El Problema de Dios en la Edad Medieval: San Agustín
San Agustín defiende el Creacionismo: el mundo y el tiempo han sido creados por Dios desde la nada. Esta creación se explica a partir de la Teoría del Ejemplarismo: Dios ha realizado en la materia los seres concretos a partir de aquellas ideas eternas que están en su mente divina (los arquetipos). Además, Dios depositó en la materia los gérmenes de todos los seres futuros para que fueran apareciendo progresivamente en el tiempo.
Todo ser creado se constituye pues de materia (que puede ser corpórea o espiritual) y forma (la esencia que le hace ser lo que es). Esta creación no es abandonada por Dios una vez creada, sino que Dios la cuida y gobierna, y para ello ha concebido un plan para el mundo, y este plan se expresa en la ley eterna.
Por ello, le surge a San Agustín el problema del mal, pues si el mal existiera, sería algo creado por Dios, siendo así Él mismo malo. La solución, para San Agustín, es considerar que todo lo creado por Dios es bueno, siendo el mal o la imperfección no algo real, sino carencia de ser o perfección. Además, el mal sólo lo es en tanto individual y concreto, pero no para la totalidad de la creación, en donde siempre resulta de él un bien mayor. Explicará así igualmente el mal moral humano, que es fruto de un bien mayor: la libertad.
Si bien para San Agustín la existencia de Dios está clara, intentará hacer una demostración de la misma. Admitirá varios argumentos, como:
- La propia grandeza de la creación (la realidad es demasiado compleja para no haber sido creada por una inteligencia).
- El argumento del consenso (la mayoría de los hombres creen en Dios).
Pero el argumento preferido por San Agustín es el derivado del carácter eterno e inmutable de ciertas ideas que tenemos en nuestra alma, que contrasta con la naturaleza humana, mutable y finita, y por lo tanto tienen que tener como causa un ser eterno e inmutable: Dios. A este se le conoce imperfectamente a través de las huellas que ha dejado en las criaturas.
La Sociedad y la Ley en la Edad Medieval: Santo Tomás de Aquino
La facultad racional del hombre sólo puede desarrollarse en sociedad, ya que el hombre es para Santo Tomás un ser social por naturaleza. Los preceptos de la ley natural son demasiado generales y deben ser concretados mediante la ley positiva, las leyes que rigen una sociedad concreta.
Las leyes positivas son convencionales y deben ser una prolongación de la ley natural y respetarla, ya que, si no es así, serán injustas y existe el derecho a desobedecerlas. La búsqueda de la justicia es el punto de unión entre la moral y el derecho.
Las mejores formas de gobierno, para Santo Tomás, son la Monarquía, la Aristocracia y la Democracia, siempre que respeten la ley natural al hacer sus leyes positivas.
El Ser Humano y la Moral en la Edad Medieval: San Agustín
El ser humano, según San Agustín, está hecho a imagen y semejanza de Dios. Esto quiere decir que posee, a diferencia de los animales, vida espiritual. Por ello, defenderá el dualismo afirmando que el hombre se compone de dos sustancias, el cuerpo (materia) y el alma (forma), cuya unión es accidental. Así, el hombre es fundamentalmente un alma inmortal frente a un cuerpo mortal y corruptible.
Esta alma humana tiene, siguiendo el esquema trinitario de Dios, tres facultades que le hacen ser una única persona:
- Memoria: Permite unir el presente y el pasado creando la identidad personal.
- Inteligencia: Permite conocer la verdad.
- Voluntad: Le lleva a buscar el amor y la felicidad que solo se pueden encontrar plenamente en Dios.
Por todo ello, y siendo ese amor lo fundamental, el alma debe regir el cuerpo para volver a Dios, de quien procede.
San Agustín defiende la libertad del ser humano y, por lo tanto, el libre albedrío. La voluntad libre nos hace pecar o vivir bien y conforme a la ley de Dios. Sin embargo, la voluntad no es suficiente para ser bueno por culpa del pecado original, y el ser humano necesita la gracia, dada por Dios, para obrar correctamente.
Una acción humana debe juzgarse en relación con la intención que la guía: si es conforme a la ley de Dios, será buena; si no, será pecado. El mal moral es el abuso que el hombre comete de su libre albedrío y, por ello, es responsable personally del pecado cometido. La voluntad humana tiende a la felicidad, fin supremo que sólo se consigue en la otra vida, con la contemplación y amor de Dios, cumpliéndose así la auténtica libertad.
El Conocimiento en la Edad Medieval: Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás distingue dos fuentes distintas de conocimiento: la razón y la fe. La razón conoce de forma imperfecta la esencia de Dios y tiene unos límites que sólo pueden ser ampliados por la fe. Razón y fe tienen contenidos propios y específicos, pero también contenidos comunes.
Para Santo Tomás, razón y fe son autónomas e independientes, no puede existir contradicción entre los contenidos de ambas y deben ayudarse mutuamente: la razón ayuda a la fe para construir la teología, y la fe a la razón como criterio extrínseco negativo de sus conclusiones.
Santo Tomás, en relación con el conocimiento racional, afirmará que se parte de la percepción sensible para elaborar mediante abstracción los conceptos universales. El entendimiento agente abstrae las características comunes conociendo el concepto universal, y el entendimiento posible aplicará dichos conceptos universales a lo concreto para hacer juicios.