La Teoría del Conocimiento en Kant
C. Sujeto Trascendental
Kant trata de averiguar cuáles son las condiciones de posibilidad y límites del conocimiento estudiando la razón. Parte de la idea de que podemos conocer gracias a las formas a priori y universales del entendimiento humano. Son formas porque dan forma a la materia caótica que aportan los sentidos. Son a priori porque no provienen de la experiencia y son universales porque todo ser humano las posee. Son trascendentales porque son las condiciones de posibilidad de la experiencia. Dado que las formas trascendentales del entendimiento son necesarias para conocer la realidad, entonces el sujeto es parte fundamental en el acto de conocer. Kant lo denomina sujeto trascendental.
D. El Conocimiento Científico y los Juicios
Kant se pregunta cómo es posible la ciencia y, en concreto, si la metafísica puede ser una ciencia. Para responder a ello, elabora una clasificación de las ciencias y de los tipos de juicios científicos.
- Las ciencias formales (lógica, matemáticas) usan el método deductivo y sus verdades son analíticas a priori: universales y necesarias.
- Las ciencias empíricas parten del método hipotético-deductivo. Sus verdades son sintéticas a posteriori.
Según el tipo de ciencia, expresarán sus proposiciones en dos clases de juicios:
- Juicios analíticos a priori: Típicos de la tradición racionalista cartesiana (ej. «Todos los solteros no están casados»). El predicado está contenido en el sujeto; no amplían el conocimiento.
- Juicios sintéticos a posteriori: Propios de la tradición empirista (ej. «Todos los cuerpos son pesados», aunque Kant usaría «extensos» como ejemplo de analítico). El predicado añade información nueva al sujeto, provienen de la experiencia.
Kant afirma que los juicios de la ciencia no pueden ser meramente analíticos a priori (pues no amplían conocimiento), pero tampoco pueden ser juicios sintéticos a posteriori (pues carecerían de universalidad y necesidad). Propone la existencia de juicios sintéticos a priori: estos son los que permiten que la ciencia avance porque, al ser sintéticos, aportan información nueva, y al ser a priori, son universales y necesarios.
Estudio de las Formas a Priori: La Crítica de la Razón Pura
A. La Estructura de la Crítica de la Razón Pura
En la Crítica de la Razón Pura, Kant estudiará las formas a priori del conocimiento. Divide la obra en tres partes principales:
- Estética Trascendental: Estudia la sensibilidad y sus formas a priori (espacio y tiempo).
- Lógica Trascendental: Se divide en:
- Analítica Trascendental: Estudia el entendimiento y sus formas a priori (las categorías).
- Dialéctica Trascendental: Estudia la razón y sus ideas (Alma, Mundo, Dios), y la imposibilidad de la metafísica como ciencia.
B. La Estética Trascendental
En la Estética Trascendental, Kant analiza la sensibilidad, que define como la facultad que nos permite recibir impresiones y sensaciones que proceden de los órganos sensoriales (receptividad). Kant sostiene que para comprender los datos de los sentidos, el sujeto debe procesarlos activamente. La primera ordenación que el sujeto hace del objeto es situarlo en un espacio y tiempo concretos. Pero el espacio y el tiempo no son percibidos por los sentidos como propiedades de las cosas en sí, sino que son las formas a priori de la sensibilidad, puestas por el sujeto. Son las condiciones trascendentales de la sensibilidad y nos permiten intuir los objetos.
Las formas a priori (espacio, tiempo y categorías) hacen que el sujeto perciba la realidad de forma humana, es decir, acorde a los límites que le marcan sus sentidos y las estructuras trascendentales del entendimiento. Kant constata que el conocimiento humano es limitado. Lo único que podemos conocer son fenómenos (la realidad tal como se nos aparece, configurada por nuestras formas a priori), pero nunca el noúmeno (la cosa en sí, independiente de nuestra forma de conocerla). El noúmeno podemos pensarlo, pero no conocerlo; solo un entendimiento divino (intuición intelectual) podría acceder a él.
Los juicios sintéticos a priori en matemáticas son posibles porque la concepción del espacio como forma a priori de la sensibilidad permite las proposiciones universales y necesarias de la geometría, y la del tiempo permite las de la aritmética.
C. La Analítica Trascendental
En la Analítica Trascendental, Kant examina el entendimiento y su esquematismo, es decir, sus formas a priori. Una vez que la sensibilidad sitúa los datos de los sentidos en el espacio y el tiempo (produciendo así la intuición empírica o fenómeno), el entendimiento comienza a trabajar sobre este material, aplicando sus formas puras: las categorías (o conceptos puros del entendimiento).
La función del entendimiento es pensar la realidad emitiendo juicios. El juicio es posible porque el entendimiento vincula el fenómeno (intuición) con los conceptos puros a priori del entendimiento, las categorías, que todo ser humano tendría en su mente de forma innata (no en contenido, sino como estructura). Mediante las categorías, el entendimiento da forma y sentido al fenómeno.
Las formas a priori que permiten que el sujeto conozca son, por tanto, las formas puras de la sensibilidad (espacio y tiempo) y las categorías del entendimiento. Comprender los fenómenos significa poder referirlos a un concepto (como ‘casa’, ‘árbol’ o ‘taza’). Conceptualizar un fenómeno se realiza siempre a través de un juicio (como decir «Esto es una casa»). De ahí que el entendimiento se defina como la facultad de formular conceptos y juicios.
Lo novedoso de Kant es que, por primera vez, se piensan los conceptos a priori (categorías), es decir, conceptos no procedentes de la experiencia, sino que los produce el sujeto trascendental desde la espontaneidad del entendimiento. Kant señala que existen tantas formas de unificar los datos de la experiencia (categorías) como formas posibles de juicios. Para esto, recurre a la tabla de los juicios de la lógica tradicional (influenciada por Aristóteles) y deduce que los tipos de juicios son 12, por ello, las categorías también serán 12, agrupadas según:
- Cantidad (Unidad, Pluralidad, Totalidad)
- Cualidad (Realidad, Negación, Limitación)
- Relación (Sustancia-Accidente, Causa-Efecto, Comunidad/Acción recíproca)
- Modalidad (Posibilidad-Imposibilidad, Existencia-Inexistencia, Necesidad-Contingencia)
Estos conceptos puros (categorías) solo pueden aplicarse legítimamente a los fenómenos (datos de la experiencia estructurados por espacio y tiempo). Cuando se aplican al noúmeno o a ideas que sobrepasan los límites de la experiencia posible, la razón se extravía y funciona mal, cayendo en contradicciones.
D. La Dialéctica Trascendental
El fenómeno es el producto de la sensibilidad (intuición espacio-temporal). Al aplicar sobre este las categorías, surge el objeto de conocimiento. Una vez producido el objeto, el entendimiento puede formular juicios acerca de la realidad. Estos juicios son la materia con la que trabaja la razón.
La razón es la facultad cognoscitiva superior. A partir de los juicios que resultan del entendimiento, la razón sintetiza, deduce y los pone en relación con el fin de generalizar, de alcanzar la unidad del pensar más allá de los juicios particulares del entendimiento. Busca lo incondicionado.
En la Dialéctica Trascendental, Kant se pregunta si la metafísica es posible como ciencia, y su respuesta es negativa. La distinción kantiana entre fenómeno y noúmeno lo confirma. Kant admite que los límites del conocimiento científico son los de la experiencia sensible. La ciencia versa sobre fenómenos, mientras que la metafísica tradicional trata de noúmenos o ideas trascendentes.
A partir de la inferencia lógica y su tendencia a buscar la unidad incondicionada, la razón crea nuevas proposiciones, ideas y conceptos que van más allá de la experiencia posible. Esta aspiración propia de la razón da lugar a tres Ideas Trascendentales: Alma (unidad incondicionada del sujeto pensante), Mundo (unidad incondicionada de la serie de fenómenos) y Dios (unidad incondicionada de toda la realidad). Estas tres ideas son los objetos propios de la metafísica tradicional (psicología racional, cosmología racional, teología racional), pero a ellas no tenemos acceso cognoscitivo a través de la razón teórica.
La metafísica no puede ser ciencia porque sus objetos (Alma, Mundo, Dios) sobrepasan los límites de la experiencia posible y, por tanto, no puede formular sobre ellos juicios sintéticos a priori con validez objetiva. Los intentos de hacerlo llevan a paralogismos (en el caso del Alma) y antinomias (contradicciones irresolubles, en el caso del Mundo).
Sin embargo, que no podamos conocer estos conceptos por la razón teórica no significa que debamos rechazarlos por completo. Son los presupuestos necesarios que hacen posible la vida moral, como se verá en la razón práctica. Las antinomias de la razón pura (por ejemplo, sobre la libertad o el origen del mundo) señalan los límites del conocimiento, pero abren la puerta a otro uso de la razón. Lo que es indemostrable para la razón teórica puede ser un postulado de la razón práctica. Esto significa que Dios, Alma (inmortalidad) y Libertad son ideas reguladoras de la razón práctica, que tienen un papel muy importante en nuestro sistema de conocimiento moral, pero no en nuestro conocimiento científico.
Razón Teórica y Razón Práctica
Con esta distinción entre la vida teórica (conocimiento) y moral (acción), Kant distingue dos usos de la razón:
- El uso teórico de la razón: Se ocupa del conocimiento de los objetos. No puede sobrepasar los límites de la sensibilidad y del entendimiento (la experiencia posible). Su obra cumbre es la Crítica de la Razón Pura.
- El uso práctico de la razón: Se ocupa de la dirección de la voluntad y la acción moral. Ha de ir más allá de aquellos límites, atiende a la ley práctica (moral) que permite el juicio moral y la orientación de nuestras conductas. Su obra clave es la Crítica de la Razón Práctica.
Tal como ya había afirmado, no podemos rechazar la posibilidad del juicio moral y, por ello, además de no poder evitar pensar las Ideas trascendentales (Libertad, Alma, Dios), las necesitamos y postulamos para dar sentido a la moralidad.
La Ética Kantiana
Kant señala dos usos heterogéneos en la razón humana: teórico y práctico. Mientras que en su Crítica de la Razón Pura trata la posibilidad de acceder al conocimiento universal y los límites del conocimiento humano, en su Crítica de la Razón Práctica y en la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, analiza el uso práctico de la razón como fundamento de la acción y la voluntad humana. La cuestión central es la moralidad.
Formalismo Ético
El punto de partida de la ética de Kant es que la moralidad es un hecho de la razón. Existen buenas y malas voluntades, buenas y malas acciones. Kant critica las éticas anteriores por ser materiales, es decir, por basar la moralidad en un contenido concreto (la felicidad, el placer, la utilidad) que se obtiene de la experiencia y que genera mandatos hipotéticos. Frente a ellas, propone una ética formal.
Distingue dos tipos de principios que guían la acción:
- Máxima: Es un principio de acción subjetivo. Se basa en sentimientos, motivos personales, intereses y fines privados. Las máximas son el fundamento de las éticas materiales (Kant entiende como tales la ética de la felicidad de Aristóteles, el hedonismo de Epicuro, el emotivismo de Hume y el utilitarismo).
- Imperativo Categórico: Es un principio objetivo y universal porque puede ser válido para todo ser humano en cualquier circunstancia. Se fundamenta en la ley moral que dicta la razón práctica por sí misma, independientemente de cualquier fin externo.
Las características que diferencian las éticas materiales de la ética formal de Kant son:
Característica | Éticas Materiales | Ética Formal (Kant) |
---|---|---|
Guía | Máximas (subjetivas) | Imperativos (objetivos, universales) |
Origen | Empíricas (a posteriori) | A priori (racionales) |
Fin | Teleológicas (orientadas a un fin: felicidad, placer, etc.) | No teleológica (el fin es el cumplimiento del deber mismo) |
Mandato | Hipotéticas («Si quieres X, haz Y») | Categóricas («Haz Y») |
Fuente de la Ley | Heterónomas (el principio moral viene de fuera del sujeto: naturaleza, Dios, sociedad) | Autónomas (el principio moral reside en la razón del propio sujeto) |
Enfoque | Material (atiende al contenido/consecuencia de la acción) | Formal (atiende a la forma/intención de la acción: el deber) |
Ética Deontológica
El formalismo ético de Kant es también una teoría deontológica porque la buena acción moral es aquella que se fundamenta en el deber, y este es dictado por el imperativo categórico. Se actúa acorde al deber cuando se atiende a la ley moral que dicta el imperativo categórico, sin importar las consecuencias o inclinaciones personales.
Kant afirma que lo importante en una acción moral es la voluntad con la que actuamos. «No existe nada bueno en el mundo o fuera de él que pueda considerarse bueno sin restricción, excepto una buena voluntad«. Según esta tesis, distingue tres clases de acción en relación con el deber:
- Acción contraria al deber: Es una acción inmoral.
- Acción conforme al deber: Es una acción que coincide externamente con el deber, pero se realiza por inclinación personal, interés o miedo. Es una acción legal, pero no moral en sentido estricto.
- Acción por deber (o por mor del deber): Es la única acción con valor moral genuino. Se realiza exclusivamente por respeto a la ley moral, sin otra motivación.
Actuar por deber implica que, en esta vida, virtud y felicidad rara vez coinciden necesariamente.
La ley moral es dictada por el Imperativo Categórico. En su obra Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, Kant ofrece varias formulaciones, siendo las más conocidas:
- Fórmula de la Ley Universal: «Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta en ley universal».
- Fórmula del Fin en Sí Mismo: «Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio».
El imperativo categórico es una máxima subjetiva que debe poder ser, a su vez, una ley objetiva, universal y necesaria.
Postulados de la Razón Práctica
Kant señala que solo si existen ciertas condiciones o exigencias, es posible la moralidad tal como la experimentamos (el hecho de la ley moral y la acción por deber). Estas condiciones no pueden ser demostradas por la razón teórica, pero deben ser postuladas por la razón práctica para que la moral tenga sentido. Son los postulados de la razón práctica:
- La libertad individual: Solo si somos libres (autonomía de la voluntad) podemos ser responsables de nuestras acciones y actuar moralmente (elegir actuar por deber). La libertad es la ratio essendi (condición de ser) de la ley moral.
- La inmortalidad del alma: La perfecta conformidad de la voluntad con la ley moral (santidad) es un ideal que no podemos alcanzar en esta vida finita. La inmortalidad asegura la posibilidad de un progreso infinito hacia esa perfección moral.
- La existencia de Dios: En este mundo, la virtud (actuar por deber) no garantiza la felicidad. Dios, como bien supremo y juez justo, garantiza la unión final entre felicidad y virtud en otro mundo, haciendo que la moralidad no sea un esfuerzo absurdo.
Estos postulados no son objetos de conocimiento científico, sino exigencias de la razón en su uso práctico, es decir, creencias racionalmente justificadas y necesarias para la vida moral.