La voluntad de poder Las ideas que expone Nietzsche en el nacimiento de la tragedia, su primera obra, resultaron sorprendentes. La cultura griega se había interpretado siempre como el manantial de la filosofía y de la ciencia. Sus rasgos distintivos eran la mesura, la racionalidad, el valor individual de cada persona gracias a su capacidad de pensar…Los resultados en el arte se manifiestan sobre todo en la arquitectura y la escultura. El ideal de belleza consiste en la armonía, que consiste en el respeto a unos cánones. Es lo Nietzsche llamará lo apolíneo, por el dios Apolo.
En determinados ritos dedicados al dios Dionisos, donde se producía una pérdida de la individualidad y la personalidad, a favor de la masa que danza rítmicamente, que bebe y que da rienda suelta a sus instintos. Es la cultura dionísiaca, que se caracteriza por ser fiel a la vida sin más, sin hacerse preguntas ni someterse a reglas.
En el teatro griego, concretamente en la tragedia, vemos las dos culturas. Apolo está en los actores (individuos), que hablan (con lógica). Dionisios está en el coro (la masa) que canta y baila (con ritmo). Nietzsche toma partido por lo dionisíaco, pero se pregunta ¿por qué ha triunfado lo apolíneo? La respuesta la da la vida misma. Así no se puede vivir mucho tiempo, por eso la vida engaña al ser humano.
La voluntad de poder. Como hemos visto, Schopenhauer interpreta a Kant siguiendo la distinción entre voluntad y representación. La verdadera realidad es la pura fuerza de voluntad que sólo busca su permanencia. La individualidad que nos muestran los sentidos no es la realidad plena sino sólo el primer paso de la representación que realiza el Velo de Maya.Más adelante, cuando Nietzsche se fija en el pensamiento de Heráclito, el filosófo del devenir,el cambio incesante y la lucha de contrarios, observa que la realidad se nos muestra en dos planos: el individual, captable por los sentidos, que es aparente; y el profundo, formado por una unidad vital que subsiste a través del enfrentamiento y la lucha de los individuos. La vida sólo tiene una justificación estética: producir belleza y poder.Voluntad de poder, un deseo oscuro y sin luces racionales de autocrecimiento cuyo placer consiste en la obtención de poder.
2. Crítica a la tradición occidental2.1. Crítica a la moral
Moral de señores y moral de esclavos
En su obra Genealogía de la moral Nietzsche utiliza lo que él llama método genealógico, es decir la investigación de los orígenes. Los términos “bueno” y “malo” no tenían al principio sentido moral. Bueno era igual a noble, poderoso, fuerte. Malo era equivalente a plebeyo, débil, humilde, etc.Prototipo de este estilo de vida son los héroes homéricos: son fuertes, valientes, nobles, viven la vida sin tener que darle cuentas a nadie. Son los “señores”. Los esclavos son la masa obediente, llena de odio y resentimiento hacia los señores. Y sin embargo esta moral es la que ha triunfado, llevando a cabo una rebelión intelectual., cambiando el sentido de la moral.
Sócrates: Sócrates, que era un plebeyo (Nietzsche se burla de él. empieza a utilizar un arma poderosa: la razón.
Con este arma ataca a los sofistas que sostenían un escepticismo y relativismo moral, y pretende definir los valores morales.La razón es la que nos descubre la esencia del Bien. El bueno es el sabio, el malo es un ignorante.Nietzsche manifiesta un desprecio radical hacia los individuos secundarios de la sociedad,recurre a otra hipótesis: debe existir una clase diferente de nobles productores de valores. Estos son los sacerdotes,Les gustaría ser como los otros pero no pueden. Por eso odian a la vida que nos les ha concedido ese vigor y odian a los otros nobles planean la mayor venganza: empiezan a defender a los débiles y se alían con ellos.Es una moral descendente, reactiva, basada en el odio y la mala conciencia. Luego aparece el cristianismo que es el desarrollo del judaísmo. Nietzsche ataca a la IglesiaLa época de Nietzsche. El último momento de esta profunda decadencia es la secularización del cristianismo en el socialismo y la democracia, que no son para Nietzsche sino versiones encubiertas del odio cristiano a los valores superiores.
2.2. Crítica a la religión: la muerte de Dios
Este es el mensaje de Zaratustra, el personaje que utiliza Nietzsche, en una de sus obras: Dios ha muerto.Desde la aparición de la filosofía moderna, el hombre se ha ido retirando de Dios. Para Nietzsche, los hombres del siglo ya no creen realmente en Dios.Hay que decir que Nietzsche no emplea su tiempo refutando los argumentos que demuestran la existencia de Dios. Para él el ateísmo es un punto de partida. La conciencia religiosa es propia de una realidad débil y desgraciada que no se atreve a vivir la vida en plenitud. La religión nace del miedo. Si alguien pudiera superar ese miedo, se convertiría en Dios para sí mismo.Nietzsche es ateo, pero ataca duramente a los ateos de su tiempo. Creen ingenuamente que la muerte de Dios es una buena noticia, pero no lo es. Es una desgracia tremenda. Al morir Dios, han muerto la verdad, el bien, la belleza.
2.3. Crítica a la filosofía y la ciencia
Sócrates es el padre de la filosofía occidental.Empañando como arma la razón, el logos, pretende llegar a la verdad de las cosas, definiendo qué es verdadero y qué es falso. El momento cumbre de esta inversión es la doctrina platónica de los dos mundos: por un lado, la realidad sensible, y, por otro, la realidad inteligible.Si Sócrates es el padre de la filosofía occidental, todo el proyecto posterior está basado sobre la idea de que con nuestra razón llegaremos a comprender la verdadera esencia del mundo.
Nietzsche rechazará todo esto atacando a la base de todo el proyecto, la razón. Las categorías de la razón, como dijo Kant, son a priori, es decir, prescinden de la realidad que vemos cada día. No sirven para nada.Toda la historia de la filosofía es la historia de un engaño hecho por los enemigos de la vida. Esta historia tiene para Nietzsche dos momentos álgidos:
1) La dialéctica platónica, en la que se sustituye el mundo real, el mundo sensible, por otro mundo ideal, el mundo inteligible, construido por nuestra razón.2) la dialéctica hegeliana. Hegel afirmó que “todo lo real es racional y todo lo racional es real”., el mundo, no es sino la realización concreta de la Idea o el Espíritu.
En ambos casos se produce el mismo engaño. Estas grandes elaboraciones de la razón humana no son otra cosa que “ídolos” que los hombres adoran, pero que cuando se les golpea se descubre que están huecos.La misma acusación se extiende a toda esperanza trascendente que quiera proponerse el hombre.Son actividades que Nietzsche irónicamente llamará humanas.Esta crítica la lleva a cabo Nietzsche en los dos planos: el ontológico y el epistemológico:
En el plano ontológico, Nietzsche observa que en la oposición SER-DEVENIR los filósofos se inclinaron por el SER. Lo que es no deviene, lo que deviene no es. Desde Parménides se impuso la idea de que el ser no puede cambiar. Por tanto tiene que existir un mundo donde las cosas no cambian. Tiene que existir un Yo que sea el sustrato oculto de todos los accidentes.Y sobre todo tiene que existir un Ser Perfectísimo, Dios. Todo esto constituye el mundo verdadero.
En el plano epistemológico, el mismo error. Los filósofos pensaron que los sentidos nos engañan. En la oposición razon-sentidos otorgaron el poder a la razón. La causa de este engaño está en EL LENGUAJE, que nos hace con concebir que los conceptos que empleamos en él y la noción de sujeto existen realmente. El Yo, que será la sustancia, y un predicado que serán los accidentes.Entonces el yo existe.Por eso Nietzsche prefiere LA METAFORA frente al CONCEPTO. La metáfora, como la realidad, tiene mil caras, y cada uno la interpreta como quiere. Al fin y al cabo la verdad no existe, sólo existe la voluntad de verdad.
3. La sociedad actual: el nihilismo y sus formas
Sin Dios todo deja de tener sentido. Sin Dios, no existe verdad. . La consecuencia de esa pérdida es el nihilismo, la consideración de que la vida humana sólo puede tener un sentido subjetivo. Nietzsche llama a este nihilismo,pasivo o negativo.Justamente aquí empieza la filosofía de Nietzsche, sobre las cenizas del pensamiento de Schopenhauer. Su propuesta es un nihilismo que sin negar la tragedia de la condición humana, afirme la vida sin negarla.Si el hombre es capaz de superar el miedo, será plenamente libre.
Nietzsche, tan amigo de las metáforas expresa al hombre le quedan tres posibilidades, recogidas en tres símbolos: el camello, el león y el niño:El camello es el símbolo del “último hombre”, Es un ser miserable porque desprecia la tierra y el cuerpo. Está a medio camino entre la bestia y el superhombre Es obediente y sumiso. Es como Platón, o como Kant o como el cristianismo.El león simboliza el hombre superior. Es el “gran negador”, el que dice “no”a todo lo anterior, pero no encuentra ningún “sí” a donde agarrarse.El niño será el hombre nuevo, el superhombre
4. El futuro: el ideal del superhombre
El superhombre es el ideal que Nietzsche propone para salir del nihilismo actual. Está representado por la inocencia del niño que, ignorando el pasado, no depende de él y es capaz de crear de nuevo una valoración natural que está más allá del bien y del mal. Es capaz de vivir la vida como un juego ,otra intuición que le permite expresar el ideal del superhombre: el eterno retorno, que es la vuelta constante y sin remisión al instante anterior en que consiste la existencia. Todo volverá a repetirse.
El superhombre reúne las características que debe tener el nuevo hombre: como el camello, es capaz de vivir en el dolor y la soledad; como el león, se enfrenta a todo deber exterior a él; como el niño. Es un ser sin miedo, que se atreve a reir frente a lo tremendo en sentido físico y espiritual. Es un ser sin ideales y, por tanto, sin idealismos, mezcla de los grandes hombres que han existido,
En determinados ritos dedicados al dios Dionisos, donde se producía una pérdida de la individualidad y la personalidad, a favor de la masa que danza rítmicamente, que bebe y que da rienda suelta a sus instintos. Es la cultura dionísiaca, que se caracteriza por ser fiel a la vida sin más, sin hacerse preguntas ni someterse a reglas.
En el teatro griego, concretamente en la tragedia, vemos las dos culturas. Apolo está en los actores (individuos), que hablan (con lógica). Dionisios está en el coro (la masa) que canta y baila (con ritmo). Nietzsche toma partido por lo dionisíaco, pero se pregunta ¿por qué ha triunfado lo apolíneo? La respuesta la da la vida misma. Así no se puede vivir mucho tiempo, por eso la vida engaña al ser humano.
La voluntad de poder. Como hemos visto, Schopenhauer interpreta a Kant siguiendo la distinción entre voluntad y representación. La verdadera realidad es la pura fuerza de voluntad que sólo busca su permanencia. La individualidad que nos muestran los sentidos no es la realidad plena sino sólo el primer paso de la representación que realiza el Velo de Maya.Más adelante, cuando Nietzsche se fija en el pensamiento de Heráclito, el filosófo del devenir,el cambio incesante y la lucha de contrarios, observa que la realidad se nos muestra en dos planos: el individual, captable por los sentidos, que es aparente; y el profundo, formado por una unidad vital que subsiste a través del enfrentamiento y la lucha de los individuos. La vida sólo tiene una justificación estética: producir belleza y poder.Voluntad de poder, un deseo oscuro y sin luces racionales de autocrecimiento cuyo placer consiste en la obtención de poder.
2. Crítica a la tradición occidental2.1. Crítica a la moral
Moral de señores y moral de esclavos
En su obra Genealogía de la moral Nietzsche utiliza lo que él llama método genealógico, es decir la investigación de los orígenes. Los términos “bueno” y “malo” no tenían al principio sentido moral. Bueno era igual a noble, poderoso, fuerte. Malo era equivalente a plebeyo, débil, humilde, etc.Prototipo de este estilo de vida son los héroes homéricos: son fuertes, valientes, nobles, viven la vida sin tener que darle cuentas a nadie. Son los “señores”. Los esclavos son la masa obediente, llena de odio y resentimiento hacia los señores. Y sin embargo esta moral es la que ha triunfado, llevando a cabo una rebelión intelectual., cambiando el sentido de la moral.
Sócrates: Sócrates, que era un plebeyo (Nietzsche se burla de él. empieza a utilizar un arma poderosa: la razón.
Con este arma ataca a los sofistas que sostenían un escepticismo y relativismo moral, y pretende definir los valores morales.La razón es la que nos descubre la esencia del Bien. El bueno es el sabio, el malo es un ignorante.Nietzsche manifiesta un desprecio radical hacia los individuos secundarios de la sociedad,recurre a otra hipótesis: debe existir una clase diferente de nobles productores de valores. Estos son los sacerdotes,Les gustaría ser como los otros pero no pueden. Por eso odian a la vida que nos les ha concedido ese vigor y odian a los otros nobles planean la mayor venganza: empiezan a defender a los débiles y se alían con ellos.Es una moral descendente, reactiva, basada en el odio y la mala conciencia. Luego aparece el cristianismo que es el desarrollo del judaísmo. Nietzsche ataca a la IglesiaLa época de Nietzsche. El último momento de esta profunda decadencia es la secularización del cristianismo en el socialismo y la democracia, que no son para Nietzsche sino versiones encubiertas del odio cristiano a los valores superiores.
2.2. Crítica a la religión: la muerte de Dios
Este es el mensaje de Zaratustra, el personaje que utiliza Nietzsche, en una de sus obras: Dios ha muerto.Desde la aparición de la filosofía moderna, el hombre se ha ido retirando de Dios. Para Nietzsche, los hombres del siglo ya no creen realmente en Dios.Hay que decir que Nietzsche no emplea su tiempo refutando los argumentos que demuestran la existencia de Dios. Para él el ateísmo es un punto de partida. La conciencia religiosa es propia de una realidad débil y desgraciada que no se atreve a vivir la vida en plenitud. La religión nace del miedo. Si alguien pudiera superar ese miedo, se convertiría en Dios para sí mismo.Nietzsche es ateo, pero ataca duramente a los ateos de su tiempo. Creen ingenuamente que la muerte de Dios es una buena noticia, pero no lo es. Es una desgracia tremenda. Al morir Dios, han muerto la verdad, el bien, la belleza.
2.3. Crítica a la filosofía y la ciencia
Sócrates es el padre de la filosofía occidental.Empañando como arma la razón, el logos, pretende llegar a la verdad de las cosas, definiendo qué es verdadero y qué es falso. El momento cumbre de esta inversión es la doctrina platónica de los dos mundos: por un lado, la realidad sensible, y, por otro, la realidad inteligible.Si Sócrates es el padre de la filosofía occidental, todo el proyecto posterior está basado sobre la idea de que con nuestra razón llegaremos a comprender la verdadera esencia del mundo.
Nietzsche rechazará todo esto atacando a la base de todo el proyecto, la razón. Las categorías de la razón, como dijo Kant, son a priori, es decir, prescinden de la realidad que vemos cada día. No sirven para nada.Toda la historia de la filosofía es la historia de un engaño hecho por los enemigos de la vida. Esta historia tiene para Nietzsche dos momentos álgidos:
1) La dialéctica platónica, en la que se sustituye el mundo real, el mundo sensible, por otro mundo ideal, el mundo inteligible, construido por nuestra razón.2) la dialéctica hegeliana. Hegel afirmó que “todo lo real es racional y todo lo racional es real”., el mundo, no es sino la realización concreta de la Idea o el Espíritu.
En ambos casos se produce el mismo engaño. Estas grandes elaboraciones de la razón humana no son otra cosa que “ídolos” que los hombres adoran, pero que cuando se les golpea se descubre que están huecos.La misma acusación se extiende a toda esperanza trascendente que quiera proponerse el hombre.Son actividades que Nietzsche irónicamente llamará humanas.Esta crítica la lleva a cabo Nietzsche en los dos planos: el ontológico y el epistemológico:
En el plano ontológico, Nietzsche observa que en la oposición SER-DEVENIR los filósofos se inclinaron por el SER. Lo que es no deviene, lo que deviene no es. Desde Parménides se impuso la idea de que el ser no puede cambiar. Por tanto tiene que existir un mundo donde las cosas no cambian. Tiene que existir un Yo que sea el sustrato oculto de todos los accidentes.Y sobre todo tiene que existir un Ser Perfectísimo, Dios. Todo esto constituye el mundo verdadero.
En el plano epistemológico, el mismo error. Los filósofos pensaron que los sentidos nos engañan. En la oposición razon-sentidos otorgaron el poder a la razón. La causa de este engaño está en EL LENGUAJE, que nos hace con concebir que los conceptos que empleamos en él y la noción de sujeto existen realmente. El Yo, que será la sustancia, y un predicado que serán los accidentes.Entonces el yo existe.Por eso Nietzsche prefiere LA METAFORA frente al CONCEPTO. La metáfora, como la realidad, tiene mil caras, y cada uno la interpreta como quiere. Al fin y al cabo la verdad no existe, sólo existe la voluntad de verdad.
3. La sociedad actual: el nihilismo y sus formas
Sin Dios todo deja de tener sentido. Sin Dios, no existe verdad. . La consecuencia de esa pérdida es el nihilismo, la consideración de que la vida humana sólo puede tener un sentido subjetivo. Nietzsche llama a este nihilismo,pasivo o negativo.Justamente aquí empieza la filosofía de Nietzsche, sobre las cenizas del pensamiento de Schopenhauer. Su propuesta es un nihilismo que sin negar la tragedia de la condición humana, afirme la vida sin negarla.Si el hombre es capaz de superar el miedo, será plenamente libre.
Nietzsche, tan amigo de las metáforas expresa al hombre le quedan tres posibilidades, recogidas en tres símbolos: el camello, el león y el niño:El camello es el símbolo del “último hombre”, Es un ser miserable porque desprecia la tierra y el cuerpo. Está a medio camino entre la bestia y el superhombre Es obediente y sumiso. Es como Platón, o como Kant o como el cristianismo.El león simboliza el hombre superior. Es el “gran negador”, el que dice “no”a todo lo anterior, pero no encuentra ningún “sí” a donde agarrarse.El niño será el hombre nuevo, el superhombre
4. El futuro: el ideal del superhombre
El superhombre es el ideal que Nietzsche propone para salir del nihilismo actual. Está representado por la inocencia del niño que, ignorando el pasado, no depende de él y es capaz de crear de nuevo una valoración natural que está más allá del bien y del mal. Es capaz de vivir la vida como un juego ,otra intuición que le permite expresar el ideal del superhombre: el eterno retorno, que es la vuelta constante y sin remisión al instante anterior en que consiste la existencia. Todo volverá a repetirse.
El superhombre reúne las características que debe tener el nuevo hombre: como el camello, es capaz de vivir en el dolor y la soledad; como el león, se enfrenta a todo deber exterior a él; como el niño. Es un ser sin miedo, que se atreve a reir frente a lo tremendo en sentido físico y espiritual. Es un ser sin ideales y, por tanto, sin idealismos, mezcla de los grandes hombres que han existido,