Demócrito y su Filosofía Atomista
Filosofía Natural
Tres realidades fundamentales articulan la filosofía natural de Demócrito: lo lleno, el vacío y el movimiento:
- Lo lleno: Son los seres, las cosas constituidas por un aglomerado de átomos, que son partículas indivisibles. Si fuesen divisibles, no serían más que infinitos y se disolverían en el vacío.
- El vacío: Es el espacio sin átomos, necesario para que los átomos puedan moverse.
- El movimiento: Es inherente a los átomos y provoca sus agrupaciones y ordenaciones, dando origen a las cosas y a todas sus propiedades.
Los átomos se diferencian por su figura, por el orden, por su posición y por su magnitud. Sus movimientos y combinaciones ocurren por necesidad y azar, sin una finalidad predeterminada.
Teoría del Conocimiento
El conocimiento de las cosas depende, en parte, de las condiciones del sujeto. Las percepciones pueden variar según las disposiciones de nuestro cuerpo. Las sensaciones e ideas dependen de las imágenes sensibles (eidola) que emanan de los objetos, las cuales son producidas por los movimientos atómicos y afectan nuestros sentidos.
Convicciones Éticas
Destacan las siguientes convicciones éticas en Demócrito:
- Norma básica de moralidad: El respeto y la responsabilidad ante sí mismo (aidos).
- La razón como vía: El sabio debe guiarse por su razón y buscar la tranquilidad del alma (euthymia o ataraxia).
- La felicidad: Consiste en el goce mesurado y el equilibrio espiritual, más que en los placeres sensibles.
- Cosmopolitismo: Las personas sabias tienen como patria todo el mundo.
- Ideal político: La democracia es preferible a otras formas de gobierno, aunque lo ideal es el gobierno de los sabios.
La Filosofía Pitagórica
Principios Fundamentales
Los principios básicos del Pitagorismo fueron:
- La armonía cósmica: Concebían la naturaleza como un cosmos ordenado (kosmos), un inmenso complejo esférico, con un fuego central. A su alrededor circulaban los cuerpos celestes a distancias matemáticamente proporcionales, produciendo una armonía musical (la «música de las esferas»). Todo está regido por la exactitud matemática, causa de la armonía universal.
- La metafísica del número: Consideraban que los números son la esencia de todas las cosas. La conjunción articulada de todos los seres del universo configura una unidad (el Uno). Cada ser en particular tiene sentido por su relación con la estructura numérica del cosmos. El número uno es la referencia básica y el principio (arché) de todas las cosas.
- El alma humana: Creían en la dualidad cuerpo-alma y en la transmigración de las almas (metempsicosis). Cuerpo y alma tienen un origen distinto pero se influyen mutuamente.
Definición del Alma
El alma es vista como una armonía del cuerpo, pero también como una entidad inmortal de origen divino, encarcelada en el cuerpo.
Atributos del Alma
Posee capacidad cognoscitiva, poder de razonamiento, discernimiento moral y otras facultades. A partir de su naturaleza divina e inmortal, los pitagóricos justifican la necesidad de purificación a través del conocimiento y un modo de vida ascético.
- El valor de la educación: Se organizaban en comunidades con estrictas prácticas educativas y científicas. Partían del principio fundamental: para hacer algo bien hay que entrenar y practicar. Cumplían normas de higiene y comportamiento muy exigentes. Daban gran importancia al cultivo de la voluntad, la disciplina y el ascetismo dirigidos a la purificación del alma. Utilizaban la música como terapia y su dedicación científica se dirigió especialmente a las matemáticas.
La Escuela de Elea: Parménides
Las Dos Vías del Conocimiento
El tema central de Parménides es la oposición entre las dos vías del conocimiento: el conocimiento racional (episteme), que conduce a la verdad única sobre el Ser, y el conocimiento sensible (doxa), que solo aporta opiniones engañosas sobre el mundo aparente.
Primera Vía: El Conocimiento Racional (La Vía de la Verdad)
A través de la razón, se revela la naturaleza del Ser: el Ser es, y el No-Ser no es. Este Ser es único, no nacido (ingénito), indestructible, inmutable, indivisible, homogéneo, continuo y esférico. Todas las cosas que percibimos, en su realidad fundamental, pertenecen al ámbito de este Ser único. Incluso el pensamiento pertenece al Ser, porque solo se puede pensar en lo que es («lo mismo es pensar y ser»).
De esta afirmación se deduce que las cosas no pueden diferenciarse realmente entre sí en su esencia, porque o se diferencian por algo que es (con lo cual no se diferenciarían, ya que el elemento diferencial sería el mismo: el Ser), o se diferencian por algo que no es, lo cual es impensable e imposible, porque el No-Ser no existe.
Todo lo que hay está contenido en el Ser. Situar algo fuera del Ser implicaría la existencia del No-Ser (la nada), lo cual es lógicamente contradictorio y absurdo.
Consideraciones sobre la Totalidad y la Razón
- Parménides parece tratar la idea de Ser o totalidad como una entidad única y compacta. Esta es una concepción alcanzada mediante la pura deducción lógica, no a través de los sentidos. La razón puede pensar en esta entidad única, pero no conocerla en el sentido empírico.
- Con la afirmación de que la razón confirma la unicidad e inmovilidad del Ser, Parménides establece que la verdadera comprensión de la realidad debe basarse en los principios lógicos de la razón, no en las apariencias sensibles.
Segunda Vía: El Conocimiento Sensible (La Vía de la Opinión)
Parménides la califica como la «opinión de los mortales», una vía engañosa basada en los sentidos. Llevados por las percepciones sensoriales, los mortales creen en la multiplicidad, el cambio y el devenir (nacimiento y destrucción), aceptando erróneamente la existencia del No-Ser junto al Ser. Contemplan las estrellas, el sol, etc., sin preguntarse por la realidad unitaria e inmutable que subyace a todo. Ahora bien, aunque los entes particulares parezcan cambiar y destruirse, el Ser como tal permanece inalterado, porque todo lo que es (incluso lo que ha sido o será pensado) pertenece necesariamente al Ser único y eterno.