CONCEPCIÓN RACIONALISTA
1.1. El ser humano
Para el pensamiento griego lo que distingue al ser humano es la palabra y la razón. Sólo la razón le permite al ser humano pensar la realidad adecuadamente.
Por eso usaron la razón para intentar responder a todas las preguntas que se le plantean al ser humano.
Pensaban que la palabra le sirve al ser humano para poner en común las ideas que posee con las de los demás.
Al ser racional, el ser humano es el único del universo que no se contenta con captar y vivir la realidad tal como es, sino que puede transformarla e imaginar y poner en práctica formas nuevas de adaptación a su entorno y modelos diferentes de vida social.
Las concepciones racionalistas del ser humano son mayoritariamente dualistas; conciben al ser humano como compuesto de dos realidades irreconciliables- el cuerpo y el alma- , una de las cuales –el alma- es superior a la otra.
Para los racionalistas, las pasiones, los sentimientos, las emociones tienen su origen en el cuerpo. Estas deben estar subordinadas a la razón y acomodarse a sus exigencias.
El cuerpo es fuente de error en el conocimiento: puede falsificar la percepción de la realidad.
Los sentimientos y las pasiones no son racionales y hacen que el ser humano se comporte contrariamente a lo que le dicta su razón. Es necesario dominar las pasiones por medio de la razón.
Los sentimientos y las pasiones son causa de división entre los seres humanos. Hay pensadores racionalistas para quienes los deseos humanos son fuente de conflicto, y la afectividad los divide.
1.2. La sociabilidad humana
Para los racionalistas el ser humano posee una disposición natural a vivir en sociedad. Para Aristóteles el ser humano es un animal político que al poseer lenguaje tiene la posibilidad de vivir en comunidad. Ningún individuo es autosuficiente. El individuo necesita por naturaleza vivir en sociedad.
El hecho de la sociabilidad humana se basa fundamentalmente en dos argumentos:
Ningún individuo es autosuficiente para satisfacer sus necesidades materiales y espirituales.
El ser humano es el más sociable de los animales gracias a la comunicación que se hace posible por el lenguaje y que permite llegar a acuerdos para fundar sociedades.
1.3. La libertad humana
La razón le permite al ser humano conocer la realidad y manipularla dentro de unos límites. Este hecho constituye un primer espacio de libertad pues no está sujeto al determinismo del resto de los seres vivos.
Gracias al uso de la razón el ser humano puede organizar la sociedad de manera que garantice la convivencia y proteja la libertad individual.
La razón le permite al ser humano juzgar sobre lo bueno y lo malo. Le permite orientarse en la vida, llegar a ser dueño de su destino.
2. CONCEPCIÓN CRISTIANA
2.1. El ser humano ha sido creado por Dios
El ser humano ha sido creado por Dios dotado de razón, de voluntad libre y de posibilidad de creer.
La creación divina supone que el ser humano:
Posee una existencia limitada que depende de un Dios eterno, creador y omnipotente.
Creado a imagen de Dios, el ser humano posee un alma espiritual, incorruptible. En esta naturaleza espiritual se encuentra el verdadero valor del ser humano.
El ser humano es único e irremplazable.
D) Su destino es la resurrección del hombre entero después de la muerte
e) Su felicidad verdadera y la finalidad última de su existencia sólo se alcanza después de la muerte, cuando pase a vivir en “un cielo nuevo y tierra nueva, donde no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor” (Apocalipsis).
Esta felicidad eterna se alcanza por medio de la obediencia a los preceptos de la fe.
2.2. La libertad humana
La razón y la voluntad constituyen la base la concepción cristiana de la libertad. Gracias a ellas el ser humano puede liberarse de influencias o impulsos interiores y exteriores. Gracias a la razón y a la voluntad el ser humano puede elegir cómo vivir su vida.
Ser libre es ser responsable de sí mismo y de los demás: lo que comporta exigencias de justicia, de caridad y amor a los demás.
La autonomía de la libertad humana es parcial, pues lo esencial del bien y el mal viene explicitado en una fe o creencia religiosa transmitida en la Biblia y orientada por la Iglesia.
El ser humano puede no seguir las enseñanzas de la fe religiosa. La fe se propone, no se impone.
2.3. La sociabilidad humana
La fe cristiana supone una concepción de la sociabilidad humana basada en la fraternidad universal. Todos los seres humanos son hijos de Dios y, por tanto, hermanos entre sí.
El amor al prójimo, principal mandamiento de la ley de Dios, es la manifestación concreta y visible del amor a Dios. Por medio de la caridad el creyente cristiano expresa la sinceridad de ese amor y da testimonio de la autenticidad de su fe.