Kant, Hobbes y la Autonomía del Pensamiento: Un Enfoque Filosófico

Kant y la Ilustración: Un Análisis de la Razón y la Libertad

Este fragmento de texto pertenece a la obra Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? escrita por uno de los mayores filósofos de todos los tiempos, Immanuel Kant. Para centrarnos en la problemática del fragmento, primero debemos conocer el contexto ilustrado de Kant.

Según Kant, la ilustración promueve el uso de la **razón** como herramienta fundamental para el conocimiento y la vida en sociedad. Para él, el hombre es incapaz de pensar por sí mismo sin la ayuda de otros. A través de la educación, el pensamiento y la libertad, el hombre tiene que tener el valor y la capacidad de enfrentarse a la crítica y no dejarse convencer por las ideas, costumbres y pensamientos de la sociedad. Para Kant, la libertad está dividida entre dos usos: el político y el privado.

El Uso Público y Privado de la Razón

Por un lado, el **uso público de la razón** se refiere a la capacidad de un individuo de expresarse libremente, como un pensador ilustrado, sobre todo en contextos donde puede dar sus opiniones a otras personas. Es el ámbito donde puede tener plena libertad de pensamiento y expresión, espacio en el que no se puede debatir y cuestionar las normas existentes en la sociedad. Un ejemplo que propone Kant es el caso de un sacerdote que, como ciudadano y pensador, puede escribir un ensayo cuestionando ciertos aspectos de su religión, proponiendo ideas, sin que esto signifique ir en contra de su iglesia.

Por otro lado, el **uso privado de la razón** se refiere al momento en el que una persona actúa dentro de una institución y debe seguir las normas establecidas para que esa institución funcione correctamente. Por ejemplo, un soldado no puede debatir las órdenes que recibe en plena batalla, ya que la disciplina es esencial para el ejército. Kant no considera que el uso privado de la razón deba ser completamente libre, porque la libertad impediría que las instituciones fueran operantes.

En conclusión, la distinción entre el uso público y privado de la razón permite comprender cómo la libertad de pensamiento puede coexistir con la estabilidad de la sociedad. Según Kant, si los ciudadanos pueden expresar sus ideas y participar en el debate público, la humanidad podría salir de su minoría de edad y avanzar hacia una sociedad más justa e ilustrada.


Reflexiones sobre la Autonomía del Pensamiento

Atendiendo a nuestros fragmentos, nos preguntamos: ¿Cuándo podemos ser totalmente libres y pensar por nosotros mismos? Kant realiza la distinción entre dos usos de la razón: el privado y el público de la misma.

Nuestra vida está llena de personas que no solo guían, sino que condicionan y hasta determinan nuestros pensamientos: profesores, familia, influencers, etc. La sociedad nos obliga a pensar de una forma muy concreta, nos obliga a tener “tutores” y, por comodidad, aceptamos esta situación.

Pero es cierto que, aunque actualmente no podemos hablar de la existencia de una vida sin tutores, existen ciertas iniciativas que incentivan las ideas de Kant.

Iniciativas Educativas y la Autonomía

Dentro del ámbito de la educación, un referente es el **método educativo Montessori**, cuya idea clave es crear un ambiente individualizado en el que existe mucha libertad. Además, no existe ni el premio ni el castigo; el error forma parte del aprendizaje. El fin de este método es guiar al alumno hacia la autonomía, la confianza y la disciplina.

Otro ejemplo sería el **método Waldorf**, que respeta cada etapa del desarrollo del niño, en un ambiente con elementos muy comunes como el arte, la música y el contacto con la naturaleza. Los niños pueden estudiar a su propio ritmo y los profesores sirven como modelo a seguir.

Y ahora también nos preguntamos, siguiendo el hilo de Kant: ¿Nuestro progreso lo debemos ver de forma colectiva o individual? Si lo hacemos de manera colectiva, es evidente que se ha evolucionado en el ámbito cultural hacia la normalización de diferentes orientaciones, los derechos de la mujer, la calidad de vida… Pero aún persisten varios aspectos negativos que producen situaciones como conflictos que existen actualmente en nuestro mundo, como malas gestiones en desastres naturales como la DANA, casos de bullying escolar, la desintegración de nuestros valores cívicos y éticos universales…

En el progreso individual, podemos decir que aprendemos de nuestros errores y, con el paso del tiempo, nos cultivamos más. También es cierto que el auge de la psicología ha ayudado mucho; ya no por necesidad, sino por motivación personal o curiosidad, optamos por ir a una clínica psicológica para “aprender a conocernos mejor a nosotros mismos”.


Hobbes y la Naturaleza Humana: Egoísmo y Poder

Para Hobbes, el ser humano es egoísta, violento, corrupto y abusivo por naturaleza. El miedo al otro y la sensación de inseguridad lleva a un aumento de autoritarismo y vigilancia estatal.

En la actualidad encontramos esta visión pesimista de la existencia de la violencia, la corrupción y el uso del poder que sigue vigente en nuestra sociedad. Un ejemplo sería la política internacional, donde los gobiernos actúan siguiendo sus propios intereses. La realidad muestra que las naciones más poderosas imponen su voluntad sobre las más débiles, buscando siempre su propio beneficio. Las guerras, como la actual entre Rusia y Ucrania, son un ejemplo de las desigualdades que reflejan la lucha permanente por el poder y los recursos, muy acorde con la visión de Hobbes.

En conclusión, la filosofía de Hobbes sigue siendo aplicable al mundo actual, donde el egoísmo y el conflicto continúan marcando las relaciones humanas y políticas. Aunque vivimos en sociedades organizadas, la competencia, la desconfianza y la lucha por el poder confirman su idea de que, sin un estado fuerte, el mundo caería en el caos.

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