En filosofía que es acto y potencia

3. FÍSICA Y METAFÍSICA

3.1. OBJETO DE LA FÍSICA: EL MOVIMIENTO

La física es la parte de la filosofía que estudia el ente móvil. La naturaleza entendida como principio intrínseco de operaciones

– Parménides: Concibe el movimiento como un paso del ser al no-ser (niega el movimiento). Pero la observación nos dice que el movimiento es un hecho originario y evidente, que no puede ponerse en duda, y consiste en dejar de ser lo que se es para llegar a ser otra cosa.

– Pluralistas y Platón: Intentan explicar el movimiento pero no son capaces.

Aristóteles

El movimiento siempre tiene lugar en el seno del ser, nada procede del no-ser ni se convierte en no-ser. Son procesos de generación y corrupción. Nunca hay un salto del ser al no-ser. Sino un cambio apoyado en un sustrato que permanece (pasa a ser otra cosa, es decir, sigue siendo).

3.2. EL HILEMORFISMO

El hilemorfismo es la teoría aristotélica que explica la realidad física por la composición necesaria de dos principios intrínsecos: Materia y forma.
Ejemplo: Madera en forma de árbol, agua en forma de lago, etc. Pero lo que Aristóteles entiende por materia es algo más profundo, ya que, por ejemplo, el agua a su vez es oxígeno e hidrógeno, que son moléculas, que son átomos… Por eso es racionalmente necesaria la existencia por debajo de todas las formas posibles, una materia prima absolutamente indeterminada. Este es el principio básico de cada ser, el último cimiento sobre el que se apoya lo que cada cosa es. No tiene forma, ni puede descomponerse. La forma sustancial aporta las determinaciones esenciales de cada ser. Materia y forma no pueden existir separadamente, se exigen mutuamente.

Para Aristóteles la materia prima es eterna e incorruptible, y no es cognoscible en sí misma sino por la forma. Distingue dos movimientos:

– Sustancial: Supone la generación o corrupción.

– Accidental: Pueden ser de lugar, cualidad (aprendizaje) o de cantidad.

3.3. LA POTENCIA Y EL ACTO

Todos los seres naturales están sometidos a cambios, a movimientos constantes. Aristóteles dice que además de materia y forma, el movimiento requiere potencia y acto pues nada se movería si no tuviera la capacidad real (potencia) de adquirir una nueva forma, un nuevo acto.

Potencia es la capacidad de hacer o recibir algo, y acto es la determinación actual de la potencia. El paso de potencia-acto, es el movimiento, el ser en potencia va convirtiendo en acto su potencia.

La materia es potencia en el sentido de que es capaz de recibir la actualización de la forma: La madera es potencia de árbol. Por consiguiente la forma se comporta como acto. Ambos transcurren en el seno del ser, no suponen un paso del no-ser absoluto al ser, sino del ser en potencia, al ser en acto.

3.4. LAS CUATRO CAUSAS: LA TEOLOGÍA

Para que algo pase de la potencia al acto (movimiento), es necesaria la intervención de una causa exterior: “Todo lo que se mueve es movido por otro”. Al agente del movimiento, al ser que lleva a cabo el paso de la potencia al acto, se le conoce como causa eficiente (escultor).

Toda causa eficiente actúa otorgando una forma a una materia: Miguel Ángel (causa eficiente) confiere la forma del Moisés (causa formal) a un bloque de mármol (causa material). Y lo hace con un fin determinado (causa final). Pues toda causa eficiente obra por un determinado fin.

Dice Aristóteles que la causa final es la primera en el orden de la intención. Sostiene la existencia de direccionalidad en la naturaleza. Por ello se dice que su física es teológica, ya que la causa final es la última explicación de toda la naturaleza.

Las cuatro causas son: Material y formal (intrínsecas) y, eficiente y final (extrínsecas).

3.5. Dios COMO CAUSA PRIMERA

Aristóteles concibe a Dios como principio del movimiento y como ordenador del mundo: Primer motor y acto puro (no como Dios creador).

Si todo lo que se mueve es movido, Aristóteles afirma la existencia de un primer motor inmóvil y eterno.

Naturalmente, aquello que todo lo mueve sin ser movido él es un Acto Puro.

El Acto Puro mueve a todas las cosas como el bien mueve al que lo desea: No como causa eficiente, sino como causa final.

3.6. LA COSMOLOGÍA ARISTOTÉLICA

Aristóteles dividíó la realidad sensible en dos mundos:

– Mundo sublunar: Tiene centro en la tierra, y está integrado por la superposición de las capas concéntricas y esféricas del agua, el aire y el fuego. Predominan la generación y corrupción.

– Mundo celeste: Se caracteriza exclusivamente por el movimiento local y más concretamente el circular. No hay corrupción, generación, alteración, aumento ni disminución.

La diferencia entre ambos es que en el celeste, aparte de los 4 elementos del sublunar, también aparece el éter, y mientras los 4 elementos tienen un movimiento rectilíneo, el del éter es circular.

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