este fragmento parte del dato evidente de que en este mundo material (sensible) existe el movimiento: no solo observamos que en el mundo las cosas cambian de lugar o que las que están en un estado (agua líquida) pasan a tener otro (hielo), sino que también, de unas cosas derivan otras (del huevo surge la gallina,…). Por tanto, podemos partir de un dato incuestionable: en este mundo las cosas se mueven, cambian. Pero ¿cómo es posible el cambio? Todo cambio es el paso del ser al no-ser o viceversa (Parménides dijo que este proceso era imposible). Tomás de Aquino, como Aristóteles, admite que las cosas de este mundo pueden cambiar porque ellas son mezcla de ser y no-ser, de acto y potencia.
Y es que, también con Aristóteles, compartirá la distinción entre ser en acto y ser en potencia: 1. Por ser en Acto se refiere: a la sustancia tal como en un momento determinado se nos presenta y la conocemos. Es la perfección de un sujeto, término o fin del movimiento. 2. Por ser en Potencia entiende: el conjunto de capacidades o posibilidades de la sustancia para llegar a ser algo distinto de lo que actualmente es. De manera que, existen cosas que en un momento T son algo, pero, en un instante T+1 pueden convertirse en otra cosa o tener otra cualidad o atributo. Teniendo en cuenta los conceptos de acto y potencia, podemos comprender porqué Santo Tomás, al igual que Aristóteles, dice que el movimiento no es otra cosa que pasar de la potencia al acto.
Santo Tomás de Aquino
Esto lleva a la siguiente conclusión: todas las cosas de este mundo son susceptibles de cambiar porque son en acto y en potencia a la vez. Y esto es
así porque, precisamente, todas las cosas de este mundo son compuestos hilemórficos, es decir, unidades indisociables de materia y forma. La forma (como en Platón y Aristóteles) es lo que hace que las cosas sean lo que son, o sea, su esencia. La materia es lo que da un lugar, un sitio, a la esencia. En resumen: la forma es al acto como la materia a la potencia. También la concepción del ser humano en Tomás de Aquino esta basada en la concepción aristotélica. Pero, al igual que ocurre con los otros aspectos de su pensamiento, ha de ser conciliada con las creencias básicas del cristianismo, la inmortalidad del alma y la creación. El ser humano: es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, representando el alma la forma y el cuerpo la materia, es decir, “el hombre es un compuesto hilemórfico de materia y forma” Del mismo modo que Aristóteles había concebido la existencia de una sola alma en el ser humano que engloba las funciones vegetativa y sensitiva, Santo Tomás afirma que esaúnica alma es la que regula todas las funciones del hombre. El alma se sigue concibiendo como principio de vida y de conocimiento, pero se rechaza la concepción platónica de la relación entre el alma y el cuerpo ya que mientras que Platón atribuye al alma, y no al ser humano, esas funciones vitales y cognoscitivas; Santo Tomás, como Aristóteles, las atribuye al hombre. Porque es el hombre, el ser humano, el que vive y conoce, el que razona y entiende, el que imagina y siente. La relación alma y cuerpo es una relación natural, no una situación forzada o antinatural.
Cada alma, por ser espiritual, por lo que no es posible la reencarnación (como defendieron los pitagóricos y Platón) ni Santo Tomás de Aquino defender, como lo hacía el averroísmo, que hay un alma racional (entendimiento agente) común a todos los hombres.
Según Santo Tomás, el alma no preexiste en el cuerpo (contra Platón) ni la engendran los padres (como afirmaba San Agustín) sino que Dios crea cada alma cuando un nuevo ser humano comienza a vivir. Siguiendo a Aristóteles, Tomás de Aquino distingue dos niveles de conocimiento: Sensible: permite captar las formas sensibles o accidentales de las cosas Intelectual: consiste en conocer las formas inteligibles o sustanciales, es decir, la esencia de las cosas Ambos nos dan a conocer las verdades naturales. pues “todo conocimiento intelectual comienza y se apoya en los sentidos aunque no termina en ellos, sino que los trasciende” A partir de aquí aplica la teoría del acto y la potencia para explicar como el conocimiento intelectual tiene lugar a partir del conocimiento sensible. El proceso es el siguiente: 1. Por medio de los sentidos captamos en acto las formas sensibles o accidentales de la sustancia individual (este olivo). Estas formas sensibles encierran en potencia la forma inteligible o esencia de ese individuo. Se puede decir que lo inteligible están en potencia en lo sensible. 2. Pero hay un principio activo, llamado entendimiento agente, que hace pasar
esa forma inteligible de la potencia el acto (de de “este olivo” a “el olivo”. Esta actualización es lo que se llama abstracción y da lugar al concepto o idea de una cosa, a su esencia. El entendimiento agente separa lo sensible de lo inteligible. Santo Tomás une la doctrina de Aristóteles con la de San Agustín lo que le lleva a afirmar: que el intelecto agente es una luz participada de Dios gracias a la cual conocemos intelectualmente. Todo ello llevará al aquinate a establecer como principio general que “Todo lo que se mueve es movido por otro”. Tomás de Aquino ha hecho visible a Dios por su huella, es decir, por sus efectos, pues Dios es la primera causa del movimiento del mundo.
Si la primera causa del movimiento perteneciera a este mundo seria mezcla de potencia y acto (materia y forma) y, entonces, se movería. Por ello, no debe
pertenecer al mundo material sino inmaterial, debe ser Forma Pura, Acto Puro y resulta claro que solo un Dios como el de los cristianos puede tener esas cualidades.
También mantiene al igual que Aristóteles los tipos de movimiento: local, cuantitativo y cualitativo.
Y es que, también con Aristóteles, compartirá la distinción entre ser en acto y ser en potencia: 1. Por ser en Acto se refiere: a la sustancia tal como en un momento determinado se nos presenta y la conocemos. Es la perfección de un sujeto, término o fin del movimiento. 2. Por ser en Potencia entiende: el conjunto de capacidades o posibilidades de la sustancia para llegar a ser algo distinto de lo que actualmente es. De manera que, existen cosas que en un momento T son algo, pero, en un instante T+1 pueden convertirse en otra cosa o tener otra cualidad o atributo. Teniendo en cuenta los conceptos de acto y potencia, podemos comprender porqué Santo Tomás, al igual que Aristóteles, dice que el movimiento no es otra cosa que pasar de la potencia al acto.
Santo Tomás de Aquino
Esto lleva a la siguiente conclusión: todas las cosas de este mundo son susceptibles de cambiar porque son en acto y en potencia a la vez. Y esto es
así porque, precisamente, todas las cosas de este mundo son compuestos hilemórficos, es decir, unidades indisociables de materia y forma. La forma (como en Platón y Aristóteles) es lo que hace que las cosas sean lo que son, o sea, su esencia. La materia es lo que da un lugar, un sitio, a la esencia. En resumen: la forma es al acto como la materia a la potencia. También la concepción del ser humano en Tomás de Aquino esta basada en la concepción aristotélica. Pero, al igual que ocurre con los otros aspectos de su pensamiento, ha de ser conciliada con las creencias básicas del cristianismo, la inmortalidad del alma y la creación. El ser humano: es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, representando el alma la forma y el cuerpo la materia, es decir, “el hombre es un compuesto hilemórfico de materia y forma” Del mismo modo que Aristóteles había concebido la existencia de una sola alma en el ser humano que engloba las funciones vegetativa y sensitiva, Santo Tomás afirma que esaúnica alma es la que regula todas las funciones del hombre. El alma se sigue concibiendo como principio de vida y de conocimiento, pero se rechaza la concepción platónica de la relación entre el alma y el cuerpo ya que mientras que Platón atribuye al alma, y no al ser humano, esas funciones vitales y cognoscitivas; Santo Tomás, como Aristóteles, las atribuye al hombre. Porque es el hombre, el ser humano, el que vive y conoce, el que razona y entiende, el que imagina y siente. La relación alma y cuerpo es una relación natural, no una situación forzada o antinatural.
Cada alma, por ser espiritual, por lo que no es posible la reencarnación (como defendieron los pitagóricos y Platón) ni Santo Tomás de Aquino defender, como lo hacía el averroísmo, que hay un alma racional (entendimiento agente) común a todos los hombres.
Según Santo Tomás, el alma no preexiste en el cuerpo (contra Platón) ni la engendran los padres (como afirmaba San Agustín) sino que Dios crea cada alma cuando un nuevo ser humano comienza a vivir. Siguiendo a Aristóteles, Tomás de Aquino distingue dos niveles de conocimiento: Sensible: permite captar las formas sensibles o accidentales de las cosas Intelectual: consiste en conocer las formas inteligibles o sustanciales, es decir, la esencia de las cosas Ambos nos dan a conocer las verdades naturales. pues “todo conocimiento intelectual comienza y se apoya en los sentidos aunque no termina en ellos, sino que los trasciende” A partir de aquí aplica la teoría del acto y la potencia para explicar como el conocimiento intelectual tiene lugar a partir del conocimiento sensible. El proceso es el siguiente: 1. Por medio de los sentidos captamos en acto las formas sensibles o accidentales de la sustancia individual (este olivo). Estas formas sensibles encierran en potencia la forma inteligible o esencia de ese individuo. Se puede decir que lo inteligible están en potencia en lo sensible. 2. Pero hay un principio activo, llamado entendimiento agente, que hace pasar
esa forma inteligible de la potencia el acto (de de “este olivo” a “el olivo”. Esta actualización es lo que se llama abstracción y da lugar al concepto o idea de una cosa, a su esencia. El entendimiento agente separa lo sensible de lo inteligible. Santo Tomás une la doctrina de Aristóteles con la de San Agustín lo que le lleva a afirmar: que el intelecto agente es una luz participada de Dios gracias a la cual conocemos intelectualmente. Todo ello llevará al aquinate a establecer como principio general que “Todo lo que se mueve es movido por otro”. Tomás de Aquino ha hecho visible a Dios por su huella, es decir, por sus efectos, pues Dios es la primera causa del movimiento del mundo.
Si la primera causa del movimiento perteneciera a este mundo seria mezcla de potencia y acto (materia y forma) y, entonces, se movería. Por ello, no debe
pertenecer al mundo material sino inmaterial, debe ser Forma Pura, Acto Puro y resulta claro que solo un Dios como el de los cristianos puede tener esas cualidades.
También mantiene al igual que Aristóteles los tipos de movimiento: local, cuantitativo y cualitativo.