PLATÓN
Aristocles de Atenas, conocido como Platón, fue uno de los primeros filósofos de la historia en recoger sus teorías en escritos
que han perdurado a lo largo de ella. Estos escritos tienen dos etapas: la etapa primera en la que redacta sobre los diálogos que mantuvo su
maestro Sócrates con distintas personas de la capital griega y la segunda etapa, la post-socrática, es decir ,la etapa que desarrolló después
de la muerte de su maestro, y en la que se supone desarrolla su propio pensamiento. En esta última etapa escribió las teorías que han
marcado de forma decisiva el pensamiento de occidente.
La metafísica que Platón desarrolló se basó en la existencia de dos mundos: el mundo inteligible de las Ideas y el mundo
sensible de las cosas. El autor de “Fedón” afirma que el mundo de las Ideas constituye el mundo real, de éste provienen todos los
conceptos en los cuales se basa el mundo de las cosas con sus modelos imperfectos. Es el Demiurgo –una especie de dios menor- el que
modelará el mundo sensible tomando de referencia el inteligible. Por tanto las cosas del primero se parecerán a las del mundo ideal, es lo
que llamamos mimesis. No obstante la relación entre estos dos mundos, a pesar de estar separados por un abismo (jorismós), ha de tener
una cierta conexión, aunque precaria, a la que Platón llama participación: mecesis.
Esta teoría sobre el ser perfila una ontología dual que Platón explica de forma muy intuitiva usando la Alegoría de la
Caverna. Según ésta el hombre vive en una realidad inmersa en una oscuridad como la de una cueva, y percibe los objetos de su entorno
que no son más que sombras de muñecos que el Demiurgo pasa frente a una hoguera, muñecos que replican el mundo real de la Ideas.
Cuando sale de la caverna percibe la dimensión real del mundo inteligible iluminada por las ideas fundamentales, especialmente la Idea
suprema del Bien que le cegará hasta que su vista se acostumbre.
Por esta razón Platón, en su teoría del conocimiento, explica la verdad –Aletheia- como el intento del hombre por recordar las
ideas del mundo anterior al nacimiento, con las que compara los entes del actual en el que se desenvuelve. Esto es lo que él
llama anamnesis-Teoría de la Reminiscencia- un recordar que es posible gracias a la trasmigración de las almas que antes de caer en el
mundo sensible naciendo en un cuerpo, participan de la idea del Bien.
El proceso que utiliza es llevado a cabo mediante dos fuentes de conocimiento:
La razón y los sentidos. La razón es propia del
alma y es la única que comprende la realidad al otro lado del jorismós. Los sentidos están engañados por este mundo cambiante y de
sombras.
En este planteamiento dual existen tres tipos de ideas. Primeramente se encuentran aquellas comprensibles por los sentidos,
las ideillas o ediolas. Otro tipo de ideas son eidos, aquellas que formalizan los modelos para el mundo de las cosas. Y por último, las ideas
fundamentales que son inefables hasta para la razón y son cuatro: el Bien, la Belleza, la Justicia y la Verdad. El conocimiento ligado a las
eidolas será un tipo de conocimiento menor que se llamará doxa, que a su vez se subdivide en eikasia (εἰκασία) y pistis (πίστις), es
decir, imaginación y fe o creencia. El conocimiento ligado a las ideas es la episteme compuesta a su vez por noesis y dianoia:
conocimiento racional y conocimiento intuitivo. Todo este proceso de conocimiento es la dialéctica, un proceso más complejo que la
metodología de su maestro Sócrates, la Mayeútica, una suerte de dar a luz las ideas haciéndoselas recordar a un interlocutor mediante
preguntas guiadas.
El problema del hombre en Platón, la antropología, sigue también un lógica dualista en el cuál el hombre está formado por
la unión accidental de cuerpo y alma. Para el autor de “La República” el elemento más importante de esta unión es el alma, aquél
que cumple un triple principio: de vida, de conocimiento y de salvación. De vida porque es el auténtico hombre, constituye el “yo” de los
hombres. De conocimiento porque es el que los adquiere. Y de salvación porque es inmortal.
El alma tiene una función racional: la que piensa sobre las ideas; otra irascible: la fuente de pasiones nobles; y la concupiscible:
la fuente de pasiones innobles. Estas tres funciones del alma aparecen en el Mito del Carro Alado. En este mito Platón describe la ética
como dos caballos, el alma irascible y el alma concupiscible, tirando de un carro, el alma racional. El autor de “La República” explica que
“el acuerdo de las tres partes del alma” creará la virtud fundamental, aquella que caracteriza a un hombre por su justicia, es decir, el
hombre justo será aquel en el que las funciones que son propias a cada una de sus almas sean realizadas según un orden racional.
Pero no podemos separar la ética platónica de la política porque la cuestión de qué es un hombre justo y qué es un Estado justo,
son cuestiones estrechamente relacionadas. La tripartición de las funciones del alma la mantiene también en la política.
Platón cree en un
sistema político basado en tres estamentos: el primero, Philochrêmatoi, los trabajadores: los amantes de los bienes materiales. Son la
fuente de las pasiones innobles (alma concupiscible); el segundo estamento, Philotimoi, los guardianes: los amantes del honor. Fuente de
pasiones nobles (alma irascible); y por último, Philosophoi, los filósofos: los amantes de la sabiduría (alma racional).
Platón cree que los gobernantes deben de ser personas sabias, por eso el estamento mayor está formados por los filósofos, los
que plantearán que una buena política es la que está basada en el desarrollo de la educación, Paideia, ya que es el único arte que puede
guiar al hombre hacia el mundo supremo de las Ideas. Esta teoría, que desarrolla después de sus tres viajes a Siracusa, es contraria a la
tradición de los sofistas para los que la educación es la formación orientada para ganar en una discusión más que para llegar a la verdad,
por eso sus enseñanzas se centraban principalmente en la retórica y en la oratoria. Las posturas de los sofistas basculan entre el
relativismo de Protágoras, el convencionalismo y el escepticismo de Gorgias.
El autor de “El Banquete” expone distintas formas de gobierno según su legitimidad. Describe cinco, empezando por
la Aristocracia, la mejor forma de gobierno. Platón piensa que este modelo es el mejor debido a sus raíces: viene de una familia
aristócrata. Seguido viene la Timocracia, la desarrollada por las personas ricas con honor. Otro modelo de gobierno es la Oligarquía, el
gobierno de unos pocos los cuales son explotadores. También está la Democracia en la que predomina la libertad bajo el gobierno del
pueblo. Y ya por último está la Tiranía que sería ejercida por un líder sometedor.