La dimensión natural cultural y social del ser humano

La antropología cultural diferencia entre conductas naturales yaquellas que adquirimos por aprendizaje social. De un modo similar, la biología, distingue entre el genotipo (combinaciones de los genes en los cromosomas), que es innato, y el fenotipo (interacción del genotipo con el medio ambiente), que es adquirido a lo largo de la vida.

Todos los individuos son el resultado de la interacción entre ambos polos: su naturaleza biológica y el medio en el que se desenvuelven.

Naturaleza es lo innato, aquello con lo que se nace por que está gnéticamente programado o se desarrolla en el estado embrionario y fetal.

Cultura, es lo adquirido por aprendizaje social, a partir del momento en que nacemos


Hoy la ciencia acepta que todos los vivos comparten la misma organización bioquímica y el mismo código genético, lo que demuestra que:

Todos los seres vivos tenemos un origen común.
El desarrollo de la vida ha sido continuo. El Homo sapiens tienen su origen en un mamífero primate a partir del cual nuestra especie ha ido evolucionando.

Entendemos por evolución el proceso por el cual los individuos de una misma especie sufren cambios cualitativos que conducen a que, lentamente, las especies cambien desde formas de vida más primitivas hacia otras más organizadas.

Mediante este proceso, los seres vivos experimentan dos mecanismos evolutivos:
adaptación y herencia.

Hasta que el evolucionismo no logró situarse como la teoría más aceptada entre la comunidad científica, la concepción dominante hasta el Siglo XIX fue el fijismo.
Según esta teoría, las especies son:

Fijas


Inmutables desde su origen.
Creadas por Dios (creacionismo): aparecen en un momento único, por obra divina.

Inmutables


Grupos aislados

No derivan unas especies de otras, ni están relacionadas.

El representante más importante de esta teoría fue Linneo.

Desde el punto de vista filosófico:

El fijismo va unido a la corriente metafísica que afirma la inmutabilidad de la esencia de las cosas.

El fijismo conlleva una concepción jerárquica de la realidad, según la cual en la naturaleza cada individuo tiene su lugar propio.

Existe algo fijo en inmutable con respecto a lo que llamamos naturaleza humana.

El ser humano es el protagonista de la creación, por lo que está muy alejado y muy por encima de las carácterísticas propiamente animales.

Teorías evolucionistas

   La primera teoría explícita de la evolución de las especies se debe a Lamarck, que desarrolla la llamada teoría transformista.

    Según esta teoría, la naturaleza forma un todo continuo, en el que las especies no son invariables, sino que se transforman, una a partir de otras, de acuerdo con la tendencia hacia formas más perfectas.

La teoría Lamarck presenta puntos erróneos, como la creencia de que los caracteres desarrollados durante la vida de un individuo se transmiten a la descendencia. No obstante, acertó en el importante papel de la influencia del medio y que las clases, órdenes, géneros y especies no son más que divisiones de nuestra mente sin existencia real, ya que todas las especies están relacionas entre sí.

Origen común de las especies


La gran variedad de las especies conocidas están emparentadas entre sí.

La lucha por la supervivencia


Todas las especies tienden a reproducirse hasta saturar su hábitat. En esta situación, escasean los recursos y alimentos, comenzando una lucha por sobrevivir, en la que perece la mayor parte de los individuos.

Teoría de la selección natural


No todos los individuos están preparados para esta competición, por lo que sólo los individuos más aptos para obtener recursos en un ambiente determinado tienden a sobrevivir y lograr reproducirse. Así, la evolución biológica se explica por un proceso de selección natural, no por una adaptación al medio.

Los más aptos no tienen por qué ser los más inteligentes, ni los más fuertes, ni ser de una cultura superior. El más apto es aquel que presenta mutaciones genéticasa más favorables para adaptarse al cambio concreto que se ha producido en el medio.

Herencia


Los supervivientes transmitirán los cambios genéticos ventajosos a sus descendientes, extendíéndose así al conjunto de la especie.

La selección natural no es un proceso consciente, sino que la naturaleza actúa al azar y de modo ciego.

En conclusión, para Darwin no hay finalismo en la naturaleza, ni hay un orden preestablecido ni dirigido.

            Pero ni Lamarck ni Darwin pudieron explicar cómo se produce la herencia de los nuevos caracteres.

Desde el punto de vista filosófico, la teoría de la evolución una visión de la realidad que se define, fundamentalmente por tres rasgos: Materialista, Dinámica y Progresiva.

Como ya hemos visto, somos un animal más, incluido en el orden de los primates. Dentro de este, pertenecemos a la familia de los homínidos, en la que se incluye el género Homo y, dentro de él, la especie sapiens. Somos el Homo sapiens sapiens.

            En este largo camino debemos distinguir entre dos procesos que se dieron de forma simultánea, complementándose e interactuando entre sí.

Hominización. Proceso de cambios biológicos evolutivos, que han caracterizado a la evolución de los homínidos, conduciendo a la especie humana actual. 

Humanización. Procesos de cambios psicosociales, qque fue dando lugar a los elementos culturales que caracterizan al ser humano y le distingue del resto de especies.

La evolución de una especie, es el resultado de la interacción entre dicha especie y el medio en el que vive


En África oriental, los bosques densos fueron sustituidos por la sabana. Un grupo de primates se vio forzado a abandonar su hábitat natural y pasar a vivir en la sabana. La necesidad de sobrevivir en un nuevo ecosistema favorecíó las mutaciones que dieron lugar a una serie de mecanismos de respuesta. Así se inició el proceso evolutivo.

En este proceso se dieron cambios fundamentales. El paso del bosque a la sabana implicó que aquellos primates pasarán de ser recolectores de frutos a cazadores. Esto conllevó un cambio en la alimentación y, por tanto, en la bioquímica del cuerpo, en el comportamiento social, etc.

Esas transformaciones tuvieron profundas consecuencias en la evolución humana, actuando en los dos grandes ámbitos: el natural y el cultural.

El ser humano pudo sobrevivir en medio ambiente para el que no estaba biológicamente preparado debido a que su organismo experimentó profundas transformaciones. Veamos algunas de estas:

Un cambio fundamental para el inicio del proceso de hominización fue el bipedismo.
Así, la necesidad de supervivencia favorecíó la posición erguida.

Ello condujo a un cambio en la estructura del pie, el dedo gordo se volvíó no oponible, permitiendo el apoyo de toda la planta, lo que permite andar y mantenerse normalmente sobre dos pies.

La postura erguida sitúa el centro de gravedad en la pelvis, que obliga a la modificación de la columna vertebral, que le da formas de S.

Cuando la posición erguida se hizo permanente se produjo otro cambio fundamental: la liberación de las manos.
Ello permitiría, que las manos pudiesen fabricar y manejar útiles y herramientas.

En posición vertical el homínido ya no necesita defenderse o atacar con la boca. Esto lleva a que las grandes mandíbulas se hagan más pequeñas mientras, que el cráneo aumenta de tamaño. Los dientes también disminuyen, favoreciendo el movimiento de la lengua para la posterior aparición del lenguaje.

 En resumen, la posición erguida líberó las manos, factor que facilitó la capacidad de fabricación y utilización de instrumentos y, como ella, la capacidad técnica o práctica del cerebro.
Este proceso corríó paralelo al desarrollo de la capacidad teórica de la mente humana. Ambos procesos se influyeron mutuamente

La inteligencia racional humana:

Procede de una mutación genética.

Se dio en unos individuos que podían aprovechar favorablemente dicha mutación.

            Estos cambios evolutivos que hemos visto fueron posibles gracias a que la especie de primates de la que procedemos no se vio limitada por comportamiento fijo e instintivo, tuvo la capacidad de aprender nuevas técnicas y modos de existencia.

Por ello somos el resultado de la suma de la evolución biológica más la evolución cultural.

La aparición y evolución de la cultura, y permitíó al ser humano adaptarse con gran eficacia al entorno que le rodeaba sin necesidad de transformar su cuerpo.

Las carácterísticas, comportamientos y factores que favorecieron la evolución psíquica y social del ser humano son muy variadas, pueden destacarse:

La caza. El descubrimiento del fuego. El largo aprendizaje. La aparición del comportamiento social. La aparición del lenguaje.

Tipos de especies humanas: Homo habilis, erectus, antecessor, sapiens neanderthalensis y sapiens sapiens.

El ser humano tiene una doble dimensión natural y cultural. Junto con la evolución biológica ha corrido en paralelo la evolución cultural, y ambas están estrechamente relacionadas. En las últimas etapas humanas la evolución cultural ha superado a la biológica, hasta el punto de que las transformaciones culturales podrían acabar provocando cambios en el cuerpo humano.

            Mientras la evolución biológica es muy lenta, los cambios culturales son rapidísimos y se producen por aprendizaje social, pudiendo ser incorporados en una sola generación. El desarrollo cultural es fundamental para el éxito de la evolución de nuestra especie.

La cultura se asimila al conocimiento, al saber. Consiste en todas las actividades, conocimientos, procedimientos, valores e ideas que se producen y transmiten por aprendizaje social.
 

Funciones de la cultura

Sí comparamos ser humano con otras especies no damos cuenta enseguida de sus muchas desventajas biológicas.

Sin embargo, frente al resto de las especies animales disponemos de una ventaja fundamental: la cultura. Esta herramienta que, progresivamente ha sido creada por nuestros antepasados nos ha permitido:

Suplir sus carencias para defenderse en un medio natural, evitando así la extinción de la especie.

Adaptarnos al medio, por extremo que sea, modificándolo.

Lo que aprendemos, lo que adquirimos, es cultura, es decir, conocimientos, pautas de comportamiento y modos de pensar que nos van a ser útiles para vivir dentro de la sociedad que hemos nacido. Esta cultura se compone de contenidos que pueden ser de dos tipos: cultura material e inmaterial.

Mientras que una cultura es conjunto de creencias, valores, actividades y pautas de comportamiento que un grupo de individuos comparte y se transmite entre sí, una sociedad es un sistema de interrelaciones entre individuos.

            Todas las personas que integran una sociedad comparten un mismo vínculo: relaciones sociales que se basan en una cultura común.

El individuo sólo puede desarrollarse, adquirir plena capacidad, si vive en sociedad, sí se relaciona con las demás personas y con los elementos culturales que la sociedad ofrece.

            En la sociedad en la que nacemos influye en nuestro comportamiento, ya que nos ofrece un marco de actuación y de pensamiento. Sin embargo, cuando incorporamos los elementos culturales de dicha sociedad,

los adaptamos a nuestra propia personalidad, a nuestros intereses y necesidades.

Esto es lo que se conoce como socialización, y es el origen de nuestra individualidad y libertad.

            Podemos decir que cada uno de nosotros tiene una doble identidad, social y personal.

El origen de la conciencia de nosotros mismos está vinculado a nuestra relación con los demás en la sociedad y en la cultura en la que crecemos y nos educamos. Por eso la personalidad es una construcción social.

Pero esto no quiere decir que el individuo, una vez formada su personalidad, no posea libertad para rechazar, criticar, elegir o transformar el medio en el que vive.

La capacidad simbólica del ser humano es la cualidad que le ha permitido adaptarse al medio en su proceso de humanización. Esta capacidad ha sido un elemento clave para supervivencia de la especie y para la construcción de la cultura.

            La capacidad simbólica del ser humano le permite:

Ir más allá de lo concreto e inmediato y poder pensar en abstracto.

Compartir experiencias y conocimientos


Los contenidos culturales simbólicos, son una herramienta fundamental para la comunicación humana.

Todas las conductas humanas son simbólicas


A diferencia de los animales, el hombre busca la trascendencia de sus actos y el conocimiento, y lo hace a través de los símbolos.

La capacidad simbólica del ser humano encuentra su más alta expresión en el lenguaje. Gracias a él podemos:

Nombrar y dar significado a todo, no sólo a las cosas materiales que percibimos a través de los sentidos, sino también a lo puramente espiritual.

Crear y reproducir los conocimientos compartidos por los individuos de una misma sociedad, entre sociedades, e incluso, entre personas de diferentes épocas. Esto ha sido fundamental para que pudiera darse una acumulación progresiva de los conocimientos.

El hombre es el único animal que habla. Lo diferencia de la comunicación animal:

La comunicación animal tiene una única articulación.
Está formada por una serie limitada de unidades que tienen un significado fijo y que no pueden combinarse con otras para dar lugar nuevos significados.

El lenguaje humano es doblemente articulado.
Por una parte, está formado por una serie limitada de unidades básicas, los morfemas y los fonemas, se pueden combinar entre sí, dando lugar a un número ilimitado de mensajes.

El lenguaje humano es simbólico.
Un signo es un objeto o hecho físico que hace referencia a algo diferente a él.

En el caso de los animales, estas señales están condicionadas genéticamente, son innatas y, como consecuencia, son comunes a toda la especie. Por el contrario, en el ser humano no existe ninguna relación natural entre el significante y el significado, se produce una relación convencional y arbitraria. Justamente esto es lo que garantiza la riqueza de la comunicación humana, ya que permite:

Elaborar representaciones abstractas y teóricas.

Representar la visión de la realidad que tienen sus hablantes.

Crear nuevas palabras y nuevos significados, según se amplía el campo de la acción humana.

Inventar realidades imaginarias o planificar a proyectos y utopías.

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