1.1. Contexto histórico
La Ilustración denomina a un amplio movimiento de ideas que contagia a toda Europa durante el siglo XVIII (Siglo de las Luces), como una actitud racionalista de clarificación de la vida humana y del mundo. Sus límites temporales se suelen establecer entre dos revoluciones: la inglesa de 1688 y la francesa de 1789.
Podemos caracterizar la época con los siguientes rasgos:
1.
Comienza la revolución industrial (a partir de 1750), primero en Inglaterra y después, poco a poco, por el resto del continente. Aún así, la industria aún ocupa un lugar secundario en la economía real y en la conciencia de las gentes. La base fundamental de la economía sigue siendo agrícola. Los avances científicos y técnicos desembocarán en una mejora de las técnicas agrícolas (herramientas, rotación de cultivos, etc.).
2.
Surge la economía como ciencia en la obra de Adam Smith Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), que supone la formulación del liberalismo económico como teoría que sustenta el creciente avance del capitalismo. El liberalismo económico sostiene que en el juego de la economía la iniciativa individual es el principal motor, y en ningún caso debe ser limitada o controlada; en consecuencia, el Estado no debe intervenir en la economía (ese es el sentido del famoso lema laisser faire, laissez passer), salvo para garantizar la ley y el orden. Será la libre competencia la que establezca los principios de la economía y la que regule el mercado según la ley de la oferta y la demanda;
Además, sólo de este modo se garantiza la prosperidad. El trabajo se constituye en el valor supremo. El supuesto que subyace a este planteamiento consiste en extender la ley natural al terreno de la economía: es la misma providencia divina la que ha establecido las leyes mediante las que se explican la gravitación universal o el enriquecimiento del industrial. Como es obvio, esta teoría viene a sostener los intereses de una burguesía cada vez más poderosa.
El capitalismo está servido
3.
Se produce una gran explosión demográfica que lleva a duplicar la población a lo largo del siglo.
La sociedad estamental
Nobleza, clero y tercer estado (pueblo en general, incluida la burguesía), entra en crisis.
Se trata de una sociedad aristocrática (la nobleza y el alto clero monopolizan los altos cargos) y jerárquica (no hay igualdad ante la ley), que excluye del poder a una burguesía cada vez más rica y poderosa. Esta tensión abocará indefectiblemente a situaciones revolucionarias cuyo prototipo y modelo será la Revolución Francesa, y que suponen el acceso al poder político de la burguesía.
4.Respecto de las formas de organizar el Estado, la más común es la monarquía absoluta, presente en toda Europa Occidental, salvo en Inglaterra donde gobierna una monarquía parlamentaria.
En el Este de Europa (Prusia, Rusia) surge el Despotismo Ilustrado:
Ante una economía atrasada todavía inmersa en estructuras feudales y la casi total falta de burguesía, el Estado se ve obligado a hacerlo todo para modernizar el país y doblegar a la nobleza -todo para el pueblo, pero sin el pueblo-. Se le llama ilustrado, porque los déspotas se sirven de las ideas de la Ilustración (ejemplo de monarca ilustrado es Federico II el Grande, de Prusia).
5.El siglo XVIII es llamado el siglo de las luces, pretendiendo indicar con esta metáfora el carácter de la cultura de la época:
la luz ya no viene de lo alto, sino que su fuente está en la razón humana que sirve de guía al hombre en su intento de huir de la ignorancia y de la superstición. Esta confianza en la razón, tras las aportaciones de los empiristas, no es ilimitada: frente a la todopoderosa razón de Descartes, los ilustrados establecen sus límites en la experiencia. Dentro de estos límites, no debe haber censura ni prejuicios, sino que todo debe caer bajo el juicio implacable de la razón (y particularmente todo aquello en que se atisbe el más mínimo reducto de ignorancia o superstición). En este sentido, la religión y la tradición serán sometidas a crítica.
La confianza en la razón, por otra parte, unida a las aportaciones científicas de Newton, provoca una nueva visión de la naturaleza, que puede ser controlada por el hombre y puesta a su servicio:
Se llega de este modo a la idea de progreso.
Todo este proyecto ilustrado se concretará en la Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios, cuyos máximos responsables fueron Diderot y DAlembert. La obra supuso un gran esfuerzo por socializar el conocimiento y por contribuir a luchar contra la ignorancia y los prejuicios de la tradición.
En cuanto a algunos de los ilustrados más destacados, cabe citar: en Inglaterra, John Locke, Isaac Newton y David Hume; en Francia, Voltaire, Montesquieu, Rousseau y Diderot; en Alemania, Immanuel Kant;
En España, Feijoo y Jovellanos.
4.1.1. Estética trascendental (La sensibilidad)
[Percibir]
Se ocupa de las condiciones necesarias para que algo pueda existir como representación para los sentidos, es decir, como una intuición. La facultad que está en juego es la sensibilidad, entendida como la capacidad de ser afectados por algo que está fuera de nosotros y actúa sobre nosotros (la sensibilidad es, pues, pasiva). La sensibilidad, como las demás facultades, consta de dos elementos:§Material: el caos de sensaciones.§Formal: el tiempo (sensibilidad interna) y el espacio (sensibilidad externa).PRIMERA SÍNTESIS: tiempo y espacio, pues, informan las sensaciones produciendo los fenómenos.En el hecho de que el espacio y el tiempo estén en nosotros como formas a priori de la sensibilidad descansa la posibilidad de la matemática (el espacio posibilita la geometría y el tiempo posibilita la aritmética).
4.1.2. Analítica trascendental (El entendimiento)[Conocer]
Examina las condiciones necesarias para un entendimiento de lo que existe ya como intuición sensible, es decir, como fenómeno. La facultad que está en juego es el entendimiento, entendido como la capacidad de producir nosotros mismos representaciones, es decir, la espontaneidad del conocimiento (el entendimiento es, pues, activo). El entendimiento consta asimismo de dos elementos:§Material: los fenómenos o intuiciones de la sensibilidad producidos en la 1a síntesis (es decir, las sensaciones más espacio y tiempo).§Formal: las categorías o conceptos puros.SEGUNDA SÍNTESIS: los conceptos puros (a priori) actúan sobre los fenómenos, dando lugar a los objetos del conocimiento científico.En el hecho de que las categorías estén en nosotros como conceptos a priori del entendimiento descansa la posibilidad de la física.
4.1.3. Dialéctica trascendental (La razón)[Pensar]
Trata de demostrar que esas condiciones son violadas cuando hacemos preguntas metafísicas. La facultad que está en juego es la razón, entendida como la capacidad que trata de unificar la multiplicidad de conceptos y juicios en unidades más amplias y perfectas, orientada por las ideas. En la razón también están presentes los elementos material y formal:·Material: conceptos y juicios.·Formal: ideas – psicológica: alma.- cosmológica: mundo.- teológica: Dios.
4.3. La ética formal kantiana [¿Qué debo hacer?]
Junto a un uso teórico de la razón -conocer la realidad-, Kant considera un uso práctico, aplicado a dilucidar lo que debemos hacer, que nos ayuda a descubrir los principios y fundamentos que han de orientar nuestra vida moral. En su propuesta ética, destacan los siguientes puntos:
1.Es una moral de intenciones:
No importa tanto lo que se haga cuanto «la voluntad con que se haga».2.Es una moral formal, sin contenidos materiales: no nos marca una determinada finalidad para nuestra conducta ni ofrece recetas para nuestro comportamiento. No dice qué tenemos que hacer, sino cómo hemos de hacer aquello que hagamos («conforme al deber»).3.Es categórica:
lo que debemos hacer no puede estar condicionado por ninguna pretensión ajena al deber mismo.4.Es, por todo ello, una moral autónoma en la que la persona, libre de cualquier orientación externa y sin condicionamientos subjetivos, decide por sí misma, con arreglo a un imperativo 5.
Es a priori
No es nuestra experiencia acerca de nuestros comportamientos la que nos dicta lo que debemos hacer, sino «la razón», con independencia de nuestra experiencia.
El imperativo categórico kantiano es único, formal (a priori, anterior a cualquier experiencia), universal (te dice cómo debes actuar en todas las situaciones, es válido para todas las personas en todas las sociedades y en cualquier época), en contraposición con las morales materiales que siempre tienen necesidad de añadir nuevos imperativos según varíen las circunstancias.
Del mismo modo que todos los seres humanos tienen las mismas formas de razón (por ejemplo, el que percibamos todo como algo determinado causalmente), todos tenemos también acceso a la misma ley moral universal o imperativo categórico.
DEBER ES la necesidad de una acción po deber es r respeto a la ley, es decir, el sometimiento a una ley, no por la utilidad o satisfacción que su cumplimiento pueda proporcionarnos, sino por el valor que le reconocemos. El problema, por tanto, no consiste en saber qué hemos de hacer para ser felices (para conseguir el bien que nos propongamos), como afirman las éticas materiales, sino cómo hemos de actuar para ser dignos de tal bien, para merecer la felicidad. Y la respuesta a cómo hemos de actuar es: por deber, por respeto a la ley.
Kant distingue tres tipos de acciones
·Contrarias al deber.·Conformes al deber.·Hechas por deber.Solamente estas últimas poseen valor moral. El valor moral de una acción no radica, pues, en el fin o propósito a conseguir sino en la máxima, en el móvil que determina su realización, cuando este móvil es el deber.