1.2 La genealogía de la moral: Una Obra Clave de Nietzsche
La genealogía de la moral es, sin duda, una de las obras más emblemáticas de Friedrich Nietzsche. Su importancia es doble:
- Establece las bases del método genealógico, un enfoque de investigación ampliamente utilizado en el siglo XX.
- Desencadena una crítica radical contra la moral, influyendo en numerosos autores posteriores.
En esta obra, Nietzsche demuestra su talento filológico y su «olfato» para la «filosofía a martillazos»: una crítica devastadora contra las señas de identidad de Occidente, abarcando la moral, la ciencia, la religión y la propia filosofía.
El Método Genealógico: Un Análisis Filológico de «Bueno» y «Malo»
El punto de partida de la crítica genealógica recuerda a planteamientos de El nacimiento de la tragedia: un análisis filológico para investigar la evolución de las palabras clave de la moral, «bueno» y «malo». Nietzsche observa cómo estos términos han adquirido nuevos matices, invirtiendo su sentido original.
En los héroes homéricos y los primeros textos occidentales, «bueno» aludía a la clase superior, a los nobles y fuertes. El «bueno» era el que demostraba fuerza, poder e imponía su voluntad. Era el vencedor, el que no mostraba debilidad.
Por el contrario, «malo» se refería a la clase baja, con el sentido de «vulgar» o «plebeyo». El «malo» carecía de iniciativa propia, dependía de las decisiones de otros debido a su debilidad. Sus virtudes eran las del rebaño: piedad, perdón, compasión, solidaridad. Los «buenos», en cambio, practicaban la soberbia, el orgullo y la autoafirmación.
Moral de Señores vs. Moral de Esclavos
Se establece así una doble moral:
- Moral de los señores: Una moral aristocrática de la fuerza, del poder y de la voluntad de poder. El señor vence a la vida, a los demás y a sí mismo, superándose permanentemente.
- Moral de los esclavos: La compasión y la ayuda mutua son indispensables. Los débiles necesitan unirse para enfrentarse al señor.
La Traición a los Valores Originales: Sócrates y Jesucristo
Nietzsche complementa el enfoque filológico con un estudio histórico. Observa una traición progresiva a los valores de los señores en Occidente, personificada en dos figuras clave:
- Sócrates: Se opuso a los sofistas, quienes representaban la voluntad de poder al convencer a otros de lo que les convenía. Sócrates, «el más terrible de los sofistas», defendió verdades y valores universales, obstaculizando el subjetivismo cercano a la filosofía nietzscheana.
- Jesucristo: Culminó la inversión de valores. El sermón de la montaña exalta a los miserables y esclavos como los «buenos». El mensaje cristiano niega esta vida y exalta a la parte más débil de la humanidad.
La Moral Occidental: Una Construcción Basada en el Resentimiento
La genealogía y la historia revelan una traición a la moral originaria de la cultura griega, basada en la fuerza, la pasión, el deseo, el orgullo y la voluntad de poder. Esta traición fue perpetrada por el judeocristianismo y la filosofía socrático-platónica, dando protagonismo a valores como una verdad «pretendida», la justicia, la compasión y el perdón.
Estos valores, según Nietzsche, se construyen sobre el resentimiento de la parte más débil de la sociedad, que se rebela contra los creadores de valores originales y logra imponerse.
Quien sigue los valores occidentales, se guía por una moral de la falsedad y la apariencia: esconde sus verdaderos deseos e intenciones para ajustarse al discurso dominante, mostrando un comportamiento «socialmente aceptable» y ajustado a la moral convencional.