Renacimiento y Racionalismo: Figuras Clave y Desarrollo Filosófico

El Renacimiento: Un Puente entre Épocas

El Renacimiento, etapa de transición entre la Edad Media y la Moderna, se caracterizó por una renovación cultural y un notable progreso en diversos campos. Los eruditos renacentistas, formados en las universidades, realizaron aportaciones significativas en literatura, música, arquitectura, pintura, filosofía y ciencia. La invención de la imprenta fue crucial para la difusión del conocimiento.

La «ciencia nueva» renacentista sentó las bases de la ciencia moderna. En España, este periodo, conocido como el Siglo de Oro, comenzó a finales del siglo XV y se extendió hasta el XVII. La unificación territorial tras la conquista de Granada y los avances en la navegación, junto con el descubrimiento de América, impulsaron un esplendor sin precedentes.

Mientras tanto, Europa se enfrentaba a conflictos religiosos entre protestantes y católicos, marcados por la Reforma de Martín Lutero (1483-1546) y la Contrarreforma del Concilio de Trento (1545-1563). El geocentrismo medieval fue reemplazado por un humanismo antropocéntrico, aunque los humanistas no se desentendieron de Dios.

Figuras Clave del Pensamiento Renacentista

  • Nicolás de Cusa (1401-1464): Destacó con su obra La Docta Ignorancia.
  • Giordano Bruno (1545-1600): Defendió el panteísmo.
  • Nicolás Maquiavelo (1469-1527): En El Príncipe, propuso la independencia de la ética respecto a la política.
  • Michel de Montaigne y Francisco Sánchez: Representaron el escepticismo, influyendo en la duda cartesiana.

El Renacimiento preparó el terreno para la filosofía moderna. La revolución astronómica de Nicolás Copérnico (1473-1543), con su propuesta del heliocentrismo, y Galileo Galilei, con el método hipotético-deductivo, desafiaron el geocentrismo. Johannes Kepler (1571-1630) corrigió a Galileo, afirmando que las órbitas planetarias son elípticas.

El Racionalismo: Características y Representantes

Blaise Pascal (1623-1662)

Inicialmente racionalista, Pascal se volvió crítico con Descartes. Ambos coincidían en el interés por la ciencia matemática y la superioridad del pensamiento. Sin embargo, Pascal consideraba que el método deductivo era aplicable a las matemáticas, pero no a la realidad física. Veía al hombre como una «caña pensante», frágil pero superior al universo que no piensa.

Baruch Spinoza (1632-1677)

Influido por Descartes, Spinoza definió la sustancia como aquello que es en sí y se concibe por sí, identificando una única sustancia divina e infinita, idéntica a la naturaleza. Todo lo que existe es manifestación de esta sustancia. Spinoza se aleja del cartesianismo al afirmar que Dios y la naturaleza son lo mismo (natura naturans y natura naturata). Su monismo panteísta postula una sola sustancia con infinitos atributos, de los cuales el hombre solo conoce el pensamiento y la extensión.

Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716)

Leibniz desarrolló la idea cartesiana de la Mathesis Universalis y creó el cálculo infinitesimal. Definió la sustancia como una unidad dinámica: la mónada, una entidad infinitamente pequeña y espiritual. El mundo está formado por la unión de estas mónadas. Dios es la mónada divina perfecta. Frente al mecanicismo cartesiano, Leibniz defendió el dinamismo y la actividad de la mónada.

Nicolas Malebranche (1638-1715)

Para resolver el problema de la comunicación de las sustancias planteado por Descartes, Malebranche propuso el ocasionalismo: Dios es la única causa verdadera, y la actividad de las criaturas es solo «ocasión» para la acción divina. Afirmó que el origen de las ideas está en Dios y que el método matemático es el mejor para alcanzar ideas claras y distintas.

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