Al final del siglo XVIII, Inglaterra alcanza la hegemonía económica en Europa. La burguesía, apoyará al parlamento frente a la monarquía absoluta Es la época de la dinastía católica de los Estuardo, que comenzó con el reinado de Jacobo I. Se desencadenó una guerra civil que acabó con la proclamación de una república por Cronwell, líder de los puritanos. Tras la muerte de este, se restauró la monarquía de los Estuardo con Jacobo II. Vuelve el conflicto entre el parlamento y la corona Con la llegada al trono de Guillermo III de Orange, se produjo la revolución de 1688. La declaración de Derechos supuso el triunfo de la burguesía liberal.
El movimiento filosófico de esta época es el empirismo,
que se desarrolla durante los siglos XVII y XVIII, y defiende la experiencia
como único criterio de verdad. La experiencia es el fundamento del
conocimiento.
Esta corriente filosófica británica se desarrolla en paralelo al
racionalismo. Los empiristas aceptan de Descartes que el sujeto constituye el
conocimiento, sin embargo defienden que toda idea procede de la experiencia.
Todos los sistemas empiristas tienen las siguientes características: la
experiencia es el origen y el límite del conocimiento, la negación de las ideas
innatas, que el modelo son las ciencias experimentales y el concepto de la
razón crítica sustituye a la razón dogmática del racionalismo.
Hume pertenece al siglo XVIII (siglo de las luces). Además del pensamiento empirista presenta otras características peculiares :desarrollo de las teorías políticas liberales que exaltan los derechos del individuo; el deísmo, planteando la existencia de un dios creador que no interviene en el curso de la naturaleza y el desarrollo de la filosofía moral defendiendo el sentimiento altruista.
David Hume nació en Edimburgo (1711) y estudió derecho. En 1752 publicó las Investigaciones sobre los principios de la moral y en 1754 una Historia natural de la religión. Su objetivo era contribuir al avance del conocimiento constituyendo una única ciencia de la naturaleza humana, de la que parten todas las demás. Siguió los principios empiristas y el método inductivo de la ciencia newtoniana. Lleva a cabo una crítica de de la metafísica y de la ciencia de su tiempo, sobre la base de la experiencia como único criterio de verdad.
Reconoce dos elementos: Las impresiones (percepciones que nos llegan a través de los sentidos) y las ideas (son representaciones o copias de las impresiones en el pensamiento). Admite que tanto las impresiones como las ideas pueden ser simples (no pueden descomponerse) o complejas (es posible descomponerlas). Todos los contenidos de la conciencia provienen de la experiencia sensible, luego no hay en el entendimiento ni ideas abstractas ni ideas innatas, que no son más que ideas particulares tomadas como signos de otras ideas particulares semejantes. El empirismo de Hume se basa en la distinción entre impresiones e ideas, determinando un criterio de verdad: una idea será verdadera si podemos señalar la impresión a la que corresponde. Las ideas se representan con un cierto orden, debido a que se asocian entre ellas de acuerdo a unas leyes, que Hume las reduce a tres: de semejanza, de contigüidad en el tiempo y en el espacio y de causalidad.
Hume distingue entre dos modos de conocimiento:
conocimiento de relaciones entre ideas,
se fundamenta en las impresiones y las relaciones entre ellas sin tener en
cuenta la realidad, y a este tipo de conocimiento pertenecen la lógica y las
matemáticas. El conocimiento de
hechos o factual se refiere a las cuestiones de hecho, y necesita de la
experiencia para ser comprobado; las cuestiones de hecho no son verdades
necesarias pues su contrario no implica contradicción. Todos los razonamientos
acerca de cuestiones de hecho se basan, según Hume, en la relación
causa-efecto. Nuestro conocimiento de hechos está limitado a nuestras
impresiones y sólo tenemos
impresiones actuales o recuerdos de las que ya hemos vivido. Según Hume nuestra certeza se basa en la experiencia y no en una deducción racional. Nos basamos en una inferencia causal y concebimos la relación causa-efecto como una conexión necesaria, según la cual el efecto se producirá necesariamente. Hume aplica el criterio de verdad a la idea de conexión necesaria: si una idea es verdadera, Hume se pregunta si podemos señalar la impresión que corresponde a la idea de conexión necesaria. Solo podemos percibir dos hechos contiguos. La relación causa-efecto no es ,pues, más que una ficción de la mente, aunque una ficción útil para la vida. Según Hume la inferencia causal sólo tiene validez aplicada a la experiencia, es aceptable entre dos impresiones pero no entre una impresión y algo de lo que no hemos tenido experiencia alguna.
Analiza cada una de las tradicionales sustancias
cartesianas:
La sustancia extensa (el mundo)
, no podemos saber si existen objetos fuera de nosotros, puesto
que solo conozco mis propias impresiones.
La sustancia infinita (Dios)
, la demostración de Dios con el argumento
ontológico queda invalidado porque la existencia es una cuestión de hecho. Dios
es para Hume una hipótesis inútil, ya que no podemos demostrar su existencia.
La sustancia pensante (el yo)
, sólo tenemos intuiciones de nuestras impresiones, y ninguna de ellas es permanente, sino que suceden a lo largo de nuestra vida.
Hume hace una importante aportación a la ciencia moderna al plantear las leyes de la naturaleza como causales. Es el primero en plantear la falacia naturalista, que consiste en derivar del “ser” el “debe ser”, es decir, que las cosas sean de hecho de una manera en la naturaleza, no implica que sean así en un sentido moral. Critica el racionalismo moral, pues los juicios morales nos mueven a la acción, mientras que los juicios de la razón no nos lleva a preferir una acción a otra. La moral de Hume puede considerarse emotivista (las proposiciones éticas s limitan a expresar un sentimiento) y utilitarista (la inclinación de la naturaleza humana hacia el bien proviene de la utilidad para la vida social).
Según Hume, no es posible una justificación racional de la religión y , por tanto, no puede aceptarse el deísmo, que considera la existencia de un Dios racional. En cuanto a la concepción de la política de Hume, es consecuente con el empirismo y, por tanto, es también utilitarista.