SANTO TOMÁS DE AQUINO:
Sintetiza el aristotelismo y el cristianismo, dando lugar a la filosofía tomista, dominante en Occidente durante muchos años. A diferencia de San Agustín, diferencia nítidamente razón y fe. El punto de origen del conocimiento empieza con los sentidos. Se parte de realidades sensibles y se va ascendiendo a través de diferentes campos de actuación, pero sin estar en conflicto, ya que las dos tienen su origen en Dios. Si entrasen en conflicto, la razón sería la puesta en duda. Gracias a la revelación, el hombre puede conocer lo que la razón no puede alcanzar por sí misma. La fe y la razón colaboran entre sí. La razón dota a los razonamientos de coherencia lógica y de armas dialécticas para su defensa, y la fe orienta a la razón, ya que sus verdades son incuestionables. En la intersección, dan lugar a las verdades conocidas por medio de la revelación, pero demostrables racionalmente, como la existencia de Dios, que es una verdad revelada y demostrable por la razón, aunque solo esté al alcance de muy pocos. Según el pensamiento de Santo Tomás, Dios es el fundamento del sistema, es eterno, infinito, perfecto, omnipotente, omnipresente…, y las cosas del mundo son perecederas. Dios ha creado el mundo de la nada, ya que solo él tiene potencia creadora. Con la afirmación de Dios Yo soy el que soy, al igual que San Agustín, indica que todas las carácterísticas que la filosofía griega, desde Parménides, habría atribuido al ser en su sentido de existencia corresponden a Dios. A partir de aquí, Santo Tomás inicia la síntesis con el aristotelismo y el cristianismo: 1- Antropología: Santo Tomás sigue la teoría hilemórfica de Aristóteles, sosteniendo que el alma y el cuerpo forman una unidad sustancial e indivisible. El entendimiento humano será inmaterial, formará parte del alma, y tendrá por objetivo el conocimiento de las realidades sensibles. El entendimiento es capaz de abstraer de la experiencia personal lo general.
Este proceso de conocimiento también está tomado de Aristóteles, ya que se inicia en los sentidos con los datos sensibles concretos que captamos. Como el conocimiento no puede hacerse de cosas individuales, se extrae de la experiencia particular lo general por el proceso de abstracción. A continuación, el entendimiento agente (no pasivo), actúa y despoja a esa imagen particular de los elementos individuales, reteniendo exclusivamente lo general o universal. El concepto general está en cada forma concreta por lo que si esa esencia es común a todos los individuos, lo que hace que los individuos concretos se diferencien entre sí es la materia (individualizador). En este sentido, Santo Tomás sigue a Aristóteles, ya que dice que lo que individualiza no puede ser la forma, porque es común.
SANTO TOMÁS DE AQUINO:
Sintetiza el aristotelismo y el cristianismo, dando lugar a la filosofía tomista, dominante en Occidente durante muchos años. A diferencia de San Agustín, diferencia nítidamente razón y fe. El punto de origen del conocimiento empieza con los sentidos. Se parte de realidades sensibles y se va ascendiendo a través de diferentes campos de actuación, pero sin estar en conflicto, ya que las dos tienen su origen en Dios. Si entrasen en conflicto, la razón sería la puesta en duda. Gracias a la revelación, el hombre puede conocer lo que la razón no puede alcanzar por sí misma. La fe y la razón colaboran entre sí. La razón dota a los razonamientos de coherencia lógica y de armas dialécticas para su defensa, y la fe orienta a la razón, ya que sus verdades son incuestionables. En la intersección, dan lugar a las verdades conocidas por medio de la revelación, pero demostrables racionalmente, como la existencia de Dios, que es una verdad revelada y demostrable por la razón, aunque solo esté al alcance de muy pocos. Según el pensamiento de Santo Tomás, Dios es el fundamento del sistema, es eterno, infinito, perfecto, omnipotente, omnipresente…, y las cosas del mundo son perecederas. Dios ha creado el mundo de la nada, ya que solo él tiene potencia creadora. Con la afirmación de Dios Yo soy el que soy, al igual que San Agustín, indica que todas las carácterísticas que la filosofía griega, desde Parménides, habría atribuido al ser en su sentido de existencia corresponden a Dios. A partir de aquí, Santo Tomás inicia la síntesis con el aristotelismo y el cristianismo: 1- Antropología: Santo Tomás sigue la teoría hilemórfica de Aristóteles, sosteniendo que el alma y el cuerpo forman una unidad sustancial e indivisible. El entendimiento humano será inmaterial, formará parte del alma, y tendrá por objetivo el conocimiento de las realidades sensibles. El entendimiento es capaz de abstraer de la experiencia personal lo general. Este proceso de conocimiento también está tomado de Aristóteles, ya que se inicia en los sentidos con los datos sensibles concretos que captamos. Como el conocimiento no puede hacerse de cosas individuales, se extrae de la experiencia particular lo general por el proceso de abstracción. A continuación, el entendimiento agente (no pasivo), actúa y despoja a esa imagen particular de los elementos individuales, reteniendo exclusivamente lo general o universal. El concepto general está en cada forma concreta por lo que si esa esencia es común a todos los individuos, lo que hace que los individuos concretos se diferencien entre sí es la materia (individualizador). En este sentido, Santo Tomás sigue a Aristóteles, ya que dice que lo que individualiza no puede ser la forma, porque es común.
SANTO TOMÁS DE AQUINO:
Sintetiza el aristotelismo y el cristianismo, dando lugar a la filosofía tomista, dominante en Occidente durante muchos años. A diferencia de San Agustín, diferencia nítidamente razón y fe. El punto de origen del conocimiento empieza con los sentidos. Se parte de realidades sensibles y se va ascendiendo a través de diferentes campos de actuación, pero sin estar en conflicto, ya que las dos tienen su origen en Dios. Si entrasen en conflicto, la razón sería la puesta en duda. Gracias a la revelación, el hombre puede conocer lo que la razón no puede alcanzar por sí misma. La fe y la razón colaboran entre sí. La razón dota a los razonamientos de coherencia lógica y de armas dialécticas para su defensa, y la fe orienta a la razón, ya que sus verdades son incuestionables. En la intersección, dan lugar a las verdades conocidas por medio de la revelación, pero demostrables racionalmente, como la existencia de Dios, que es una verdad revelada y demostrable por la razón, aunque solo esté al alcance de muy pocos. Según el pensamiento de Santo Tomás, Dios es el fundamento del sistema, es eterno, infinito, perfecto, omnipotente, omnipresente…, y las cosas del mundo son perecederas. Dios ha creado el mundo de la nada, ya que solo él tiene potencia creadora. Con la afirmación de Dios Yo soy el que soy, al igual que San Agustín, indica que todas las carácterísticas que la filosofía griega, desde Parménides, habría atribuido al ser en su sentido de existencia corresponden a Dios. A partir de aquí, Santo Tomás inicia la síntesis con el aristotelismo y el cristianismo: 1- Antropología: Santo Tomás sigue la teoría hilemórfica de Aristóteles, sosteniendo que el alma y el cuerpo forman una unidad sustancial e indivisible. El entendimiento humano será inmaterial, formará parte del alma, y tendrá por objetivo el conocimiento de las realidades sensibles. El entendimiento es capaz de abstraer de la experiencia personal lo general. Este proceso de conocimiento también está tomado de Aristóteles, ya que se inicia en los sentidos con los datos sensibles concretos que captamos. Como el conocimiento no puede hacerse de cosas individuales, se extrae de la experiencia particular lo general por el proceso de abstracción. A continuación, el entendimiento agente (no pasivo), actúa y despoja a esa imagen particular de los elementos individuales, reteniendo exclusivamente lo general o universal. El concepto general está en cada forma concreta por lo que si esa esencia es común a todos los individuos, lo que hace que los individuos concretos se diferencien entre sí es la materia (individualizador). En este sentido, Santo Tomás sigue a Aristóteles, ya que dice que lo que individualiza no puede ser la forma, porque es común.
SANTO TOMÁS DE AQUINO:
Sintetiza el aristotelismo y el cristianismo, dando lugar a la filosofía tomista, dominante en Occidente durante muchos años. A diferencia de San Agustín, diferencia nítidamente razón y fe. El punto de origen del conocimiento empieza con los sentidos. Se parte de realidades sensibles y se va ascendiendo a través de diferentes campos de actuación, pero sin estar en conflicto, ya que las dos tienen su origen en Dios. Si entrasen en conflicto, la razón sería la puesta en duda. Gracias a la revelación, el hombre puede conocer lo que la razón no puede alcanzar por sí misma. La fe y la razón colaboran entre sí. La razón dota a los razonamientos de coherencia lógica y de armas dialécticas para su defensa, y la fe orienta a la razón, ya que sus verdades son incuestionables. En la intersección, dan lugar a las verdades conocidas por medio de la revelación, pero demostrables racionalmente, como la existencia de Dios, que es una verdad revelada y demostrable por la razón, aunque solo esté al alcance de muy pocos. Según el pensamiento de Santo Tomás, Dios es el fundamento del sistema, es eterno, infinito, perfecto, omnipotente, omnipresente…, y las cosas del mundo son perecederas. Dios ha creado el mundo de la nada, ya que solo él tiene potencia creadora. Con la afirmación de Dios Yo soy el que soy, al igual que San Agustín, indica que todas las carácterísticas que la filosofía griega, desde Parménides, habría atribuido al ser en su sentido de existencia corresponden a Dios. A partir de aquí, Santo Tomás inicia la síntesis con el aristotelismo y el cristianismo: 1- Antropología: Santo Tomás sigue la teoría hilemórfica de Aristóteles, sosteniendo que el alma y el cuerpo forman una unidad sustancial e indivisible. El entendimiento humano será inmaterial, formará parte del alma, y tendrá por objetivo el conocimiento de las realidades sensibles. El entendimiento es capaz de abstraer de la experiencia personal lo general. Este proceso de conocimiento también está tomado de Aristóteles, ya que se inicia en los sentidos con los datos sensibles concretos que captamos. Como el conocimiento no puede hacerse de cosas individuales, se extrae de la experiencia particular lo general por el proceso de abstracción. A continuación, el entendimiento agente (no pasivo), actúa y despoja a esa imagen particular de los elementos individuales, reteniendo exclusivamente lo general o universal. El concepto general está en cada forma concreta por lo que si esa esencia es común a todos los individuos, lo que hace que los individuos concretos se diferencien entre sí es la materia (individualizador). En este sentido, Santo Tomás sigue a Aristóteles, ya que dice que lo que individualiza no puede ser la forma, porque es común.