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.-Parménides y la Escuela de Elea
En Elea -también en Italia meridional- se funda otra “escuela” filosófica, pero mucho más reducida y de carácter exclusivamente filosófico. Tradicionalmente se ha atribuido esta fundación a Jenófanes de Colofón (Jonia), quien habría emigrado a Italia, instalándose en Elea, donde habría tenido como discípulos a Parménides y otros. Pero estos datos son muy poco seguros. Lo más probable es que fuera Parménides quien fundó la escuela de Elea.Parménides de Elea, vivíó en esta ciudad y participó en la redacción de sus leyes. Es probable que se haya iniciado en la filosofía a través de los grupos pitagóricos (se dice que fue discípulo del pitagórico
Ameinias y que llevó una “vida pitagórica”), para luego abandonarlos y crear su propia escuela y su propia filosofía. Gozó de un gran prestigio: Platón le llama “digno de veneración y, ala vez,
tremendo”.Expuso su doctrina en un Poema compuesto en hexámeros. En él se contienen críticas a las ideas pitagóricas y referencias a Anaxímeres y, quizá, a Heráclito. Por fortuna, se conservan amplias secciones de este Poema, lo cual no impide que su interpretación sea extremadamente difícil e insegura.Comienza el poema con proemio de sabor mítico -inspirado probablemente en la literatura oracular y mistérica-, que da lugar a entender que lo que sigue debe considerarse como una “revelación” filosófica. El núcleo fundamental del Poema se divide en dos partes: la vía de la verdad, en la que Parménides expone su propia doctrina filosófica, y la vía de la opinión (dóxa), en la que -utilizando algunos elementos tomados de los pitagóricos- se expone una cosmología que probablemente rechaza Parménides como engañosa. Sólo nos interesa, pues, la primera parte.La vía de la verdad comienza presentando un dilema que se expresa en
términos enigmáticos y abstractos El pasaje es difícil de interpretar, e incluso de traducir. Quizá, en principio, Parménides no quiere decir algo más que algo muy simple: sólo es lo que es, y no lo que no es. Sólo “lo que es” (el Ser), es y es pensable. El no-Ser, ni es, ni es pensable.
Premisas de la vía de la verdad:1)Lo que es, es, y es imposible que no sea.2)Lo que no es, no es y es imposible que sea.3)Lo mismo es ser y pensar.4)La diosa dice que los mortales decimos que ser y no ser son lo mismo y no lo mismo.A partir de este principio evidente, Parménides pretenderá contruir la vía de la verdad. Y, así, deducirá que el Ser (“lo que es”) es ingénito e imperecedero; finito, continuo y único, indivisible e inmóvil, homogéneo y esférico. (atributos del ser). En efecto, el Ser es imperecedero e inengendrado, porque en caso contrario habría que suponer que procede del no-Ser y vuélve a él; pero el no-Ser es impensable e
inexistente.Del mismo modo, el Ser es “uno”, ya que si hubiera otra cosa sería el no-Ser. E inmóvil, pues todo cambio sería hacia el no-Ser. E indivisible, puesto que el vacío que separaría las partes equivale al no-Ser., etc…Como se ve, Parménides realiza en su Poema un notable “ejercicio de lógica” separándose de los primeros físicos jonios, que hablaban únicamente de “los seres” y buscaban un arché de carácter concreto e incluso empírico. Por supuesto, la lógica de Parménides no resulta demasiado convincente, al manejar únicamente dos elementos contrapuestos: el Ser y el no-Ser. Pero, ¿qué quería decir en realidad?-En primer lugar, parece que Parménides intentó una verdadera demolición de la filosofía de sus predecesores, especialmente de los pitagóricos. Ése es el significado que tiene su negación del vacío, el tiempo y la pluralidad. El cambio y el movimiento sin considerados como
ilusorios. Especialmente Parménides ataca el dualismo Pitagórico, admitiendo como atributos del Ser aquellos que figuran en la columna de la izquierda de la enumeración pitagórica (y que pueden ser establecidos recionalmente): limitado, uno, inmóvil.-El “Ser” a el que se refiere Parménides es, desde luego, la realidad, o el mundo. Y Parménides no podía concebirlo sino como algo corpórep (la distinción entre material e inmaterial no existía aún). El mundo, pues, es algo limitado, compacto, inengendrado e imperecedero, excluyéndose la posibilidad de cambios y movimientos. Es como “una esfera bien redonda”, inmóvil y eterna.
-De un modo explícito se introduce la distinción entre verdad y apariencia (u opinión), y se otorga la primacía a la razón. (lo que se puede pensar) por encima de las apariencias sensibles y engañosas. El problema del conocimiento surge, pues, como nuevo problema fil.