1.Filosofo del movimiento Obrero
Cuando Hegel muere en 1831, Marx es un adolescente de Renania, hijo de un abogado judío acomodado, que pronto se entrega a la filosofía con pasión. Tras escribir en 1843 unos artículos contra la monarquía prusiana, Marx tiene que huir exiliado a Francia. En 1844 reflexiona sobre las condiciones del trabajo de los obreros de Londres y el papel de la filosofía ante las realidades modernas.Marx se entrega a un estudio apasionado de la filosofía de su época, siempre a la búsqueda de formas de defender la emancipación humana. El estilo de los escritos de esta época es apresurado:
Marx escribe para aclararse a si mismo. Llega a la conclusión de que la filosofía solo puede entregar una nueva verdad si cambia radicalmente el método seguido hasta ahora. El filosofo debe actuar y solo en la praxis, la filosofía había contemplado el mundo. Ahora se trataba de poner la filosofía y el pensamiento en el curso de la vida humana.
En 1848 Marx redacta el manifiesto del partido comunista, proclama que constituye el resumen de su juventud. Entonces dedica una vida entera al doble esfuerzo de estudiar la sociedad capitalista y organizar a los trabajadores en su lucha por la propia emancipación En 1864 fundara la Asociación Internacional de Trabajadores y en 1867 edita el primer libro de El Capital. En el exilio de Londres, dedicara su atención a los acontecimientos políticos concretos, como la revolución de 1848. Al mismo tiempo siguió sus estudios sobre la realidad de la sociedad capitalista. Por ultimo atenderá la política de la Internacional, produciendo panfletos y dando conferencias. A su muerte, su amigo Engels retomo la gran obra inconclusa. El capital, y publico según su criterio todos los materiales que Marx había dejado.
2 La definición del desorden social. Marx confesó desde su juventud que el pensamiento no debía limitarse a interpretar el mundo, a conocerlo u observarlo, sino que debía aspirar a transformarlo. La filosofía de Marx es práctica desde la raíz. Podemos considerar que las metas de Marx son las mismas que las de la Ilustración: para él también se trata de lograr que el género humano entero pueda vivir una existencia digna, libre y feliz. Pero los obstáculos para lograr esa meta son diferentes, desde el punto de vista de Marx, a los que pensaba Kant. Kant creía en el trabajo libre, que cada uno decidiría según sus aptitudes y que los demás reconocerían y respetarían. Marx no lo compartía. Los campesinos seguían sufriendo bajo condiciones de vida feudales, luchando por una carga de leña para pasar el invierno o exponiéndose a la caza furtiva para alimentarse. La sociedad no había abandonado las viejas formas de opresión feudal. Antes los ojos de Marx se abrían formas de trabajo que no tenían nada que ver con lo que Kant prevéía y deseaba.
Gran Bretaña había comenzado su Revolución industrial y Marx, con su compañero Engels, se daba cuenta de que pronto todos los demás países seguirían el mismo proceso de industrialización. Y lo que se veía en Gran Bretaña, en las minas de Gales o en las factorías de Manchester, no era el pausado trabajo de los artesanos que había visto un tanto ingenuamente Kant, sino las primeras fábricas capitalistas.Marx solo podía ver esas oscuras fábricas como los lugares de la nueva esclavitud. Los hombres llegaban al amanecer y se marchaban fatigados y cansados a casa, después de una jornada interminable, en ambientes sucios y oscuros, sin apenas hablar, sin poder detenerse en su trabajo, para así volver al día siguiente tras un breve descanso. Era sencillo entonces considerar el salario que recibían no como un elemento de justicia, sino como el mínimo capaz de alimentar al obrero para que pudiera seguir cumpliendo con su trabajo
2 La definición del desorden social. Marx confesó desde su juventud que el pensamiento no debía limitarse a interpretar el mundo, a conocerlo u observarlo, sino que debía aspirar a transformarlo. La filosofía de Marx es práctica desde la raíz. Podemos considerar que las metas de Marx son las mismas que las de la Ilustración: para él también se trata de lograr que el género humano entero pueda vivir una existencia digna, libre y feliz. Pero los obstáculos para lograr esa meta son diferentes, desde el punto de vista de Marx, a los que pensaba Kant. Kant creía en el trabajo libre, que cada uno decidiría según sus aptitudes y que los demás reconocerían y respetarían. Marx no lo compartía. Los campesinos seguían sufriendo bajo condiciones de vida feudales, luchando por una carga de leña para pasar el invierno o exponiéndose a la caza furtiva para alimentarse. La sociedad no había abandonado las viejas formas de opresión feudal. Antes los ojos de Marx se abrían formas de trabajo que no tenían nada que ver con lo que Kant prevéía y deseaba.
Gran Bretaña había comenzado su Revolución industrial y Marx, con su compañero Engels, se daba cuenta de que pronto todos los demás países seguirían el mismo proceso de industrialización. Y lo que se veía en Gran Bretaña, en las minas de Gales o en las factorías de Manchester, no era el pausado trabajo de los artesanos que había visto un tanto ingenuamente Kant, sino las primeras fábricas capitalistas.Marx solo podía ver esas oscuras fábricas como los lugares de la nueva esclavitud. Los hombres llegaban al amanecer y se marchaban fatigados y cansados a casa, después de una jornada interminable, en ambientes sucios y oscuros, sin apenas hablar, sin poder detenerse en su trabajo, para así volver al día siguiente tras un breve descanso. Era sencillo entonces considerar el salario que recibían no como un elemento de justicia, sino como el mínimo capaz de alimentar al obrero para que pudiera seguir cumpliendo con su trabajo
2.1 El trabajo alienado. Marx comparaba estas condiciones de trabajo con la que la filosofía clásica de Kant había pensado del trabajo artesano. Según Marx el trabajador no era libre para definir el tiempo de trabajo. No tenían su propio taller, que abría cuando decidía, ni poseía las herramientas de trabajo. Cuando acababa de trabajar un tiempo que se le impónía, por regla general más del que aguantaba un cuerpo sano, se iba a su casa sin nada: el producto de su trabajo no marchaba con él ni quedaba en su propiedad. De hecho, el no veía el producto de su trabajo. El trabajador se encuentra fuera de sí en su trabajo, está alienado, es un extraño. Trabajara par subsistir y es una pieza en una cadena de montaje que elimina su creatividad y su humanidad. Recibía un salario que le permitía seguir vivo. El obrero acaba siendo una mercancía en manos del capital. Y se termina cayendo en la paradoja de que el obrero es tanto más pobre cuanta más riqueza produce. Marx no podía aceptar que esto fuera natural, que fuera inevitable. Esta forma de trabajo había sido creada por los hombres y Marx pensaba que lo que los hombres hacen, también pueden alterarlo, justo porque los hombres producían su propia vida, sus condiciones de existencia, sus formas sociales, podían intervenir en ellas y cambiarlas. Marx creyó necesario tener una teoría de cómo el hombre había producido aquella forma de vida miserable para cambiar las conclusiones de vida de los trabajadores.
2.2El materialismo histórico. Los medios de producción no pertenecían a los trabajadores. Los hombres se hallan sometidos a la condiciones materiales de producción. La estructura económica base la constituyen las relaciones de producción donde existen unos medios de producción, unas fuerzas productivas que son los obreros y los propietarios de los medios de producción. En las relaciones de producción intervienen los que poseen los medios de producción (capitalistas) y los desposeídos (obreros). Esta estructura económica base origina la superestructura económica que está compuesta por la ideología. La religión, el arte, la filosofía o la política están determinadas directamente por la estructura económica, todas ellas tienen como finalidad el mantenimiento del sistema capitalista de producción. En el sistema de producción capitalista todas las reformas ideológicas luchan por mantener el sistema económico injusto.
2.3 Apropiación por el capital de la plusvalía del trabajo. Esta estructura social es esencialmente conflictiva y Marx lo describe en El Capital a través del análisis de la mercancía como forma básica de riqueza del sistema. La riqueza del sistema de producción capitalista se sustenta en la acumulación de mercancía. El trabajo se convierte en mercancía y esta en dinero. Una mercancía en sí misma, como producto de un trabajo, tiene un valor de uso para satisfacer necesidades concretas. El problema surge cuando se producen grandes cantidades de mercancía por su valor de cambio. En ese momento su valor viene determinado por las leyes de la oferta y la demanda según la escasez o abundancia del producto. Llegados a ese momento, el producto del trabajo de los obreros no tiene un valor intrínseco sino que está sometido a las leyes del mercado. El capitalista intentará producir la mayor cantidad posible de mercancía a un coste cada vez más bajo para poder competir con otros capitalistas. Por eso hace trabajar más al obrero por el mismo salario. El margen de beneficio obtenido por ese producto se llama plusvalía y se genera por la fuerza del trabajo. Es el resultado del capital producido por el trabajador menos el capital consumido. Marx pensaba que el trabajador tenía derecho a recibir como salario lo que valiese el producto entero. Pues pensaba que el tiempo de trabajo de la máquina también pertenecía a loas trabajadores que habían producido la máquina. Al quedarse con el producto entero, el empresario se adueñaba de la plusvalía, esto es, de la diferencia entre el salario y el precio completo del producto. Pero de lo que en el fondo se adueñaba era del trabajo social que estaba enterrado, invertido en las máquinas de su fábrica . La fábrica no tiende a la producción de beneficios, sino de capital.