscaba responder a la pregunta epistemológica fundamental: ¿Qué podemos conocer? Influido por Wolff (racionalismo) y Hume (empirismo), concluyó que ambos tenían parte de razón. Los empiristas acertaban al afirmar que todo conocimiento comienza con la experiencia, pero los racionalistas también al decir que no todo procede de ella. El ser humano no recibe pasivamente información, sino que estructura activamente el conocimiento mediante formas a priori (como el espacio, el tiempo y las categorías del entendimiento). Kant se comparó con Copérnico; propuso que el conocimiento no depende de que el sujeto se adapte al objeto, sino de que el objeto es estructurado por el sujeto. Esto se conoce como idealismo trascendental, porque el conocimiento depende de las estructuras mentales del sujeto, que son universales y a priori. Esto significa que no conocemos la realidad tal como es en sí misma (noúmeno), sino solo como aparece ante nosotros (fenómeno). El noúmeno queda más allá de los límites del conocimiento humano, pues nunca podemos saber si nuestra representación de la realidad se corresponde con lo que realmente existe.
Kant quería explicar cómo conocemos el mundo y, para eso, analizó tres facultades de la mente: la sensibilidad, el entendimiento y la razón. Su teoría es conocida como idealismo trascendental porque defiende que no conocemos la realidad tal como es en sí misma, sino como aparece ante nosotros después de ser organizada por las estructuras de nuestra mente.
La Sensibilidad
La sensibilidad es la primera facultad del conocimiento y nos permite recibir impresiónes del mundo a través de los sentidos. Pero no percibimos la realidad tal como es, sino que nuestra mente las ordena según dos estructuras básicas: Espacio (todo lo que percibimos está en un lugar) y Tiempo (todo ocurre en un momento). Esto significa que espacio y tiempo no existen en la realidad en sí, sino que son formas de nuestra mente para organizar lo que percibimos. Sin ellas, no podríamos tener experiencias. Las matemáticas son posibles porque trabajan con el espacio y el tiempo, que son universales y a priori. La geometría trata del espacio y la aritmética de la sucesión de números en el tiempo. Las impresiones de los sentidos aún no son conocimiento.
El Entendimiento
Para que tengan sentido, necesitamos el entendimiento, que organiza estas impresiones con conceptos:
- Conceptos empíricos: Vienen de la experiencia (ej: casa, árbol, can).
- Categorías: Son conceptos universales y a priori que no vienen de la experiencia, sino que están en la mente. Kant propuso 12 categorías, como causa, unidad, existencia… La física es posible porque utiliza categorías como la de causalidad (todo tiene una causa), que no vienen de la experiencia, sino que están en nuestra mente y sirven para ordenar los fenómenos.
La Razón
La razón es la tercera facultad y busca conocer las verdades más generales. Pero tiene un problema: intenta ir más allá de la experiencia y conocer cosas que están fuera de nuestros límites, como Dios, la alma o el mundo como un todo. Si usa estas ideas como guías para organizar el pensamiento, es útil. Pero si las considera realidades que podemos conocer, comete errores y contradicciones. La metafísica no puede ser una ciencia, porque intenta conocer cosas que están fuera de los límites del conocimiento humano. La razón teórica no puede demostrar ni negar la existencia de Dios, la inmortalidad del alma o la libertad. La única postura racional es el agnosticismo.
Conclusión de la Epistemología Kantiana
Para Kant, el conocimiento requiere tanto la experiencia como las estructuras de nuestra mente. Las matemáticas y la física son posibles porque se basan en estructuras universales de la mente, pero la metafísica no puede ser una ciencia porque quiere ir más allá de lo que podemos conocer. Aunque no podemos demostrar cosas como la existencia de Dios o la libertad, quizás tengan sentido no en el ámbito del conocimiento, sino en el de la moral (razón práctica), algo que Kant estudiará en otra obra.
La Ilustración: Contexto y Características
La Ilustración fue un movimiento ideológico, político y cultural del siglo XVIII que confiaba en el progreso humano a través de la razón, la educación y la ciencia. Surgió a partir de las revoluciones científica e intelectual del Renacimiento, del racionalismo moderno y del empirismo inglés. Se desarrolló de manera diferente en cada país.
- Razón y conocimiento: La razón es la clave para liberar a la humanidad de la ignorancia y los prejuicios. Todo debe someterse a un examen racional para evitar supersticiones y creencias infundadas.
- Deísmo: Aceptan la existencia de un Dios creador, pero sin intervención divina en la vida humana. Rechazan las religiones organizadas y promueven una religión basada en la razón.
- Educación: Fundamental para la igualdad y el progreso. Un pueblo educado puede tomar decisiones informadas y evitar la manipulación de los poderosos.
- Progreso científico: La ciencia y la investigación permiten comprender la naturaleza y mejorar la sociedad. La confianza en la ciencia lleva a la idea de un progreso constante y sin límites.
- Tolerancia: La libertad de pensamiento y religión es esencial. Rechazan la imposición de creencias y fomentan el respeto a la diversidad de ideas.
- Crítica al absolutismo: El poder debe basarse en la voluntad popular y no en derechos divinos. Defienden sistemas políticos basados en la soberanía de la nación y en la separación de poderes.
La Revolución Francesa fue el evento culminante de la Ilustración, y su metáfora central era la luz contra las tinieblas de la ignorancia. Kant resumió este espíritu en «Sapere aude» («atrévete a saber»), promovendo el uso autónomo de la razón.
Ética Kantiana: Razón Práctica y Deber Moral
Kant distingue entre el uso teórico y práctico de la razón:
- El uso teórico busca responder ¿Qué puedo conocer? y se aplica a las ciencias.
- El uso práctico trata de responder ¿Qué debo hacer? y se basa en la moral, orientando el comportamiento humano a través de normas.
Crítica a las Éticas Anteriores
Kant rechaza las éticas tradicionales porque dependen de la experiencia y establecen normas basadas en deseos o bienes concretos (felicidad, placer, utilidad). Estas éticas son:
- Heterónomas: La norma viene del exterior (no del propio sujeto).
- A posteriori: Dependen de la experiencia y no son universales.
- Relativas: Lo que se considera bueno varía según la persona o cultura.
El Imperativo Categórico
Frente a estas éticas, Kant propone una moral universal y autónoma, basada en el deber por el deber. La acción moral no debe depender de las consecuencias, sino de la intención de cumplir con el deber. Los mandatos morales se expresan en imperativos categóricos, que son a priori, universales y absolutos. Kant formula tres versiones de este principio:
- Ley Universal: “Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal.”
- Fórmula del fin en sí mismo: “Obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en ti como en los demás, siempre como un fin y nunca como un medio.”
- Fórmula del legislador universal: “Obra como si tu voluntad fuese la legisladora de una ley moral universal.”
Libertad, Dignidad y Progreso Moral
- La libertad es un requisito de la moralidad: solo si somos libres podemos ser responsables de nuestras acciones.
- La dignidad humana se basa en que todas las personas, por el hecho de ser racionales, tienen un valor absoluto y no deben ser tratadas como simples medios.
- Kant imagina un progreso moral de la humanidad hacia una sociedad justa y pacífica, regulada por la razón y el respeto mutuo (La Paz Perpetua).
Postulados de la Razón Práctica
Kant postula tres principios necesarios para la moralidad:
- Liberdade: Debemos suponerla para que la moral sea posible.
- Inmortalidad del alma: Como la perfección moral no se puede alcanzar en la vida, debe haber una vida posterior.
- Existencia de Dios: Dios garantiza que la felicidad y la moralidad coincidan finalmente.