Aristóteles: Un Legado Filosófico
La Causa Primera (Dios)
En el libro VIII de la Física, Aristóteles sostuvo que todo movimiento requiere una causa motora distinta de lo movido.
Es imposible una serie infinita de motores y cosas movidas. Ha de concluirse que al existir una primera causa del movimiento, inmóvil, eterna e inmaterial (primer motor inmóvil).
En el libro XII de la Metafísica, partió de la generación y corrupción de los seres para llegar a la realidad de una sustancia superior o acto puro.
Si no existiera esta sustancia, todas las demás sustancias no existirían, ni habría generación ni corrupción.
Pues para pasar de la potencia al acto, hace falta que haya algo en acto que cause ese cambio.
Ese algo, en último término, solo puede ser el acto puro. Si tuviera algo de potencia, debería haber sido causado por otro acto.
Este ser superior ha de ser trascendente al mundo, pues no hay en el mundo algo con la potencia.
Antropología
En primer lugar, Aristóteles distinguió entre seres animados e inanimados. Los seres animados son aquellos que están dotados de movimiento propio, que tiene su origen en un principio intrínseco. Actúan y se mueven por sí mismos, a diferencia de los seres inanimados que son movidos.
El primer principio de la vida es el alma, que actúa primero en un cuerpo organizado. De ella dependen los que denominó principios segundos. Estos son los órganos corporales y las facultades cognoscitivas y aperitivas a través de los cuales los seres animados realizan sus operaciones vitales.
La Teoría Hilemórfica y los Seres Vivos
El alma constituye la forma de un cuerpo apto para la vida. El cuerpo es entonces el principio material y potencial al que el alma da forma y actualiza. Aristóteles sostuvo la unión sustancial entre alma y cuerpo; no son dos sustancias, sino dos co-principios de una única realidad.
La sociabilidad brota de la misma esencia del ser humano. Quien creyese no necesitar de la sociedad sería una bestia o un dios, pero no un ser humano. Este solo puede desarrollar sus capacidades en su seno. Observó que existen tres niveles de comunidad social:
- La familia, a la que se pertenece por nacimiento.
- La aldea, que consiste en una reunión de familias.
- La polis o ciudad-estado, que es una agrupación de aldeas organizadas bajo un mismo gobierno.
La familia y la aldea anteceden a la ciudad cronológicamente, pero la polis es anterior a ellas en cuanto a perfección y excelencia, ya que es el fin al que tienden el individuo y las otras comunidades naturales.
Metafísica Aristotélica
Aristóteles centró sus investigaciones en las cosas materiales, individuales y cambiantes.
Criticó a su maestro Platón por dividir innecesariamente la realidad en dos mundos: solo existe uno, el mundo sensible, individual y concreto, que contiene a la vez unos principios – unas esencias o formas. Por ejemplo, se ha de afirmar que lo que existe realmente es este caballo (singular y concreto), que contiene una esencia universal que lo hace ser lo que es.
El Movimiento y la Teoría Hilemórfica
El problema del movimiento: Hay un sujeto que permanece y que gana o pierde algo. Así, lo que cambia o se mueve es siempre un sujeto. Además, ese sujeto adquiere siempre una perfección. Esta perfección es el acto y constituye el término y fin del movimiento. El movimiento es el paso de ser en potencia a acto.
La estructura última de los seres materiales, a la que se ha denominado hilemorfismo, que permanece en el cambio de los entes materiales, es la materia (hylé), que constituye el principio potencial (indeterminado). Aquello que cambia de forma (morfé), constituye el principio que actualiza o determina la materia.
Ambos son dos co-principios de una realidad: cada uno de ellos sólo puede ser en el otro. Una sustancia puede sufrir cambios en los que adquiere o pierde perfecciones que no transforman su naturaleza.
Este movimiento se llama accidental porque las perfecciones reciben el nombre de accidentes o formas accidentales. Debe existir un sujeto que sufra este tipo de cambio, al que designó como sustancia o materia segunda. Los accidentes serían, por lo tanto, propiedades sensibles de las cosas que son en la sustancia.
Hay cambios en los que una sustancia se transforma en otra completamente distinta, el denominado cambio sustancial, que involucra la materia prima y la forma sustancial. La materia prima es el sujeto que permanece en este tipo de cambio, mientras que lo que cambia es la forma sustancial, que es sustituida por otra nueva.
Las Cuatro Causas
- Causa material: materia a partir de la cual se produce algo.
- Causa formal: forma que otorga a la cosa un determinado modo de ser.
- Causa motora o eficiente: ser en acto que produce el movimiento propiamente dicho, sea este accidental o sustancial.
- Causa final: aquello para lo que existe algo.
Conocimiento Sensible e Intelectual
Aristóteles distingue dos tipos de sentidos:
- Sentidos externos: vista, oído, olfato, gusto y tacto.
- Sentidos internos: sentido común, imaginación, memoria y estimativa.
El conocimiento intelectual necesita partir de los datos de los sentidos. Aristóteles llamó intelecto agente al principio que hace que la imagen sensible (imaginación) pueda tener un concepto universal. La abstracción es el proceso por el cual el intelecto paciente recibe los conceptos y los une o separa en juicios y razonamientos, lo que posibilita un primer mundo ordenado y sistemático de la ciencia.
La Polis y la Política
La polis ha de satisfacer las necesidades materiales de sus ciudadanos y proporcionarles una vida buena y feliz. La organización política ideal es aquella donde los que gobiernan son idóneos y buscan el bien común.
Aristóteles distinguió tres sistemas de gobierno buenos y tres malos:
- Monarquía: gobierno de un individuo superior en virtud a los demás, cuya degradación es la tiranía, que es la peor forma de gobierno de todas las conocidas.
- Aristocracia: gobierno de unos pocos hombres selectos; su degeneración es la oligarquía.
- Politeia («república»): gobierno de muchos hombres buenos, cuya corrupción es la democracia o, más bien, la demagogia.
Ética Aristotélica
Aristóteles caracteriza la ética como la búsqueda de la vida buena, es decir, de la felicidad (eudaimonía). El bien es el fin de la conducta humana y fundamenta toda su reflexión sobre la moral.
El Bien y el Fin Último
El bien depende de la manera de ser y la naturaleza de cada tipo de realidad. Existe una pluralidad de seres diferentes. El bien significa la perfección de cada tipo de ente, por lo que es causa final. El bien supremo o fin último es aquel al que se subordinan todos los demás bienes sin estar él subordinado.
Los seres humanos se hacen buenos en la medida en que aprenden a identificar este bien y tratan de alcanzarlo. El auténtico bien supremo se encuentra en la vida intelectual, porque esta consiste en el ejercicio de la inteligencia, la facultad más alta del alma. Solo se puede ser plenamente feliz cuando uno se ocupa de la ciencia teórica más elevada, la filosofía primera, ya que su objeto es el ser en general y el acto puro.
La Naturaleza de la Virtud
La virtud es algo que perfecciona al ser humano, lo ayuda a actuar bien y lo pone en el camino hacia una vida plena. La virtud se define, según Aristóteles, como un hábito que reúne tres rasgos: adquirido, operativo y voluntario.
- La virtud es un hábito adquirido, porque es una cualidad o disposición estable (hábito) que se asienta sobre alguna facultad del hombre como, por ejemplo, la inteligencia, y que se obtiene por la constante repetición de actos; no es algo, por lo tanto, con lo que el ser humano nazca.
- La virtud es un hábito operativo, porque posibilita la adecuada realización de los actos propios de la facultad que perfecciona. De este modo, predispone al hombre a actuar de un modo determinado.
- La virtud es un hábito voluntario, porque el camino de la virtud conlleva deliberación y elección, es decir, requiere la intervención del intelecto y la voluntad. El acto voluntario requiere conocimiento del fin, la decisión de alcanzarlo, la elección de los medios y la firmeza en el obrar. El hombre no siempre se aparta del bien por ignorancia, sino que a veces, voluntariamente, decide subordinar el bien superior a otros bienes inferiores y sensibles.
Las Clases de Virtudes
Las virtudes éticas se definen como hábitos voluntarios que consisten en un término medio entre dos extremos, que son el exceso y el defecto a la hora de actuar. Según Aristóteles, la razón del hombre prudente es la que determina el término medio virtuoso (excelencia y plenitud). La fortaleza constituye el medio entre los extremos de la cobardía y la temeridad, y consiste en vencer el temor ante el mal y el sufrimiento. La templanza establece el justo medio entre la insensibilidad y la intemperancia, moderando el deseo del placer.