¡Escribe tu texto aquí!¿Qué es la moral?
Son grupos de normas y costumbres que se aceptan como adecuadas o correctas en un lugar determinado. Responden a la cuestión de cómo debo comportarme.
¿Qué es la ética?
Es un juicio crítico sobre la moral, sus normas y las consecuencias derivadas de la acción humana así como del fundamento de las normas morales. Su finalidad principal es determinar, conforme a unos valores, principios y normas generales, si una acción puede recibir o no el calificativo de moral.
¿Qué carácterísticas básicas debe tener una acción para que pueda ser considerada como moral?
Para que una acción pueda ser considerada moral debe ser una acción social, esto es, surgida en nuestra relación con los demás, y además estar orientada por un conjunto de normas. Estas normas deben originarse en una reflexión crítica previa a la acción sobre su alcance y consecuencias. Por otro lado, dichas normas deben poseer además afán de universalidad.
Según los motivos ¿cómo podemos clasificar las éticas y qué defienden?
Según sean los motivos que muevan al ser humano se han desarrollado dos tipos de teorías éticas:
Éticas teleológicas o de fines.
La acción debe producir algún fin (la felicidad, el placer…).
Las normas deben tratar de solventar conflictos entre intereses enfrentados.
Tanto la norma como la acción moral deben tratar de alcanzar la felicidad y la justicia, que son las condiciones fundamentales para conseguir una vida buena.
Éticas deontológicas o del deber. —
No comparten la visión del hombre como buscador de felicidad que poseen las éticas teleológicas.
Lo que define al ser humano y le diferencia del resto de los seres naturales es su autonomía legisladora. Es decir, la capacidad que tiene para darse a sí mismo normas de acción de forma racional.
La acción tiene que apoyarse en el deber, que viene impuesto por la razón.
¿Qué diferencias fundamentales existen entre las éticas teleológicas o de fines y las éticas deontológicas o del deber?
Para las éticas teleológicas, la acción debe estar encaminada hacia algún fin, normalmente la felicidad. Además, estas posturas éticas persiguen la solución pacífica de los posibles conflictos que pudieran derivarse de la vida en común. Así, el sentido último de las normas es conjugar la perseguida felicidad con un principio de justicia que conjugue los intereses de todos los individuos que componen una comunidad.
Un exponente de este tipo de ética es Aristóteles.
Las éticas deontológicas no comparten esta visión encaminada hacia la felicidad que poseen las éticas teleológicas, y defienden que lo que diferencia al ser humano del resto de seres es su autonomía legisladora. Por ello, una acción recibirá el calificativo de moral cuando obedezca al deber autoimpuesto por el sujeto sin la persecución de fines ulteriores.
Un exponente de este tipo de ética es Kant.
Enumera las formas principales de fundamentación moral.
A continuación, vamos a clasificar los principales tipos de fundamentación de las normas morales según dónde se encuentre su origen: en algo externo al sujeto (autoridad, mito, divinidad, etc.), en el propio sujeto (autonomía de la razón) o en el acuerdo entre sujetos (diálogo).
Fundamentación externa. Ya sean las leyes naturales, la fuerza de la tradición o las leyes otorgadas al ser humano por gracia de cualquier divinidad, el origen de las normas reside en algo externo al sujeto. Algo que normalmente se acepta de forma acrítica, sin que sea cuestionado. Dichas normas suelen tener un carácter objetivo. Es el caso concreto de las éticas teleológicas, los mandamientos religiosos o las prohibiciones reguladas por el «tabú» en las sociedades primitivas.
Fundamentación interna. Inspirada en la filosofía de I. Kant, es propia de las éticas deontológicas. Se reconoce al sujeto como un ser libre, dotado de razón y voluntad, que le permite elegir sus acciones de forma responsable. Este tipo de fundamentación es propia de las éticas deontológicas o del deber.
Fundamentación intersubjetiva. Se apoya en el discurso y el uso público de la razón. Las normas se constituyen a través de unas reglas concretas de diálogo y el consenso entre los diferentes sujetos. Su finalidad es lograr una sociedad justa. Ha sido impulsada por las éticas dialógicas.
¿Qué es la libertad negativa?
Entendida como ausencia de limitación para realizar una acción, se produce cuando un individuo no encuentra oposición para llevar a cabo algún acto.
¿Qué es la libertad positiva?
Hace referencia a la capacidad que tiene un sujeto para llevar a cabo una acción y poder elegir entre una acción u otra. Este tipo de libertad se vincula normalmente con el libre albedrío y defiende la absoluta indeterminación del quehacer humano.
¿Qué son las éticas indeterministas? Pon ejemplos.
Corriente que postula que el ser humano no está determinado social, biológica o psicológicamente para actuar. Por este motivo, es absolutamente libre y, por ende, responsable de las acciones que lleve a cabo.
Dentro de las éticas podemos encontrar a filósofos como I.Kant (indeterminismo moderado) y J.P.Sartre (indeterminismo radical).
¿En qué consiste la ética de Kant?
Immanuel Kant es un filósofo alemán (1724-1804) que representa la cumbre del pensamiento moderno. En su ética Kant no se fija en cuál es el fin de la acción humana (para qué hacemos las cosas, qué esperamos conseguir con tal acción), sino qué principios mueven al hombre a actuar. Esos principios configuran nuestra conciencia moral. Así, la conciencia rige nuestro comportamiento a partir de los principios morales que hay en ella y nos indica si nuestras acciones son correctas o incorrectas, buenas o malas. Él distingue entre imperativos hipotéticos e imperativos categóricos.
¿Qué son los imperativos hipotéticos y categóricos?
Kant advierte que, en el momento de iniciar una acción, la razón humana actúa bajo la forma de un imperativo, porque impone una obligación (debes hacer esto; haz eso). Los imperativos pueden ser de dos tipos: hipotéticos y categóricos.
Los imperativos hipotéticos son aquellos que están sujetos a una condición. Responden al esquema: “Si quieres X, entonces debes hacer Y”. Por ejemplo, «Si quiero aprobar los exáMenes, tengo que estudiar». En ellos la acción está subordinada a un fin concreto, en este caso, aprobar los exáMenes.
Los imperativos categóricos no están sujetos a ninguna condición, no hacen referencia a ningún contenido moral concreto y son válidos para toda acción, con independencia de cuál sea esta. Son, por tanto, de carácter universal (por ejemplo, «Debes respetar siempre la dignidad humana»). El esquema de este tipo de imperativos es: “Debes hacer X”.
Según Kant, una acción es moral solo cuando se basa en imperativos categóricos.
¿Según Kant que diferencia es existe entre autonomía y heteronomía morales?
Con el fin de poder encontrar un fundamento al imperativo categórico, Kant distingue entre autonomía y heteronomía de la voluntad. La voluntad es autónoma cuando se da a sí misma su propia ley; y es heterónoma cuando recibe pasivamente la ley de algo o de alguien que no es ella misma (la sociedad, Dios, la tradición, la moda…).
Así, toda ética teleológica o de fines, como las éticas de la felicidad, las éticas de mandamientos, recompensas, castigos… Son siempre heterónomas. Lo que determina a la voluntad son las consecuencias de si cumple o no la norma (no matarás, no robarás…). Sin embargo, lo meritorio no es ajustar la conducta a una norma, sino saber por qué se ajusta a dicha norma.
Únicamente una voluntad autónoma que obedezca el imperativo categórico será buena. En síntesis, una voluntad autónoma implica necesariamente el postulado de una voluntad libre. ¿Cómo podría la voluntad ser autónoma sin ser libre?
¿Quién es J. P. Sartre?
Jean-Paúl Sartre es uno de los máximos representantes del existencialismo, corriente filosófica desarrollada en Europa entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, pero que tuvo su apogeo tras esta última. El existencialismo reivindica como tema fundamental la existencia humana. No una existencia abstracta, basada en categorías universales, sino la existencia concreta. El ser humano aparece, así, como un sujeto sin una naturaleza propia, cuya identidad radica en el hacerse de forma libre e indeterminada, incluyendo en ello a la moral.
La propuesta existencialista de Sartre se podría resumir en esta sentencia suya: «Estamos condenados a ser libres». Los puntos básicos sobre los que esta afirmación descansa son los siguientes:
Ateísmo radical. Negación absoluta de la existencia de Dios.
Responsabilidad. Nuestras acciones afectan a todos los hombres.
Acción. El ser humano solo puede reconocerse en sus actos.
Autenticidad. La única vida auténtica descansa en la elección libre.
¿Qué son las éticas deterministas? Pon ejemplos.
Postura que defiende que todo suceso, incluida la acción humana, está inmerso en una inexorable cadena de causas y efectos que eliminan la libertad.
Dentro de las éticas podemos encontrar a filósofos como Hume (determinismo moderado) y Skinner (determinismo radical).
¿En qué consiste la propuesta de Hume?
Hume es un pensador escocés que a diferencia del Racionalismo, afirma que la moral no puede depender de nuestra razón, sino que surge del sentimiento de agrado o desagrado que nos produce algún hecho. Cuando estamos ante un suceso condenable (por ejemplo, un asesinato), brota en nuestro interior un sentimiento que nos incita a reprobarlo. Cuando nos encontramos ante un hecho deseable (por ejemplo, acudir en ayuda de alguien que la necesita), el sentimiento que produce es de aprobación.
Así pues, la moral no reside ni en la razón ni en los hechos, sino en las emociones que estos últimos producen en nosotros. Por ello, la ética de Hume es denominada “emotivista”.
Hume piensa que el origen de los sentimientos debe buscarse en la propia naturaleza humana, de ahí que su teoría pueda ser entendida en este aspecto como determinista ya que dicho determinismo garantiza que hechos similares (salvo algún trastorno o enfermedad) produzcan en todo individuo emociones similares.
¿En qué consiste la propuesta de Skinner?
El psicólogo norteamericano B. F. Skinner, trató de ejemplificar cómo en una sociedad en la que todos los factores ambientales fueran dirigidos, los individuos podrían ser orientados para que eligieran aquello que se estimase oportuno. Para ello, partíó del supuesto de que el ser humano carece de libertad y que todos nuestros actos están, de una u otra forma, determinados.
Para orientar debidamente la conducta, Skinner introduce como elemento básico los refuerzos. Estos no son más que premios, que el sujeto obtiene al realizar el comportamiento esperado, o bien castigos, cuando se comporta de otra manera. La teoría de los reforzadores parte de la suposición de que toda conducta humana está determinada psicológicamente por la búsqueda del placer y la evitación del dolor. Así, una conducta premiada con algún objeto placentero (refuerzo positivo) tenderá a mantenerse. Asimismo, los actos no deseados, y por ello castigados con algún desagrado (refuerzo negativo), tenderán a extinguirse, y así los comportamientos se irán modificando.
¿Qué defiende la ética de las convicciones?
Defiende la existencia de principios universales de la acción moral (justicia, solidaridad, igualdad…). Para llevar a cabo un comportamiento éticamente correcto bastaría con cumplir las normas aceptadas de acuerdo con esos principios. Sin embargo, el individuo no tiene en cuenta las consecuencias (tanto positivas como negativas) que se puedan derivar de sus acciones a la hora de elegir cómo actuar.
¿Qué defiende la ética de responsabilidad?
La ética de la responsabilidad no defiende a principios universales de la acción moral. Para realizar un comportamiento éticamente correcto se deben valorar las diferentes opciones posibles. Teniendo en cuenta las consecuencias últimas y significativas de cada alternativa, el individuo podrá elegir previendo el alcance de su acción. De esta forma, la ética aporta al sujeto un sentido de responsabilidad en sus actos.
¿Qué diferencias existen entre las éticas de las convicciones y las éticas de la responsabilidad?
Desde una ética de las convicciones prevalece los principios universales a priori a partir de los cuales una acción puede tildarse de correcta o incorrecta; por ejemplo, robar está mal, porque existe una norma que nos dice que es inmoral coger lo que no es tuyo. Sin embargo, desde una ética de la responsabilidad debemos actuar reflexionando desde las consecuencias de nuestras acciones y no desde principios universales. Por ejemplo, si he de robar en una farmacia un medicamento para salvarle la vida a una persona, aun cuando robar es una acción inmoral, debo decidir qué principio he de seguir en ese caso concreto: no robar o ayudar al prójimo.
¿Qué problemas presentan para K. O.
Apel las formas tradicionales de fundamentación moral?
Para Apel, tanto las éticas teológicas como las éticas deontológicas presentan diversos probemas:
Las fundamentaciones externas, propias de las éticas teleológicas, incurren los siguientes inconvenientes:
La existencia de múltiples principios y normas de acción.
La elección de una norma o un principio que actúe de forma universal resulta imposible.
Las fundamentaciones internas, propias de las posturas éticas deontológicas presentan a su vez los siguientes inconvenientes:
La solución kantiana del imperativo categórico puede conducir al relativismo.
El imperativo categórico no permite el acuerdo entre posturas enfrentadas.
¿Qué soluciones proponen Apel y Habermas desde las éticas del discurso contemporáneas?
Apel, para solucionar este problema, plantea una fundamentación de las normas a través del diálogo y del acuerdo consensuado. Así, propone el uso del denominado principio de complementación, que defiende la fundamentación de las reglas éticas a través del diálogo mediante el acercamiento de posturas radicalmente opuestas o enfrentadas. Los participantes en un discurso práctico (ético) acuerdan unos principios de acción de forma consensuada e incorporan en ellos la obligación solidaria de obedecerlos, así como la responsabilidad para con los problemas analizados en dicho discurso.
¿Cuál es la propuesta de Hans Jonás?
Jonás propone mantener las «viejas» categorías morales para las relaciones cotidianas y cercanas; la justicia, la felicidad o la igualdad siguen siendo las categorías de referencia. Sin embargo, el mundo globalizado y tecnificado en el que vivimos necesita una nueva propuesta ética: situar la responsabilidad ante los demás, incluidas las generaciones futuras, como principio de cualquier acción moral. Así, con la responsabilidad como base, Hans Jonás formula el siguiente imperativo como principio básico de su ética de la responsabilidad:
“Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra.”
Con este imperativo, Jonás se plantea la responsabilidad desde un lugar que trasciende a las actuales generaciones. Para él, las categorías tradicionales como la felicidad o el bienestar son igualmente deseables para las generaciones futuras. Sin embargo, la rápida destrucción a la que estamos sometiendo a nuestra biosfera pone en entredicho la seguridad de aquellos que están por venir.
Son grupos de normas y costumbres que se aceptan como adecuadas o correctas en un lugar determinado. Responden a la cuestión de cómo debo comportarme.
¿Qué es la ética?
Es un juicio crítico sobre la moral, sus normas y las consecuencias derivadas de la acción humana así como del fundamento de las normas morales. Su finalidad principal es determinar, conforme a unos valores, principios y normas generales, si una acción puede recibir o no el calificativo de moral.
¿Qué carácterísticas básicas debe tener una acción para que pueda ser considerada como moral?
Para que una acción pueda ser considerada moral debe ser una acción social, esto es, surgida en nuestra relación con los demás, y además estar orientada por un conjunto de normas. Estas normas deben originarse en una reflexión crítica previa a la acción sobre su alcance y consecuencias. Por otro lado, dichas normas deben poseer además afán de universalidad.
Según los motivos ¿cómo podemos clasificar las éticas y qué defienden?
Según sean los motivos que muevan al ser humano se han desarrollado dos tipos de teorías éticas:
Éticas teleológicas o de fines.
La acción debe producir algún fin (la felicidad, el placer…).
Las normas deben tratar de solventar conflictos entre intereses enfrentados.
Tanto la norma como la acción moral deben tratar de alcanzar la felicidad y la justicia, que son las condiciones fundamentales para conseguir una vida buena.
Éticas deontológicas o del deber. —
No comparten la visión del hombre como buscador de felicidad que poseen las éticas teleológicas.
Lo que define al ser humano y le diferencia del resto de los seres naturales es su autonomía legisladora. Es decir, la capacidad que tiene para darse a sí mismo normas de acción de forma racional.
La acción tiene que apoyarse en el deber, que viene impuesto por la razón.
¿Qué diferencias fundamentales existen entre las éticas teleológicas o de fines y las éticas deontológicas o del deber?
Para las éticas teleológicas, la acción debe estar encaminada hacia algún fin, normalmente la felicidad. Además, estas posturas éticas persiguen la solución pacífica de los posibles conflictos que pudieran derivarse de la vida en común. Así, el sentido último de las normas es conjugar la perseguida felicidad con un principio de justicia que conjugue los intereses de todos los individuos que componen una comunidad.
Un exponente de este tipo de ética es Aristóteles.
Las éticas deontológicas no comparten esta visión encaminada hacia la felicidad que poseen las éticas teleológicas, y defienden que lo que diferencia al ser humano del resto de seres es su autonomía legisladora. Por ello, una acción recibirá el calificativo de moral cuando obedezca al deber autoimpuesto por el sujeto sin la persecución de fines ulteriores.
Un exponente de este tipo de ética es Kant.
Enumera las formas principales de fundamentación moral.
A continuación, vamos a clasificar los principales tipos de fundamentación de las normas morales según dónde se encuentre su origen: en algo externo al sujeto (autoridad, mito, divinidad, etc.), en el propio sujeto (autonomía de la razón) o en el acuerdo entre sujetos (diálogo).
Fundamentación externa. Ya sean las leyes naturales, la fuerza de la tradición o las leyes otorgadas al ser humano por gracia de cualquier divinidad, el origen de las normas reside en algo externo al sujeto. Algo que normalmente se acepta de forma acrítica, sin que sea cuestionado. Dichas normas suelen tener un carácter objetivo. Es el caso concreto de las éticas teleológicas, los mandamientos religiosos o las prohibiciones reguladas por el «tabú» en las sociedades primitivas.
Fundamentación interna. Inspirada en la filosofía de I. Kant, es propia de las éticas deontológicas. Se reconoce al sujeto como un ser libre, dotado de razón y voluntad, que le permite elegir sus acciones de forma responsable. Este tipo de fundamentación es propia de las éticas deontológicas o del deber.
Fundamentación intersubjetiva. Se apoya en el discurso y el uso público de la razón. Las normas se constituyen a través de unas reglas concretas de diálogo y el consenso entre los diferentes sujetos. Su finalidad es lograr una sociedad justa. Ha sido impulsada por las éticas dialógicas.
¿Qué es la libertad negativa?
Entendida como ausencia de limitación para realizar una acción, se produce cuando un individuo no encuentra oposición para llevar a cabo algún acto.
¿Qué es la libertad positiva?
Hace referencia a la capacidad que tiene un sujeto para llevar a cabo una acción y poder elegir entre una acción u otra. Este tipo de libertad se vincula normalmente con el libre albedrío y defiende la absoluta indeterminación del quehacer humano.
¿Qué son las éticas indeterministas? Pon ejemplos.
Corriente que postula que el ser humano no está determinado social, biológica o psicológicamente para actuar. Por este motivo, es absolutamente libre y, por ende, responsable de las acciones que lleve a cabo.
Dentro de las éticas podemos encontrar a filósofos como I.Kant (indeterminismo moderado) y J.P.Sartre (indeterminismo radical).
¿En qué consiste la ética de Kant?
Immanuel Kant es un filósofo alemán (1724-1804) que representa la cumbre del pensamiento moderno. En su ética Kant no se fija en cuál es el fin de la acción humana (para qué hacemos las cosas, qué esperamos conseguir con tal acción), sino qué principios mueven al hombre a actuar. Esos principios configuran nuestra conciencia moral. Así, la conciencia rige nuestro comportamiento a partir de los principios morales que hay en ella y nos indica si nuestras acciones son correctas o incorrectas, buenas o malas. Él distingue entre imperativos hipotéticos e imperativos categóricos.
¿Qué son los imperativos hipotéticos y categóricos?
Kant advierte que, en el momento de iniciar una acción, la razón humana actúa bajo la forma de un imperativo, porque impone una obligación (debes hacer esto; haz eso). Los imperativos pueden ser de dos tipos: hipotéticos y categóricos.
Los imperativos hipotéticos son aquellos que están sujetos a una condición. Responden al esquema: “Si quieres X, entonces debes hacer Y”. Por ejemplo, «Si quiero aprobar los exáMenes, tengo que estudiar». En ellos la acción está subordinada a un fin concreto, en este caso, aprobar los exáMenes.
Los imperativos categóricos no están sujetos a ninguna condición, no hacen referencia a ningún contenido moral concreto y son válidos para toda acción, con independencia de cuál sea esta. Son, por tanto, de carácter universal (por ejemplo, «Debes respetar siempre la dignidad humana»). El esquema de este tipo de imperativos es: “Debes hacer X”.
Según Kant, una acción es moral solo cuando se basa en imperativos categóricos.
¿Según Kant que diferencia es existe entre autonomía y heteronomía morales?
Con el fin de poder encontrar un fundamento al imperativo categórico, Kant distingue entre autonomía y heteronomía de la voluntad. La voluntad es autónoma cuando se da a sí misma su propia ley; y es heterónoma cuando recibe pasivamente la ley de algo o de alguien que no es ella misma (la sociedad, Dios, la tradición, la moda…).
Así, toda ética teleológica o de fines, como las éticas de la felicidad, las éticas de mandamientos, recompensas, castigos… Son siempre heterónomas. Lo que determina a la voluntad son las consecuencias de si cumple o no la norma (no matarás, no robarás…). Sin embargo, lo meritorio no es ajustar la conducta a una norma, sino saber por qué se ajusta a dicha norma.
Únicamente una voluntad autónoma que obedezca el imperativo categórico será buena. En síntesis, una voluntad autónoma implica necesariamente el postulado de una voluntad libre. ¿Cómo podría la voluntad ser autónoma sin ser libre?
¿Quién es J. P. Sartre?
Jean-Paúl Sartre es uno de los máximos representantes del existencialismo, corriente filosófica desarrollada en Europa entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, pero que tuvo su apogeo tras esta última. El existencialismo reivindica como tema fundamental la existencia humana. No una existencia abstracta, basada en categorías universales, sino la existencia concreta. El ser humano aparece, así, como un sujeto sin una naturaleza propia, cuya identidad radica en el hacerse de forma libre e indeterminada, incluyendo en ello a la moral.
La propuesta existencialista de Sartre se podría resumir en esta sentencia suya: «Estamos condenados a ser libres». Los puntos básicos sobre los que esta afirmación descansa son los siguientes:
Ateísmo radical. Negación absoluta de la existencia de Dios.
Responsabilidad. Nuestras acciones afectan a todos los hombres.
Acción. El ser humano solo puede reconocerse en sus actos.
Autenticidad. La única vida auténtica descansa en la elección libre.
¿Qué son las éticas deterministas? Pon ejemplos.
Postura que defiende que todo suceso, incluida la acción humana, está inmerso en una inexorable cadena de causas y efectos que eliminan la libertad.
Dentro de las éticas podemos encontrar a filósofos como Hume (determinismo moderado) y Skinner (determinismo radical).
¿En qué consiste la propuesta de Hume?
Hume es un pensador escocés que a diferencia del Racionalismo, afirma que la moral no puede depender de nuestra razón, sino que surge del sentimiento de agrado o desagrado que nos produce algún hecho. Cuando estamos ante un suceso condenable (por ejemplo, un asesinato), brota en nuestro interior un sentimiento que nos incita a reprobarlo. Cuando nos encontramos ante un hecho deseable (por ejemplo, acudir en ayuda de alguien que la necesita), el sentimiento que produce es de aprobación.
Así pues, la moral no reside ni en la razón ni en los hechos, sino en las emociones que estos últimos producen en nosotros. Por ello, la ética de Hume es denominada “emotivista”.
Hume piensa que el origen de los sentimientos debe buscarse en la propia naturaleza humana, de ahí que su teoría pueda ser entendida en este aspecto como determinista ya que dicho determinismo garantiza que hechos similares (salvo algún trastorno o enfermedad) produzcan en todo individuo emociones similares.
¿En qué consiste la propuesta de Skinner?
El psicólogo norteamericano B. F. Skinner, trató de ejemplificar cómo en una sociedad en la que todos los factores ambientales fueran dirigidos, los individuos podrían ser orientados para que eligieran aquello que se estimase oportuno. Para ello, partíó del supuesto de que el ser humano carece de libertad y que todos nuestros actos están, de una u otra forma, determinados.
Para orientar debidamente la conducta, Skinner introduce como elemento básico los refuerzos. Estos no son más que premios, que el sujeto obtiene al realizar el comportamiento esperado, o bien castigos, cuando se comporta de otra manera. La teoría de los reforzadores parte de la suposición de que toda conducta humana está determinada psicológicamente por la búsqueda del placer y la evitación del dolor. Así, una conducta premiada con algún objeto placentero (refuerzo positivo) tenderá a mantenerse. Asimismo, los actos no deseados, y por ello castigados con algún desagrado (refuerzo negativo), tenderán a extinguirse, y así los comportamientos se irán modificando.
¿Qué defiende la ética de las convicciones?
Defiende la existencia de principios universales de la acción moral (justicia, solidaridad, igualdad…). Para llevar a cabo un comportamiento éticamente correcto bastaría con cumplir las normas aceptadas de acuerdo con esos principios. Sin embargo, el individuo no tiene en cuenta las consecuencias (tanto positivas como negativas) que se puedan derivar de sus acciones a la hora de elegir cómo actuar.
¿Qué defiende la ética de responsabilidad?
La ética de la responsabilidad no defiende a principios universales de la acción moral. Para realizar un comportamiento éticamente correcto se deben valorar las diferentes opciones posibles. Teniendo en cuenta las consecuencias últimas y significativas de cada alternativa, el individuo podrá elegir previendo el alcance de su acción. De esta forma, la ética aporta al sujeto un sentido de responsabilidad en sus actos.
¿Qué diferencias existen entre las éticas de las convicciones y las éticas de la responsabilidad?
Desde una ética de las convicciones prevalece los principios universales a priori a partir de los cuales una acción puede tildarse de correcta o incorrecta; por ejemplo, robar está mal, porque existe una norma que nos dice que es inmoral coger lo que no es tuyo. Sin embargo, desde una ética de la responsabilidad debemos actuar reflexionando desde las consecuencias de nuestras acciones y no desde principios universales. Por ejemplo, si he de robar en una farmacia un medicamento para salvarle la vida a una persona, aun cuando robar es una acción inmoral, debo decidir qué principio he de seguir en ese caso concreto: no robar o ayudar al prójimo.
¿Qué problemas presentan para K. O.
Apel las formas tradicionales de fundamentación moral?
Para Apel, tanto las éticas teológicas como las éticas deontológicas presentan diversos probemas:
Las fundamentaciones externas, propias de las éticas teleológicas, incurren los siguientes inconvenientes:
La existencia de múltiples principios y normas de acción.
La elección de una norma o un principio que actúe de forma universal resulta imposible.
Las fundamentaciones internas, propias de las posturas éticas deontológicas presentan a su vez los siguientes inconvenientes:
La solución kantiana del imperativo categórico puede conducir al relativismo.
El imperativo categórico no permite el acuerdo entre posturas enfrentadas.
¿Qué soluciones proponen Apel y Habermas desde las éticas del discurso contemporáneas?
Apel, para solucionar este problema, plantea una fundamentación de las normas a través del diálogo y del acuerdo consensuado. Así, propone el uso del denominado principio de complementación, que defiende la fundamentación de las reglas éticas a través del diálogo mediante el acercamiento de posturas radicalmente opuestas o enfrentadas. Los participantes en un discurso práctico (ético) acuerdan unos principios de acción de forma consensuada e incorporan en ellos la obligación solidaria de obedecerlos, así como la responsabilidad para con los problemas analizados en dicho discurso.
¿Cuál es la propuesta de Hans Jonás?
Jonás propone mantener las «viejas» categorías morales para las relaciones cotidianas y cercanas; la justicia, la felicidad o la igualdad siguen siendo las categorías de referencia. Sin embargo, el mundo globalizado y tecnificado en el que vivimos necesita una nueva propuesta ética: situar la responsabilidad ante los demás, incluidas las generaciones futuras, como principio de cualquier acción moral. Así, con la responsabilidad como base, Hans Jonás formula el siguiente imperativo como principio básico de su ética de la responsabilidad:
“Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra.”
Con este imperativo, Jonás se plantea la responsabilidad desde un lugar que trasciende a las actuales generaciones. Para él, las categorías tradicionales como la felicidad o el bienestar son igualmente deseables para las generaciones futuras. Sin embargo, la rápida destrucción a la que estamos sometiendo a nuestra biosfera pone en entredicho la seguridad de aquellos que están por venir.