Explorando el Valor de la Verdad, la Relación Filosofía-Ciencia y la Tecno-ciencia

El Valor de la Verdad: Escepticismo, Realismo y Relativismo

A lo largo de la historia del pensamiento, el ser humano siempre se ha preguntado por el valor de la verdad. Desde los inicios de la filosofía, se han planteado tres alternativas que intentan dar respuesta a esta cuestión:

A. Escepticismo

El escepticismo es una corriente de pensamiento que pone en duda o, en su caso, niega la capacidad humana de obtener conocimientos seguros.

B. Realismo

El realismo se puede definir como un conjunto de teorías que afirman la distinción ontológica entre el sujeto cognoscente y el objeto conocido, en la línea de que el objeto existe independientemente de la mente, tiene existencia propia y determina el pensamiento en el acto de conocer.

C. Relativismo

El relativismo es una actitud filosófica que niega la existencia de conocimientos universales absolutamente verdaderos, porque siempre dependen del punto de vista de los sujetos cognoscentes. Se trata de una postura intermedia entre el realismo absoluto y el escepticismo.

Relación entre Filosofía y Ciencia

En los inicios de la filosofía (siglo VI a.C.) no había una distinción clara entre filosofía y ciencia.

La filosofía y la ciencia compartían en su origen la racionalidad como instrumento de conocimiento. Sin embargo, mientras la ciencia se ocupa de estudiar una parcela de la realidad, la filosofía se encarga de estudiar la realidad como si de un todo se tratara.

A partir de la revolución científica que tuvo lugar entre los siglos XVI-XVIII, y que comprende el pensamiento de Copérnico, Galileo y Newton, la filosofía y la ciencia comenzaron a diferenciarse. El uso del método hipotético-deductivo en el ámbito científico separó definitivamente a ambas disciplinas, ya que permitía a las ciencias contrastar los hechos observados a través de la experimentación para poder formular hipótesis. La filosofía, en cambio, no posee un método específico del conocimiento, sino que se cuestiona la validez del método y reflexiona sobre los diversos métodos.

La filosofía se diferencia de la ciencia en que puede ser considerada un saber de segundo orden o de segundo grado, ya que supone el trabajo previo de la ciencia al constituir el punto de partida sobre el que apoyarse para reflexionar.

No hemos de olvidar lo importante que puede ser la filosofía para valorar el alcance del conocimiento científico, sus límites y sus métodos, para así lograr un análisis más profundo del valor de la ciencia y de su estrecha relación con la técnica.

Ciencia, Tecnología y Tecno-ciencia

Hasta bien entrado el siglo XX, la ciencia y la tecnología tenían fronteras bien definidas.

Primero está la ciencia pura y después, las concreciones prácticas. La definición de la tecnología como ciencia aplicada se produce a mediados del siglo XX.

Los conocimientos científicos y técnicos se han ido entrelazando entre sí hasta el punto de suscitar una nueva forma de ciencia: la tecno-ciencia.

La tecno-ciencia “es un sistema de acciones eficientes, basadas en un conocimiento científico, que transforman el mundo”.

En la actualidad, la tecno-ciencia ha pasado de ser un factor relevante de innovación y desarrollo económico a constituirse en instrumento de poder y dominio de la naturaleza y de la sociedad.

Es uno de los poderes dominantes en las sociedades más avanzadas.

A diferencia de la ciencia moderna, la tecno-ciencia tiende a privatizarse en manos de grupos sociales no estatales y empresas multinacionales que obtienen grandes beneficios.

Se inserta en un sistema de producción posindustrial dominado por la informática. Los cambios derivados de esta nueva ciencia están presentes en nuestras vidas cotidianas y repercuten activamente en nuestras relaciones sociales, costumbres y valores morales.

Por eso tiene sentido que la filosofía se vincule a la tecno-ciencia.

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