Cosmovisiones antiguas:

Si nos dejásemos guiarnos por los sentidos pensaríamos que no es la tierra, sino una bóveda celesta que se mueve alrededor y como las estrellas se mueven a la vez pensaríamos que son puntos brillantes en una cúpula firme. Además en estos cuerpos es difícil apreciar a simple vista otras alteraciones. Esta regularidad contrasta con la diversidad y variabilidad presentes en la Tierra.

• Tierra: Los antiguos estaban convencidos de que la diversidad de las sustancias ocultaba una explicación sencilla, todas ellas proceden de la transformación de uno o varios elementos que puede considerarse los principios de la realidad.
  Los filósofos de Melieton coincidieron en considerar que las sustancias derivaban de un principio único y natural que se denominaba arkhé Todas las cosas provenían de sucesivas transformaciones de este principio sin embargo defendieron la existencia de los 4 elementos el agua, el agua, el aire y la tierra, esta doctrina consiste en afirmar que las cosas se forman a partir de la mezcla de estos.

En cuanto a la forma de la Tierra, la info recogida por los sentidos hizo creer a los primeros filósofos que la tierra era plana que se encontraba rodeada por agua, no tardaron en aparecer academias que habían deducido qie la tierra era una esfera, por eso se entiendo que al alejarse un barco de la costa lo primero que dejaban de ver era el caso y después las velas. También se entendieron los eclipses lunares que permitían comprobar que la sombra que proyecta la tierra es la luna que tiene una contorno circular.

• Los cielos:

  
  Una explicación acorde con las concepciones culturales y religiosas debía cumplir las siguientes características:
• El movimiento de los cuerpos celestes ha de ser circular pues este movimiento es perfecto y el único adecuado a seres divinos como los astors
• Geocentrismo, en el que la tierra era considerada inmóvil y estaba situado en el centro del universo
• El universo debe ser entendido como limitado, en su extremo mas alejado de la tierra, por la esfera de las estrellas fijas.

Esta visión del mundo es la más apropiada porque vemos moverse el Sol y la Luna y, en principio, no hay nada que nos permita indicar que es la propia Tierra la que está en movimiento

• Estructura del universo:

  
  El cosmos aristotélico, el cosmos es un todo organizado en dos mundos de naturaleza distinta: el mundo sublunar y el mundo supra lunar

El mundo sublunar es el mundo que habita el ser humano, la tierra. Tiene forma esférica es muy reducida y ocupa un lugar central del universo, este mundo está iluminado por la luna que es la frontera con los dos mundos. Este mundo está formado por los cuatro elementos ya explicados y cada uno tiene un lugar propio en el caso que se encontrasen se organizarían siendo el tierra el primer y seguido por agua, aire y ultimo fuego. El movimiento natural es de carácter rectilíneo que puede ser descendente y ascendente. Podemos observar movimientos rectilíneos de ascenso y descenso y además transformaciones, según Aristóteles todo mov. No natural tiene una causa exterior.

En cuanto al mundo supra lunar este mundo está más allá de la esfera de la luna y tiene el límite en la esfera de las estrellas fijas. Este está formado por un único elemento, el éter es un elemento de naturaleza divina perfecto, puro, inalterable y sin peso. Este tiene un movimiento circular uniforme que se trasmite por rozamiento de unas esferas a otras lo que se produce como resultado los complicados movimientos de los planetas.

Implicaciones filosofías de la cosmovisión antigua:

Las cosmovisiones del mundo son elaboradas por el ser humano y para el ser humano con el fin de comprender su entorno físico, ya sea cuando se busca la verdad o ya sea en busca de seguridad. Así, natural que una cosmovisión tenga una serie de implicaciones que van más allá del terreno estrictamente científico. Algunas implicaciones son las siguientes:

• La realidad, esta perfectamente ordenada. Todas las cosas están organizadas e integradas en la totalidad del universo y cada parte tiene una finalidad propia dentro del todo.
• La realidad, es totalmente cognoscible. Utilizando su razón, el ser humano puede comprender plenamente el funcionamiento del universo, pues este funcionamiento se basa en relaciones de casualidad que están dispuestas con relación a un fin.
• La perspectiva, con la que se estudia la realidad es antropocéntrico. En efecto, el mundo se contempla desde el punto de vista del ser humano, como si estuviese hecho para el, la naturaleza se ajusta a la razón humana que esta la comprende por completo.

-Implicaciones filosofías de la cosmovisión moderna:

Si el cambio ocasionado por la ciencia del S. XVI y XVII se ha denominado revolución o giro copernicano, es porque sus consecuencias trascienden el terreno puramente científico. Las características son las siguientes:

• Mecanismos

  
  El éxito de la mecánica newtoniana en la explicación del fenómenos físicos tan diversos como el mov. De los cuerpos del sistema solar, la caída de los cuerpos…fue tal su caída que se instituyo como paradigma, dando la base matemática que consagraba definitivamente la nueva perspectiva de compresión, la idea del mundo como una gran maquina perfecta, comparable a un mecanismo de relojería.

Por ello se intenta explicar la realidad atendiendo tan solo a causas materiales.

• Determinismo

  
  El universo es teóricamente predictible: como todo fenómeno de la naturaleza es un proceso mecánico; las leyes newtoniana determinan completamente su evolución, evolución que podemos predecir en la medida de en dispongamos de datos exactos. Así, aunque todas las leyes de la naturaleza son totalmente deterministas y absolutamente necesarias, en nuestro conocimiento y descripción de aquella nos vemos obligados a utilizar también las leyes estadísticas.

• Reducción del papel de Dios en la cosmología

  
  La ciencia resultante del giro copernicano no niega la existencia de Dios, pero desvincula el estudio del universo del estudio de la existencia de la divinidad. Los científicos reducen el papel de Dios al de creador y diseñador de la máquina del mundo y sus leyes. Aunque la constatación científica de la perfección del universo puede servir para aumentar la gloria de un posible creador divino, también puede utilizarse para hacerlo casi innecesario y facilitar el paso al ateísmo. Este paso se hizo efectivo más adelante para algunos filósofos con el que declararon que concentrar espíritu y corazón solo en lo material más sensible es negar, de hecho, toda realidad suprasensible.