René Descartes: Padre del Racionalismo
René Descartes fue un filósofo, matemático y científico francés del siglo XVII, considerado el padre del racionalismo. Su filosofía se basa en la duda metódica, que es un proceso en el que se cuestiona todo y se rechaza cualquier conocimiento que pueda ser dudoso, hasta encontrar una verdad que no pueda negarse. De esa manera surgió la célebre frase: Cogito, ergo sum (“Pienso, luego existo”), que se refiere a que, aunque todo fuera falso, el hecho de que él pensara demostraba su existencia, constituyendo así una certeza absoluta.
Descartes creía en la existencia de Dios como garante de la verdad y defendía el dualismo cartesiano, que postula que el alma (res cogitans o sustancia pensante) y el cuerpo (res extensa o sustancia material) son dos sustancias separadas. Su pensamiento sienta las bases del racionalismo, basándose en la razón como principal vía para alcanzar el conocimiento y empleando métodos de inspiración matemática.
Comparación Inicial con Nietzsche
Friedrich Nietzsche fue un filósofo alemán del siglo XIX con ideas radicalmente diferentes. Mientras Descartes buscaba verdades absolutas y confiaba plenamente en la razón, Nietzsche sostenía que no existen verdades absolutas, sino que todo es una construcción creada por los seres humanos. Por ello, criticó la religión, la moral tradicional, a Platón, al Estado y, básicamente, todo el pensamiento anterior con su “filosofía del martillo”.
Nietzsche proclamó la “muerte de Dios”, lo que no significaba que Dios hubiera existido y muerto literalmente, sino que la creencia en un Dios trascendente ya no tenía sentido ni fundamento en el mundo moderno. También introdujo el concepto de la “voluntad de poder”, la idea de que cada individuo debe crear sus propios valores en lugar de seguir los impuestos por la sociedad o la tradición.
Mientras Descartes confiaba en la razón para entender el mundo, Nietzsche pensaba que lo más importante era la vida, la afirmación vital y la superación personal a través del “superhombre” y la voluntad de poder. Descartes buscaba orden y certeza; Nietzsche defendía el cambio constante y la transformación. En resumen, representan dos formas opuestas de ver la realidad: una basada en la razón y la búsqueda de fundamentos últimos, y otra centrada en la libertad, la crítica radical y la ruptura con lo establecido.
Introducción a la Filosofía Cartesiana (Pregunta 1)
Descartes fue un filósofo, matemático y físico francés, considerado el padre de la geometría analítica y la filosofía moderna. Formado en el contexto de la Revolución Científica, buscó un método fiable para el conocimiento, ya que consideraba que el saber tradicional había colapsado. Su objetivo era evitar los errores del pasado y construir un nuevo edificio del conocimiento basado firmemente en la razón. Desarrolló un método inspirado en las matemáticas, basado en:
- La intuición: para alcanzar conocimientos claros y distintos de forma inmediata.
- La deducción: que parte de premisas evidentes para llegar a conclusiones necesarias.
Este método se organiza en cuatro reglas fundamentales:
- Regla de la evidencia: Solo aceptar como verdadero aquello que se presente a la mente de forma clara y distinta, sin posibilidad de duda.
- Regla del análisis: Dividir cada problema complejo en tantas partes simples como sea posible para su mejor resolución.
- Regla de la síntesis: Ordenar los pensamientos, comenzando por los objetos más simples y fáciles de conocer, para ascender gradualmente hasta el conocimiento de los más complejos.
- Regla de la enumeración: Realizar revisiones completas y generales para asegurarse de no haber omitido nada.
A través de la duda metódica, que aplica en tres fases (dudar de la fiabilidad de los sentidos y la realidad física, dudar de la distinción entre sueño y vigilia, y dudar incluso de las verdades matemáticas mediante la hipótesis del genio maligno), Descartes llega a su famosa primera certeza: “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”). Con ello, descubre la subjetividad como punto de partida del filosofar y la certeza indudable de la propia existencia a través del acto de pensar.
Desarrolla su teoría de las tres sustancias, distinguiendo:
- Dios (Res infinita): El ser perfecto e infinito, cuya esencia implica su existencia y que actúa como garantía de la verdad del conocimiento claro y distinto.
- Res extensa: La sustancia material, caracterizada por la extensión, que rige el mundo físico y es objeto de estudio de la ciencia.
- Res cogitans: La sustancia pensante (el yo o alma), propia del ser humano, cuya esencia es el pensamiento.
Descartes establece así un marcado dualismo antropológico (dualismo cartesiano), separando radicalmente el alma (pensante e inmaterial) del cuerpo (material y extenso), considerando el alma independiente del cuerpo y esencialmente definida por el pensamiento.
La Duda Metódica y la Construcción del Conocimiento (Pregunta 2)
Descartes utiliza la duda como una estrategia metodológica para alcanzar la verdad indubitable, llevándola hasta sus últimas consecuencias (duda hiperbólica) para eliminar cualquier posibilidad de error. Esta duda es voluntaria (decide dudar), metódica (es un paso necesario del método), teórica (no afecta a la moral o la vida práctica) y universal (se aplica a todo conocimiento). La lleva a cabo en tres niveles progresivos:
- Duda de los sentidos y de la realidad del mundo externo.
- Duda sobre la distinción entre la vigilia y el sueño (¿cómo saber si no estamos soñando?).
- Duda sobre las verdades matemáticas mediante la hipótesis de un genio maligno, un ser sumamente poderoso y astuto que podría engañarnos constantemente.
En medio de esta duda radical, Descartes encuentra la primera certeza: el acto mismo de dudar (o pensar) prueba la existencia del sujeto que piensa. Formula así el principio fundamental “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”). Este se convierte en el pilar de la filosofía moderna, donde la razón, partiendo de esta certeza, reconstruye el edificio del conocimiento.
La duda es una consecuencia directa de la aplicación de la primera regla del método: aceptar solo lo claro y distinto. Descartes establece que lo único indudable es la propia existencia como sujeto pensante (res cogitans). Además, distingue esta sustancia pensante de la res extensa (la realidad física, material y medible). La ciencia, en su visión, debe estudiar el mundo físico (res extensa) de forma autónoma, sin interferencias de la religión; ciencia y religión pertenecen a ámbitos separados.
Para fundamentar la fiabilidad del conocimiento sobre el mundo exterior y las verdades matemáticas, Descartes argumenta la existencia de un Dios perfecto y bueno (res infinita), que no permitiría que nos engañásemos sistemáticamente al usar correctamente la razón. Demuestra su existencia a través de argumentos como el ontológico y el basado en la idea de perfección en nuestra mente. En su teoría de las ideas, distingue entre ideas innatas (implantadas por Dios, como la idea de infinito), ficticias (creadas por la imaginación) y adventicias (provenientes de la experiencia externa).
En cuanto al mundo físico (res extensa), adopta un modelo mecanicista y determinista: el universo material funciona como una gran máquina regida por leyes matemáticas precisas, sin finalidad ni cualidades ocultas. Finalmente, concibe la ciencia como una herramienta poderosa para comprender y controlar el mundo natural en beneficio del ser humano, consolidando las bases del método científico moderno.
Contraste Filosófico: Descartes y Nietzsche
Descartes y Nietzsche representan posturas filosóficas radicalmente opuestas tanto en ontología (teoría del ser) como en epistemología (teoría del conocimiento).
Ontología
Descartes defiende un dualismo ontológico, dividiendo la realidad en dos tipos fundamentales de sustancia: la res cogitans (la mente, el pensamiento, inmaterial) y la res extensa (el mundo físico, material, extenso). Además, postula la existencia de Dios (res infinita) como sustancia suprema. Nietzsche, en cambio, rechaza esta distinción y toda metafísica trascendental. Para él, la realidad no es estática ni dual, sino un flujo constante de cambio, fuerza y perspectiva (la voluntad de poder), una visión más cercana a la de Heráclito. Niega la existencia de un mundo»verdader» más allá del aparente.
Epistemología
Descartes es un racionalista paradigmático: considera que la razón es la única fuente fiable para alcanzar el conocimiento verdadero y universal. Utiliza la duda metódica como herramienta para eliminar el error y encontrar certezas absolutas (ideas claras y distintas). Nietzsche, por el contrario, es un crítico feroz de la razón y la metafísica occidental. Desconfía profundamente de la capacidad de la razón para captar la realidad y enfatiza el valor de los sentidos y el cuerpo, aunque también reconoce sus limitaciones. Critica la noción misma de una verdad absoluta y objetiva, considerándola una ilusión derivada de la tradición platónico-cristiana y una herramienta de poder. Para Nietzsche, todo conocimiento es perspectivista e interpretativo. También critica la ciencia y el lenguaje, viéndolos como construcciones humanas, históricas y metafóricas que simplifican y distorsionan la riqueza caótica de la realidad.
Religión y Valores
Descartes necesita a Dios como garantía última de la verdad del conocimiento y del orden del mundo. Su sistema filosófico depende de la existencia de un Dios bueno y veraz. Nietzsche, en cambio, proclama la “muerte de Dios”, simbolizando el fin de la creencia en valores trascendentes y absolutos. Considera la religión judeocristiana, con su moral de esclavos, un obstáculo fundamental para el desarrollo pleno del potencial humano y la afirmación de la vida.
Política y Sociedad
Descartes muestra poco interés explícito en la filosofía política. Nietzsche, por su parte, critica duramente las estructuras de poder (especialmente el Estado), la moral tradicional (“moral de rebaño”) y la mediocridad de la sociedad de masas. Propone la figura del “superhombre” (Übermensch) como aquel individuo capaz de superar la moral convencional, crear sus propios valores y afirmar plenamente la voluntad de poder.
Conclusión del Contraste
En resumen, Descartes representa el ideal del racionalismo moderno: la búsqueda de certezas absolutas a través de la razón y un método riguroso. Busca un orden estable y fundamentado para el conocimiento. Nietzsche, en cambio, encarna la crítica radical a esa tradición: se opone a la búsqueda de verdades universales, desconfía de la razón como guía principal, celebra la vida y el cambio, y aboga por el perspectivismo y la creación de nuevos valores. Ve el conocimiento tradicional y la metafísica como herramientas de dominación y distorsión de la realidad vital.