Hume: Epistemología y Metafísica desde el Empirismo
Hume, filósofo británico del siglo XVIII, fue una figura clave del empirismo. Basó su pensamiento en la experiencia como única fuente y límite del conocimiento, rechazando las ideas innatas y la metafísica racionalista.
Tipos de Conocimiento según Hume
Hume distingue dos tipos de conocimiento:
- Conocimiento de relaciones entre ideas: También conocido como razonamiento a priori, se basa en la estructura lógica del pensamiento y no trata sobre la realidad, sino sobre la coherencia interna del razonamiento, como ocurre en la matemática y la lógica. Sus proposiciones son analíticas, lo que significa que la verdad de estas afirmaciones no depende de la experiencia, sino de la relación entre los conceptos mismos.
- Conocimiento de cuestiones de hecho: O razonamiento a posteriori, trata sobre la realidad y se basa en la experiencia. Sus proposiciones son sintéticas, pues amplían nuestro conocimiento al afirmar algo nuevo sobre la realidad. Para determinar la verdad de estas afirmaciones, es necesario recurrir a la experiencia, ya que no se pueden conocer con certeza solo a través de la razón.
Crítica al Principio de Causalidad
Uno de los aspectos fundamentales de la epistemología de Hume es su crítica al principio de causalidad. Tradicionalmente, se creía que todo suceso tenía una causa necesaria que lo originaba. Sin embargo, Hume argumenta que no podemos percibir directamente una conexión universal y necesaria entre causa y efecto. Lo que interpretamos como causalidad no es más que una costumbre basada en la observación de eventos repetidos en el pasado. Por ello, concluye que el conocimiento de las leyes de la naturaleza no es absoluto, sino solo probable, pues se basa en la experiencia y en la repetición de fenómenos sin que exista una certeza definitiva sobre su validez futura.
Metafísica y Realidad en Hume
Desde el punto de vista metafísico, Hume rechaza la posibilidad de conocer realidades más allá de la experiencia. Su crítica se dirige a tres conceptos fundamentales de la metafísica tradicional: el «yo», la realidad externa y Dios.
El «Yo» como Sucesión de Impresiones
En cuanto al «yo», Hume niega la idea de una identidad personal permanente y estable. Para él, no existe una impresión constante e inmutable del «yo», sino que nuestra identidad es solo una sucesión de impresiones y recuerdos que la memoria unifica de manera artificial. En este sentido, el yo no es una sustancia o esencia, sino un conjunto de experiencias psicológicas que cambian con el tiempo.
La Realidad Externa y el Escepticismo
Asimismo, Hume pone en duda la existencia de una realidad externa independiente de nuestra percepción. Dado que no podemos aplicar el principio de causalidad con certeza, tampoco podemos afirmar con seguridad que nuestras impresiones provengan de objetos fuera de nuestra mente. Esto lleva a una posición escéptica respecto al conocimiento del mundo exterior, ya que no hay manera de demostrar de forma concluyente su existencia más allá de nuestras percepciones.
La Imposibilidad de Conocer a Dios
Por último, Hume rechaza la posibilidad de conocer la existencia de Dios. Argumenta que no es posible tener una impresión directa de Dios y que las demostraciones filosóficas de su existencia se basan en el principio de causalidad, el cual él mismo ha demostrado ser problemático. Como consecuencia, concluye que no se puede afirmar con certeza la existencia de un ser divino.
En su desarrollo radical del empirismo, Hume llega al escepticismo, afirmando que no es posible demostrar la existencia del mundo, del yo o de Dios. Además, adopta una postura fenomenista, sosteniendo que solo podemos conocer nuestras propias impresiones y estados mentales, sin acceso a una realidad objetiva independiente de ellas.
Kant: Conocimiento y Epistemología en el Idealismo Trascendental
Kant, filósofo alemán del siglo XVIII, es el máximo representante del idealismo trascendental. Sus principales aportes se organizan en torno a tres preguntas fundamentales: «¿Qué puedo conocer?», «¿Qué debo hacer?» y «¿Qué me cabe esperar?», las cuales reflejan su interés por el conocimiento, la ética y la religión.
El Problema del Conocimiento y la Crítica de la Razón
Kant plantea el problema del conocimiento como una respuesta al conflicto entre el racionalismo y el empirismo. Su objetivo es determinar qué podemos conocer y cuáles son las condiciones que hacen posible un conocimiento seguro. Para ello, realiza una crítica de la razón en su obra Crítica de la Razón Pura, donde estudia la capacidad humana de conocer.
Condiciones Empíricas y Trascendentales del Conocimiento
Kant parte de la pregunta sobre cómo es posible la ciencia, pues considera que esta representa un conocimiento cierto y universal. Para entender su validez, distingue dos tipos de condiciones en los juicios científicos:
- Empíricas: Dependen de la experiencia y son concretas de cada ciencia.
- Trascendentales o a priori: Son anteriores a la experiencia, universales y necesarias.
Son estas últimas las que Kant analiza para comprender cómo funciona el conocimiento.
Juicios Sintéticos a priori y las Facultades de la Razón
A partir de la clasificación de los juicios, Kant concluye que el conocimiento científico se basa en los juicios sintéticos a priori, que amplían nuestro conocimiento sin depender de la experiencia, garantizando su universalidad y necesidad. Para comprender cómo estos juicios son posibles, Kant estudia las tres facultades de la razón: sensibilidad, entendimiento y razón.
Sensibilidad y el Giro Copernicano
La sensibilidad es la facultad de percibir de manera pasiva y tiene como condiciones trascendentales el espacio y el tiempo, que no pertenecen a la realidad, sino que son formas a priori de nuestra percepción. A través de estas intuiciones puras, el sujeto construye el fenómeno, es decir, lo que percibe. Este es el llamado giro copernicano del conocimiento kantiano: el objeto debe adaptarse a la razón del sujeto y no al revés. Las intuiciones puras permiten la existencia de los juicios sintéticos a priori en matemáticas, donde el espacio fundamenta la geometría y el tiempo la aritmética.
Entendimiento y Categorías
El entendimiento es la facultad de pensar activamente lo percibido. Su estructura se basa en categorías del entendimiento, conceptos puros que permiten organizar y comprender las percepciones sensibles. Estas categorías, al aplicarse a los fenómenos, posibilitan los juicios sintéticos a priori en la física.
Razón y Metafísica
La razón, por último, unifica los conocimientos del entendimiento y trata de formular teorías generales. Sin embargo, cuando intenta conocer realidades más allá de la experiencia, como Dios, el alma o el mundo en su totalidad, cae en contradicciones. Kant sostiene que la razón tiene una inclinación natural hacia la metafísica, pero que su conocimiento es ilegítimo cuando intenta aplicar intuiciones y categorías a objetos que no pueden ser percibidos.
Metafísica y Realidad en Kant
Para Kant, la realidad se divide en dos niveles: el fenómeno y el noúmeno. El fenómeno es la realidad tal como la percibimos y conocemos, mientras que el noúmeno es la «cosa en sí», aquello que existe independientemente de nuestra percepción, pero que es incognoscible. Según Kant, solo podemos conocer los fenómenos, ya que el conocimiento humano está limitado por las condiciones trascendentales de la sensibilidad y el entendimiento.
Idealismo Trascendental
Este enfoque da lugar a su Idealismo Trascendental, según el cual el conocimiento no es un reflejo directo de la realidad, sino una construcción de la razón a partir de los datos de la experiencia organizados por las intuiciones y categorías. En otras palabras, no conocemos las cosas tal como son en sí mismas, sino tal como se presentan a nuestra mente.
El Ser Humano: Ámbito Fenoménico y Nouménico
Esta distinción también afecta al ser humano, que tiene un ámbito fenoménico (su experiencia y conocimiento) y un ámbito nouménico (su esencia real, incognoscible). Asimismo, Kant aplica esta idea a la metafísica: las ideas de Dios, el alma y el mundo como totalidad son solo conceptos de la razón, no conocimientos reales, ya que no podemos tener experiencia directa de ellos.
La Metafísica como Horizonte Regulador
A pesar de que el conocimiento absoluto es inalcanzable, Kant considera que la búsqueda de lo incondicionado es una tendencia natural de la razón. Aunque la metafísica no puede ser una ciencia, su función es servir como horizonte regulador del pensamiento, impulsando el desarrollo del conocimiento científico.