Nietzsche, Marx y la Crítica a los Valores Modernos
El siguiente fragmento de texto pertenece a la ética de Nietzsche, que rechaza la idea del mundo verdadero, que ha sido una base para la moral cristiana. Nietzsche afirma que esta idea se ha vuelto inútil y que debe ser eliminada. Esto no solo es una crítica a la religión, sino también a la moral tradicional. Mientras otras morales como la religión nos dicen lo que está bien, y lo que está mal, Nietzsche defiende una ética en la que el ser humano debe crear sus propios valores. Nietzsche considera que la moral cristiana es una moral de esclavos, que surgió como resultado de la rebelión de los esclavos, y es el producto del resentimiento, y del deseo de castigar a los fuertes. Nietzsche apostará por una moral de señores, que es la moral del superhombre que no sigue normas impuestas, sino que crea su propio camino. Este proceso de transformación del ser humano es explicado por Nietzsche, mediante la metáfora de las tres transformaciones del espíritu: el camello, que representa al ser humano que aún carga con los valores tradicionales y sus normas; el león, que vierte los antiguos valores y quiere conquistar su libertad; y el niño, que simboliza la capacidad de crear nuevos valores desde cero, como si empezara el mundo otra vez. El estado que describe este texto, en el que el hombre deja atrás la idea del mundo verdadero y se libera de la moral, es el resultado del momento en que el espíritu se ha convertido en niño, preparado para convertirse en superhombre. Para llegar ahí, Nietzsche dice que hay que pasar por el nihilismo, que es cuando el ser humano ya no cree en los antiguos valores. Aunque esto puede parecer negativo, Nietzsche lo ve como una oportunidad de empezar de cero y vivir, sin depender de lo que nos han enseñado.
Su predicción del nihilismo sigue siendo vigente. Nuestros valores no son más que una imposición del mercado que inventa necesidades y valores para guiarnos al consumo. El ideal de Superhombre gusta y entusiasma, pero siempre mirándolo desde el horizonte, pues la sociedad nos obliga a movernos dentro de las masas. Es cierto que dios está desapareciendo de la vida de la mayoría de las personas. Cuanto más acomodados e inmersos vivimos en el mundo de la inmediatez y de la digitalización menos necesitamos reflexionar sobre la existencia de un Ser que está más allá. La gente hoy en día no cree ni tiene siquiera esa necesidad.
La Alienación en Marx
Para Marx, el hombre es un ser natural. El hombre se diferencia de los animales a partir del momento en el que empieza a producir sus medios de vida. La esencia del hombre es el trabajo. El origen de la alienación del ser humano está en la pérdida de la transformación del ser humano y su disfrute. Hay varios tipos de alienación. En la alienación económica, el trabajo ya no se hace por la necesidad de apropiarse, sino que se trabaja para asegurar la subsistencia. El hombre ya no se siente satisfecho, sino infeliz. El hombre se animaliza, puesto que se siente libre únicamente en sus funciones animales y se siente un animal en sus funciones humanas. La alienación social se debe a la función de los individuos en el proceso productivo. Cuando este es correcto y no alienado, los intereses de los individuos coinciden. Cuando este es alienado, los intereses de los individuos sacan provecho. Así se crean las clases sociales, un grupo de individuos que tienen intereses similares. La alienación política se centra en el Estado. El Estado es un instrumento en manos del poder de la clase dominante y protege sus intereses. El Estado, lo que hace de manera encubierta es la separación entre los seres humanos. La alienación religiosa predica al individuo ante las condiciones miserables de vida. De ahí que la religión sea la droga del pueblo. La alienación filosófica pretende conocer sin entrar en la práctica, desviando al hombre. No queriendo ni transformar ni criticar la realidad, sino captar su racionalidad.
El Materialismo Histórico
El materialismo histórico es una teoría que niega la autonomía de las ideas.