El **inductivismo** afirma que la ciencia avanza por medio del método inductivo, esto es, estableciendo leyes generales a partir de hechos particulares. Según los inductivistas, la ciencia comienza con la experiencia, con los hechos observados. A partir de ahí se buscan regularidades entre ciertos hechos. El siguiente paso consiste en aplicar la generalización a esos casos particulares para establecer una ley general.
El Problema del Inductivismo
El llamado problema de la inducción consiste en que nunca podemos garantizar que las conclusiones a las que llegamos son verdaderas. Por más que todos los casos observados se comporten de un mismo modo o sigan el mismo patrón, no podemos nunca asegurar que el siguiente caso se comportará de igual modo.
Ejemplos
- Ejemplo 1: El caso del ornitorrinco
- Ejemplo 2: El caso del pavo inductivista
El Falsacionismo
El **falsacionismo** fue propuesto por el filósofo Karl Popper a mediados del siglo XX. Según este punto de vista, nunca podemos verificar una afirmación científica, pero sí podemos falsarla. Falsar una hipótesis significa refutarla, mostrar su falsedad por medio de observaciones o experimentos. La tarea de la ciencia no es verificar las hipótesis científicas, sino tratar de falsarlas para corregirlas o sustituirlas por otras mejores. Mientras no se consiga falsar una hipótesis, se puede considerar provisionalmente verdadera y aceptarla dentro del cuerpo científico.
El Falsacionismo de Popper
El falsacionismo de Popper no solo explica cómo debe actuar la ciencia para avanzar con paso seguro, sino que constituye un buen criterio de demarcación entre lo que es ciencia y lo que no lo es. Según el falsacionismo, una hipótesis, ley o teoría es científica si produce afirmaciones falsables, es decir, si establece qué debería pasar para que esa ley o teoría fuese falsa.
Ejemplo
Las afirmaciones de la astronomía son científicas porque son falsables, mientras que las de la astrología no lo son porque no son falsables. No podemos hacer ningún experimento u observación para mostrar su verdad o falsedad.
Métodos Científicos
El Método Deductivo
Se trata de un método que va de lo general a lo particular. Parte de afirmaciones generales y deduce conclusiones particulares con total certeza y necesidad. Es un método seguro y fiable que se utiliza sobre todo en las ciencias formales. No amplía nuestro conocimiento de la realidad.
Ejemplo
Todos los hombres son mortales. Sócrates es hombre. Luego, Sócrates es mortal.
El Método Inductivo
Se trata de un método que va de lo particular a lo general. Parte de afirmaciones particulares (casos concretos) y mediante una generalización extrae una conclusión general. Es un método utilizado en las ciencias empíricas basado en la probabilidad. No nos proporciona conclusiones ciertas e indudables, solo conocimientos probables. Amplía nuestro conocimiento de la realidad.
Ejemplo
Sócrates es mortal. Platón es mortal. Aristóteles es mortal. Luego, todos los hombres son mortales.
El Método Hipotético-Deductivo
Este método conjuga las ventajas de los métodos deductivo e inductivo, sin ninguno de sus inconvenientes. Fue formulado por primera vez por el científico italiano Galileo Galilei en el siglo XVII. Amplía nuestro conocimiento de la realidad (como el método inductivo) y lo hace de forma cierta y necesaria (como el método deductivo).
Criterios de Verdad
La Verdad como Correspondencia
El primero en introducir este criterio de verdad fue Aristóteles. En resumen, según este criterio un enunciado es verdadero cuando lo que afirma se corresponde con la realidad. Así, la afirmación “la nieve es blanca” es verdadera porque se corresponde con los hechos. Desde este punto de vista, la verdad se entiende como una adecuación entre el pensamiento y las cosas. Este criterio de verdad fue admitido por los filósofos medievales y por muchos pensadores modernos y contemporáneos, entre ellos el lógico Alfred Tarski.
Supuestos Discutibles
Este criterio constituye la teoría clásica sobre la verdad y es la que aceptamos comúnmente las personas. Ahora bien, el criterio de correspondencia se basa en dos supuestos discutibles:
- Existe una realidad objetiva con la cual se corresponderían nuestras afirmaciones verdaderas.
- Esta realidad puede ser conocida por la mente humana.
La Verdad como Evidencia
Este criterio de verdad fue propuesto por el filósofo francés Descartes en el siglo XVII. Descartes duda de la existencia de una realidad objetiva exterior e independiente de nosotros. Según él, lo que llamamos mundo real podría ser tan solo un sueño, una ficción de nuestra mente. En consecuencia, rechaza la teoría de la verdad como correspondencia e introduce un nuevo criterio. Para él, una afirmación es verdadera solamente cuando es evidente e indudable. El ejemplo más conocido de esta teoría es la afirmación “pienso, luego existo”.
La Verdad como Coherencia
Este criterio es utilizado sobre todo en las matemáticas y defiende que la verdad es la ausencia de contradicción. Es decir, es verdadera aquella afirmación que no contradice a las demás afirmaciones del sistema de que forma parte. Por lo tanto, algo es verdadero si es coherente con el resto de afirmaciones que consideramos verdaderas sobre ese tema. Un ejemplo sería: “los ángulos de un triángulo miden siempre 180º”. Desde este punto de vista, una afirmación solo es verdadera dentro de un sistema dado, pero no en general.
La Verdad como Utilidad
Este criterio de verdad surgió en Estados Unidos a finales del siglo XIX de la mano de filósofos como William James o Charles Peirce. Según estos pensadores, para saber si algo es verdadero o falso debemos fijarnos en sus consecuencias prácticas. Si el resultado de aceptar una afirmación es útil y provechoso, entonces esa afirmación debe considerarse verdadera. Un ejemplo sería el siguiente: “Cuanto mayor es el nivel de educación de una persona o sociedad, mayor es su nivel de bienestar”. De acuerdo con este criterio, lo verdadero se identifica con lo útil y lo falso con lo perjudicial.
La Verdad como Consenso
En el siglo XX surgió un nuevo criterio de verdad introducido por los filósofos alemanes Jürgen Habermas y Karl-Otto Apel. Para éstos, lo verdadero consiste en un acuerdo alcanzado por una comunidad tras un proceso de diálogo y deliberación. La verdad se entiende así como el consenso establecido por una mayoría acerca de una cuestión determinada tras debatir sobre la misma. Un ejemplo de este criterio son las verdades científicas, fruto del debate y la crítica en el seno de la comunidad científica. También se aplica este criterio en cuestiones como la política o el derecho. Por ejemplo, hoy en día hay consenso acerca de que los gobernantes deben ser elegidos por el pueblo.
Condiciones para el Diálogo
Para que esta teoría funcione, el proceso de diálogo debe reunir una serie de condiciones:
- El diálogo debe estar abierto a todos los afectados por la cuestión a debate.
- Todos los participantes deben poder expresar su opinión de forma libre y sin coacciones.
- Todos los participantes deben esforzarse por justificar racionalmente su punto de vista.
- Todos deben estar dispuestos a dejarse convencer por los mejores argumentos.
Apel y Habermas reconocen que estas condiciones solo se dan en una comunidad ideal de diálogo donde todos los actores se comportan racionalmente.