Descartes y Nietzsche: Racionalismo vs. Interpretación en la Filosofía Moderna

Contexto Filosófico

Filosóficamente hablando, las ideas sufren una crisis tan profunda como todos los demás aspectos de la cultura. La filosofía “oficial” de la época seguía siendo la Escolástica medieval; pero estaba claro que esa filosofía dogmática y que rechazaba la crítica no podía satisfacer la inquietud de los intelectuales de la época, marcados por las novedades que había traído el Renacimiento y, sobre todo, el nuevo enfoque de la ciencia, representado por personajes de la talla de Copérnico y Galileo, que revolucionaron la manera de entender no sólo el mundo, sino también el Universo. Sin embargo, también en este aspecto el pasado se resiste a morir: la Inquisición se muestra muy activa y a Galileo casi le cuestan la vida sus descubrimientos científicos. El mismo Descartes, pese a su prudencia, no se salva de persecuciones y conflictos con el poder (no es anecdótico que Descartes publicara el Discurso de forma anónima). En Francia la figura de Montaigne representa la revitalización del escepticismo antiguo. Este autor, tan hijo de su época como Descartes, concluye, ante las contradicciones en el campo del conocimiento y de la religión, que no nos es posible conocer la verdad y que, por tanto, debemos atenernos a la duda. La filosofía de Descartes se constituirá en franca oposición a esta postura e, incluso, el recurso a la duda por parte de Descartes no representa sino el mismo intento de combatirla y desarmarla en su propia raíz. En el campo de la física, destaca la figura de Gassendi, revitalizador a su vez del antiguo atomismo griego. Para Gassendi, la naturaleza se compone de átomos y, por tanto, no hay en ella ninguna necesidad, siendo la materia finitamente divisible. Frente a estas tesis, Descartes planteará un modelo de naturaleza mecanicista, en el que todo es explicado recurriendo sólo a la materia y a su carácter extenso, siendo ésta infinitamente divisible. La polémica entre Descartes y Gassendi marcará gran parte del desarrollo de la Física durante este siglo. Además, Gassendi se erigió en uno de los críticos más mordaces de la concepción de la sustancia de Descartes. Tampoco podemos entender cabalmente el pensamiento cartesiano sin entroncarlo en la tradición escolástica, de la que, en un principio partió, y de la que se presenta como su alternativa más completa. La relación de Descartes con la escolástica es ciertamente ambigua: toma de ella alguno de sus conceptos claves (por ejemplo, las nociones de Dios y de sustancia), pero, al mismo tiempo, reniega firmemente de la validez de sus métodos.

Nietzsche y Descartes: Un Diálogo Filosófico

A partir del escepticismo, de la duda metódica, Descartes trata de encontrar un punto de apoyo que le sirva como instrumento de certeza para interpretar el mundo, y lo encuentra en el cogito, el pienso, luego existo. A partir de esta certeza poseemos unos parámetros con los que movernos en el mundo. Nietzsche niega la posibilidad de esa certeza; para él no existen verdades que puedan servir como puntos de apoyo, lo único que hay son interpretaciones de esa verdad. Niega, en definitiva, que podamos encontrar un instrumento infalible para aprehender la realidad y que tenga una validez universal.

Descartes es el padre del racionalismo: la razón es autónoma, universal, fuente de conocimiento, la única vía posible para luchar contra la autoridad y para conocer la realidad. Es el único instrumento capaz de guiarnos en el conocimiento fiable. La sustancia pensante o alma posee la razón, que si está guiada por un método adecuado, la conducirá al conocimiento y de todas las verdades que se proponga. Descartes identifica al hombre con el alma. El cuerpo no es más que una máquina que funciona como un engranaje, mientras que el alma posee el instrumento de la razón capaz de llegar al conocimiento de lo real. Nietzsche, al contrario, realiza una defensa de los sentidos y de los instintos de vida; estos nunca nos engañan, mostrándonos la multiplicidad, el cambio que establecerá una nueva antropología, eliminando esta concepción dualista que ya inició Platón. Nietzsche propone la transvaloración de los valores y afirma que hay que recuperar la inocencia transcribible y estar más allá del bien y del mal.

Actualidad del Pensamiento Cartesiano

El mérito de Descartes consistió en explorar a fondo y de manera coherente una de las dimensiones del hombre (el uso teórico de su razón), llevando hasta sus últimas consecuencias esa investigación. Al hacerlo tuvo que romper audazmente con una larga tradición y, quizás sin saberlo, iniciar una línea de pensamiento que fue decisiva en la construcción de la Europa moderna: por primera vez, el sujeto individual se afirma como el juez que va a decidir acerca de la verdad o falsedad de la realidad que le rodea. En adelante, el individuo será el protagonista del mundo y no sólo un mero y pasivo espectador. La sociedad contemporánea no ha hecho otra cosa que llevar también hasta sus últimas consecuencias este giro individualista iniciado por Descartes.

Por último, la invocación cartesiana a la necesidad de “dudar al menos una vez en la vida de todo” sigue constituyendo un excelente ejercicio de reflexión crítica ante todo tipo de prejuicios y verdades oficiales, pues sólo nuestra razón y la de otros puede ayudarnos a no acomodarnos en las creencias establecidas. Sólo así los enemigos de la razón (adivinos y echadores de cartas, profetas de diversa índole, defensores de una única verdad, etc.) pueden ser desenmascarados como mercaderes de la confusión. Y es que la razón humana no es ni debe ser nunca omnipotente, está claramente limitada, pero es el mejor instrumento con el que contamos para vivir. Por ello mismo, hoy, que la “mitología científico-tecnológica” preside nuestra manera de concebir el mundo, sea aún más necesario dudar de todo lo dudable, mas no por ello olvidándonos de que dudar es una manera de vivir y compartir, no un mero y solitario ejercicio de filósofos profesionales o de distraídos y ociosos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *