CONTEXTO a) El texto en la obra y en el pensamiento del autor El primer editor de los Manuscritos (y con él la mayoría de los sucesivos) divide la obra en epígrafes con títulos que hacen referencia a la temática tratada. Así, al apartado seleccionado para nuestro estudio seleccionado del primer manuscrito («El trabajo enajenado»), le preceden tres capítulos titulados «Salario», «Beneficios» y «Renta». Esta distribución se explica por constituir el primer manuscrito una elaboración de la lectura de algunos textos de la escuela clásica de la Economía política, en particular, el texto fundacional de A. Smith, La riqueza de las naciones. En esta obra, Smith determina el precio de la mercancía en base a los tres factores «Salarios del trabajo», «Beneficios del capital» y «Renta de la tierra».
Marx sigue en su lectura esta misma distinción. Apartir de los mismos conceptos de Smith (que en buena parte serán asumidos definitivamente como los suyos propios, no sólo en los Manuscritos, sino en las obras clásicas de El Capital, Contribución a la crítica de la Economía política, Teorías de la plusvalía, etc.,), las principales tesis sostenidas por Marx serían las siguientes. 1) Contradicción entre los derechos teóricos y prácticos del trabajador según la misma Economía política; 2) identificación de las distintas situaciones de miseria a que se ve abocado el trabajador en las diferentes hipótesis de A. Smith: nacíón en progreso, decadencia o esplendor de su riqueza; 3) resolución y definición del capital en base al trabajo; 4) tendencia histórica a la polarización de la sociedad en las clases de trabajadores y capitalistas, con el derrumbe de la vieja aristocracia basada en la renta de la tierra. Por lo demás, la problemática tratada en los Manuscritos marca el punto de inflexión de una evolución que lleva a Marx desde el estudio de la filosofía, el derecho y la política, a la economía. A partir de esta elaboración inicial, la economía, y con ella el concepto esencial del trabajo, se erige en el motivo central de su obra. Ese discurso irá completándose en el transcurso del tiempo, de manera que abarcará una teoría de la historia, para concentrarse, finalmente, como motivo fundamental en la construcción de una explicación científica de las leyes evolutivas de la economía capitalista. Marx, además, siempre mantuvo un fuerte motivo político vinculado a una teoría de la revolución. b) El pensamiento de Marx en su época y/o en la historia de la filosofía El contexto histórico inmediato del pensamiento de Marx remite a la Europa de mediados del Siglo XIX, y al sigloXIX en su conjunto, como siglo de las revoluciones, principalmente los estallidos de 1830, 1848 y 1871. En un sentído más amplio, podemos considerar como contexto subyacente el de la revolución industrial y la revolución francesa. Desde el punto de vista filosófico, puede enfatizarse lo que ya observaron tanto Engels como Lenin, en la fórmula de las tres fuentes del marxismo: a) el socialismo utópico francés, del partirá Marx para transformarlo en un socialismo científico; b) la Economía política inglesa: las obras de A. Smith y D. Ricardo, con las lecturas y transformaciones operadas por Marx en las teorías del valor-trabajo. C) la filosofía clásica alemana, respecto de la cual, la vinculación esencial es con Hegel, aunque también fue importante la que mantuvo con los jóvenes hegelianos. Hegel había sostenido que los diversos seres son solo momentos del proceso del autodesarrollo del Espíritu, que él llamó «dialéctico», cuyo motor es su interna contradicción. A su muerte, no tardó en surgir una corriente de pensamiento conocida como hegelianismo. No fue, sin embargo, una escuela filosófica uniforme; enseguida se distinguieron dos corrientes:
— hegelianos de derechas o «viejos hegelianos», que hicieron hincapié en el carácter sistemático de la filosofía hegeliana, lo que los condujo a defender el carácter finalista de la historia tal y como Hegel lo había presentado, con el Estado prusiano como momento evolutivo en que el Espíritu se reconcilia consigo mismo.— hegelianos de izquierdas o «jóvenes hegelianos», que rechazaron la sistematicidad que Hegel atribuyó a su filosofía, así como su carácter idealista, para adoptar la concepción dialéctica de la realidad, hasta defender una necesaria una oposición al estado de cosas existente, a busca de acelerar la evolución hacia formas nuevas de organización política y social. Marx, que en la universidad establecíó contacto con el círculo de los hegelianos de izquierdas, se sirvió de la concepción dialéctica de la realidad, aunque invirtiendo, como Feuerbach, el sistema hegeliano:
El punto de partida para una explicación de lo real no ha de ser el Espíritu, sino la naturaleza, entendida en clave materialista. La materia no aparece ya en la filosofía marxista como la manifestación externa del Espíritu, sino como la única realidad.