Es la disciplina filosófica cuyo nombre proviene del griego y significa “lo que está más allá de lo físico”, es el conocimiento que no se produce a través de los sentidos; es una forma de saber intelectivo. Aristóteles fue el primero en adjudicarle ese nombre, metafísica:
“filosofía primera” acerca de entes o sucesos que están detrás de las cosas físicas. Este conocimiento es esencial en la vida de todo aquel que aspire a tener una existencia que no se agite en lo meramente material.

POSTURA DE Ortega Y Gasset.

La idea que plantea es que la metafísica no es algo solo de los filósofos, no es una disciplina reservada solo para algunos, aunque puede que no con la dedicación de quienes la estudian, la practicamos todos.

La metafísica no es algo de segundo orden, algo que se hace para quedar bien con los demás, no se puede evitar ya que todas las personas para poder vivir deben tratar de encontrar una motivación o sentido a su vida. Todos necesitan hacer metafísica. Según Ortega y Gasset todos vivimos en un conjunto de circunstancias, “el hombre es el y su circunstancia”, estas te afectan y te moldean, y es así como cada cual interpreta su circunstancia de forma propia, subjetiva. Cada cual hace lo que hace, por que interpreta su vida de manera diferente.

La interpretación metafísica que hace Ortega y Gasset está condicionada en parte por el entorno (conducta, valores, etc.), el hecho de que estemos aquí y no en otra parte hacen que estemos condicionados de cierta manera.

Somos libres en el sentido de que somos libre de elegir tal o cual cosa, vivir es elegir y decidir. Las decisiones son las que nos van moldeando, haciéndonos quienes somos, por eso el autor dice que hacemos metafísica todo el tiempo debido a que siempre estamos decidiendo y cambiando.

La vida humana transcurre entre dos fuerzas opuestas, la natural, inseguridad en la que vivimos por que no venimos programados con repuestas, tenemos que construirnos para vivir de una sola manera. Somos los únicos que podemos elegir satisfacer nuestras necesidades “domesticamos” nuestros impulsos para adaptarnos a la sociedad.

Vivimos decidiendo y optando y eso nos genera una cierta sensación de inseguridad. Cada decisión implica una consecuencia y todo esto nos crea la interpretación de nuestra vida.

El ser humano necesita fabricarse una cierta seguridad, “mundo”, que es el conjunto de hechos, valores con los cuales nos sentimos seguros. Creamos cuestiones, hechos, personas que son seguras, que van a estar ahí, que nos permiten vivir a salvo, nos permiten tener nuestra circunstancia segura.

Una seguridad decimos “ilusoria” porqué el día de mañana puede no estar ahí.

La vida humana es una especie de auto construcción permanente, “hacemos para ser”, cada uno se va haciendo, construyendo a través de sus acciones. Esta construcción depende de las decisiones que tomamos, los riesgos que corremos. Nuestra preocupación más grande es el futuro, no el presente pero el problema con el futuro es que es incierto.

POSTURA DE RUDOLPH CARNAP.

La primera idea del texto de Carnap dice que las proposiciones metafísicas son carentes de sentido.

El análisis lógico del autor lo lleva a ver que en el campo de la metafísica no hay nada, pretenden ser proposiciones pero no llegan a serlo.

El primer argumento de negación de la metafísica propone a través de la sintaxis lógica que las proposiciones metafísicas parecen expresar algo, pero las metafísicas violan las reglas de orden sintaxico y por tanto no expresan nada. Esto está relacionado con la mentalidad científica que poseen los integrantes del círculo de Viena, que los lleva a usar un lenguaje científico determinado. No como el lenguaje común, cotidiano.

El segundo argumento expresa que son pseudo-proposiciones porque no pueden derivar a proposiciones empíricas verdaderas o falsas, no se pueden comprobar y por lo tanto no dicen nada. Como por ejemplo: Dios, el alma, el espíritu, derivan del deseo del hombre y no tienen pruebas comprobables. Lo que existe es lo comprobable desde el punto de vista empírico.

Los problemas metafísicos no son problemas porque son susceptibles a comprobación empírica.

Todo conocimiento más allá de lo físico, sensible, no existe si no se puede comprobar. Según Carnap los metafísicos plantean pseudo-problemas. Si sacamos todas las preposiciones que componen a la metafísica, en realidad no queda nada, un gran vacío. La metafísica no puede existir porque no tiene un objeto de estudio, no existe la metafísica por tanto.

Carnap expresa que el que hace metafísica está constantemente a merced de caer en pseudo proposiciones, que son tatas en la metafísica que cuando las analizamos bien no queda nada en ella. Como la metafísica no puede ser comprobada empíricamente caen en el sin sentido ya que todo lo que está dentro de la ciencia empírica tiene sentido y lo que no carece de relevancia. Para Carnap la metafísica es como la exteriorización de determinados estados de ánimo, expresión de emociones, que no se debe buscar más en ella, porque los enunciados no dicen nada.

Hay dos clases de enunciados para él, los empíricos y los metafísicos. 

No se niega la intuición pero sobre ella debe existir el control de la razón y de la prueba empírica.