René Descartes fue un filósofo y matemático francés de la
Edad Moderna. Convivíó con la crisis más profunda que ha sufrido el saber
Humano, y de la cual surgíó una postura nueva de la filosofía: el escepticismo,
La filosofía de la duda.
Además, el centro de atención de las corrientes de
Pensamiento de la época se situó en la epistemología, dentro de la cual el
Sujeto cobró una importancia muy superior a la que había tenido hasta entonces,
Ya que su función no era solo percibir la realidad, sino también interpretarla,
Es decir, tomaba parte de manera activa en el conocimiento (subjetivismo). Hubo
Dos grandes corrientes en el estudio del conocimiento: el Racionalismo y el
Empirismo.
Descartes fue el padre del Racionalismo, corriente en la que Primaba la razón frente al conocimiento sensible, el cual era infravalorado; lo Contrario ocurría en el Empirismo, cuyo máximo exponente fue el filósofo Británico Hume. El objetivo de Descartes fue construir un sistema de Proposiciones ciertas, fundamentadas racionalmente en principios verdaderos e Indudables, y para ello tomó como modelo las matemáticas.
Este autor también se propuso conseguir elaborar un método Que le permitiera alcanzar un conocimiento cierto, fuera de toda duda. Comenzó Por no dar nada por supuesto y afirmar únicamente aquello que estuviera Debidamente fundamentado, de este modo, Descartes inició la mentalidad moderna. Para establecer el método, Descartes quiso primero conocer la estructura de la Propia mente y su manera de proceder. Así, se encontró con que nuestra mente Utiliza dos operaciones fundamentales. La captación, que consiste en la Intuición inmediata de conceptos en la razón misma, y la deducción, un segundo Procedimiento en el que la razón descubre las relaciones establecidas entre las Ideas simples y establece un encadenamiento de intuiciones sucesivas. El método Cartesiano, sigue cuatro reglas. En primer lugar, está la regla de la Evidencia, esto es, solo podemos afirmar aquello de lo que estemos Completamente seguros; la segunda, es la regla del análisis, en este segundo Paso, mediante la intuición, debemos dividir los conceptos hasta hallar las “naturalezas simples” que los componen, y que podremos conocer de manera clara; La tercera regla es la síntesis, que consiste en volver a construir los Conceptos a partir de las “naturalezas simples”, habiéndolos depurado mediante El método deductivo; en último lugar está la regla de la revisión, que Establece que debemos repetir el proceso completo para así tener la certeza de Que no hemos olvidado nada. En suma, el método cartesiano lo que pretende es Reducir los conceptos a ideas claras y precisas que puedan ser intuidas Directamente por el espíritu, y busca con ello una verdad apodíctica, que pueda Ser creída por sí misma y de la cual se puedan deducir las verdades restantes.
Cabe destacar que Descartes utiliza como vía para llegar a La máxima certeza la “duda metódica”, y que por ello no se trata de la duda Propia de un escéptico absoluto, sino de una herramienta, ya que en palabras de Este filósofo “de la duda sale la certeza”. Descartes reniega, por tanto, de todo aquello que le pueda llevar a Error, y por ello no acepta la información que le aportan sus sentidos. Duda de Manera aún más radical acerca de si su percepción del mundo es real al admitir Que en ocasiones es imposible distinguir entre el estado de vigilia y el de Sueño, aunque afirma que las matemáticas le ofrecen una verdad que no varía en Función de si estamos despiertos o soñando. Finalmente, Descartes lleva la duda Al extremo formulando la hipótesis de que un genio maligno podría hacer que Estuviéramos constantemente cayendo en el error, y en este caso, ni siquiera Las matemáticas le sirven como criterio de certeza. Para no caer en un Escepticismo que le alejaría aun más de llegar al conocimiento verdadero, Descartes afirma que Dios es, el último término, la garantía de la certeza del Hombre, puesto que si este pone todo cuanto está a su alcance para llegar a la Verdad, Dios, en virtud de su bondad Extrema, le salvará de equivocarse. A continuación pasaré a desarrollar la Metafísica cartesiana, y el concepto de Dios de Descartes quedará explicado más adelante.
En la metafísica de Descartes confluyen el método y la Epistemología, ya que este filósofo se vale de la duda metódica y de la Evidencia de ideas claras para fundamentar la realidad. Llega entonces a la Conclusión de que hay tres tipos distintos de realidad, tres sustancias.
En primer lugar, Descartes afirma que la certeza más Evidente es la existencia de un yo pensante, puesto que al reflexionar sobre Las cosas, podremos no saber si la existencia de ellas es real o no, pero está Claro que estamos pensando. Este filósofo moderno resume esta primera certeza En su famosa cita “pienso, luego existo” (“cogito, ergo sum”). Adentrándose en el análisis de esta primera Realidad (yo pensante) distingue entre tres clases de idas que pertenecen al “yo”; las innatas, que pertenecen al entendimiento por su propia naturaleza, Las adventicias, que son consecuencia que el conocimiento sensible, y las Facticias, fruto de la imaginación. El talante racionalista de Descartes hace Que únicamente pueda aceptar las ideas innatas, y por ello tiene una postura Intelectualista. La segunda certeza, es decir, la segunda realidad, es la idea De infinito. Descartes identifica esta idea con Dios, ya que concibe a este Como un Ser Perfecto que solo puede provenir de una causa infinita, que reúne Todas las cualidades perfectas, y que por tanto, tiene la existencia. De este Modo se justifica la existencia de Dios por la idea de infinito, y por la idea De Dios en sí misma. Para Descartes la idea de Dios es previa y más clara que Los otros dos tipos de realidad, de hecho, aunque se refiere a las a las tres Realidades (yo pensante, Dios y extensión) como sustancias que existen de tal Manera y que no necesitan de ninguna otra para existir, con esta definición se Refiere “primariamente a Dios y secundariamente a las criaturas”. Como ya he Comentado anteriormente, precisamente por sus cualidades perfectas, Dios es la Garantía de que ni se engaña a sí mismo ni nos engaña a nosotros, por tanto, al Pensar correctamente y según el método, cabe esperar que alcancemos la Certidumbre. La tercera y última certeza es la de extensión, de la cual Descartes deduce la existencia del mundo material. Puesto que pensamos acerca De elementos del mundo material, y Dios no podría permitir que así fuese si no Existirá tal realidad, podemos decir que este existe, sin embargo, todo lo que Podemos concluir acerca del mundo material es que es extenso. Según lo entiende Descartes, se trata de una res extensa De realidades geométricas que en la que acepta exclusivamente las ideas De Figura y Movimiento, ya que entiende el mundo desde una perspectiva Mecanicista, y se trata, además, de un mundo en el que solo hay tres leyes: la Ley de la inercia, la ley del movimiento rectilíneo y la ley de la conservación De la cantidad de movimiento. Este racionalista francés rechaza la existencia Del vacío y de cualquier magnitud o cualidad que no pueda cuantificarse. Sintetizando las tres certezas de Descartes podemos decir que este establece Una realidad estructurada en torno a tres sustancias: el yo pensante, la Materia extensa y Dios. A su vez, este filósofo, entiende al hombre como una Unidad integrada por dos órdenes de realidad: la materia y el espíritu, es este Aspecto es, por tanto, dualista.
La gran diferencia de Descartes hace entre las sustancias, Hace que relacionar cuerpo y alma en el hombre sea complicado. El alma Representa la parte espiritual de la persona, y su esencia es el pensamiento, Mientras que la esencia del cuerpo es la extensión. El alma, por tanto, piensa, Y el cuerpo responde a las leyes a las que se encuentra sometido el mundo Físico. Sin embargo, entre ambos componentes existe una uníón íntima; se trata De una uníón de composición en la que alma y cuerpo interaccionan y ejercen un Influjo el uno sobre el otro. El alma está en todo el cuerpo, pero se localiza De una manera especial en la glándula pineal del cerebro, es allí donde recibe Los denominados espíritus anímales, que consisten en unos agentes intermedios Entre el cuerpo y el alma. A pesar de su estrecha uníón, al alma y cuerpo son Independientes, y precisamente, la libertad reside en que el alma no esté Sometida a la necesidad mecanicista del cuerpo. La libertad, entendida al modo Racionalista, se basa en elegir aquello que la razón propone como verdadero, de Subordinar la voluntad al entendimiento, y es contraria a la arbitrariedad, y Es así como el hombre alcanzará la felicidad.
La libertad, según como la concibe Descartes, se alcanzará Actuando de manera acorde a nuestra razón. Así planteó este autor la ética, Supeditando el comportamiento humano a aquello dictado por la razón. No Obstante, no encontró pensamientos tan firmes y claros referentes a la ética Como había hecho anteriormente con las tres sustancias, y por ello, en lugar de Formular una teoría ética definitiva, creó una moral provisional. Se trata de Una ética del sentido común, que insta a los hombres a obedecer las leyes del Lugar donde estén, así como a seguir las costumbres y religión tradicionales; a Seguir firmemente las opiniones más aceptadas y moderadas; además, recalcó la Importancia del autodominio y de la aceptación del destino y por último, entre las tareas con Las que el hombre puede ocupar su tiempo, la filosofía es, a ojos de Descartes, La ocupación más propia del hombre.
El cultivo de la razón es, como se puede ver en su moral Provisional, así como en las otras teorías de este autor, imprescindible para llegar A un conocimiento verdadero. Defiende, además, que limitándose a afirmar Aquellas ideas que sean totalmente claras al entendimiento, no se equivocará, y Que así, con la razón, podrá llegar a todas las certezas. Descartes nos habla, Pues, de que el conocimiento racional del hombre, no tiene límite.