Rousseau: Un Filósofo Singular de la Ilustración
Introducción
El siglo XVIII en Europa, conocido como el Siglo de las Luces, estuvo marcado por la influencia de la Ilustración. Este movimiento cultural, originado en Gran Bretaña y Francia, promovía la razón, la ciencia y la cultura como herramientas para combatir la superstición. Los ilustrados confiaban en que el progreso de la civilización y la expansión de la educación conducirían al avance de la humanidad.
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) se distingue entre los filósofos ilustrados. Aunque defendía la tolerancia religiosa y la libertad, Rousseau sostenía una visión crítica: la ciencia y la cultura, lejos de mejorar al ser humano, lo habían corrompido.
La Antropología de Rousseau: Del Estado de Naturaleza a la Sociedad
El Ser Humano en Estado de Naturaleza
A diferencia de otros ilustrados, Rousseau valoraba más los sentimientos y las emociones que la razón. Argumentaba que el exceso de racionalidad había llevado a la decadencia y la corrupción moral.
Según Rousseau, antes de la sociedad, en el estado de naturaleza, el ser humano era libre, bondadoso y feliz. La creación de la sociedad y la vida en grupo alteraron radicalmente esta condición.
- Amor a sí mismo: En estado de naturaleza, el ser humano posee un instinto de conservación moderado por la piedad (repugnancia al sufrimiento ajeno).
- Corrupción por la razón y la sociedad: El desarrollo de la razón y la sociedad corrompen la piedad natural, sustituyendo el amor a sí mismo por el amor propio.
- Propiedad privada: La aparición de la propiedad privada fomenta el egoísmo y aleja al ser humano de su espontaneidad natural.
Crítica a la Civilización y Propuesta de Reforma
Rousseau veía la civilización como un factor de empeoramiento, aumentando el orgullo y la ambición. Consideraba a los pueblos primitivos, aunque incultos, más nobles y bondadosos.
Consciente de la imposibilidad de regresar al estado de naturaleza, Rousseau propone una reforma profunda de las formas de vida, centrada en la educación y la organización política, para recuperar la bondad y espontaneidad naturales.
La Educación según Rousseau: El Emilio
Rousseau consideraba prioritaria la reforma educativa. Criticaba las prácticas pedagógicas que priorizaban la acumulación de conocimientos en lugar de fomentar el desarrollo de la libre espontaneidad del niño. El maestro debía salvaguardar las mejores características del alumno.
Su propuesta pedagógica se expone en Emilio, obra que describe la educación de un niño desde su infancia hasta su juventud, basada en la curiosidad y la experiencia para permitir el florecimiento de la bondad natural.
La Filosofía Política de Rousseau: El Contrato Social
Hacia un Nuevo Pacto Social
Rousseau, aunque crítico con la civilización, reconocía las ventajas de la vida en sociedad. Proponía un nuevo contrato social que permitiera conservar la libertad original del estado de naturaleza, pero disfrutando de los beneficios de la vida en común.
Rechazaba el modelo contractualista de Hobbes, donde la colectividad entrega el poder a un individuo (el soberano). Para Rousseau, esto implicaba la pérdida de la libertad individual.
La Soberanía del Pueblo y la Voluntad General
Rousseau propone que cada individuo ceda su libertad al grupo entero. El soberano es el pueblo, y el poder reside en la totalidad de los individuos. Así, el individuo pierde su libertad natural, pero gana la libertad civil como miembro de la sociedad.
- Voluntad general: Las leyes, elaboradas por el pueblo soberano, deben reflejar la voluntad general, que busca el bien común y los intereses globales de la sociedad.
- Voluntad de todos: Es la suma de voluntades particulares y egoístas, donde cada uno busca su propio beneficio.
Rousseau afirma que la soberanía es inalienable (no se puede ceder) e indivisible (el poder reside en el pueblo y no puede ser arrebatado).
Implicaciones del Modelo Político de Rousseau
El modelo de Rousseau se inclina hacia una democracia directa, donde todos los ciudadanos participan. Sin embargo, reconocía la dificultad de aplicar este modelo en territorios extensos y poblados, aceptando formas de gobierno alternativas como la aristocracia o la monarquía, siempre y cuando la soberanía residiera en el pueblo.