Capítulo 3: Más allá de la retórica: la sociedad Vigilante
El capítulo se centra en la minuciosa
Descripción y la reflexión sobre las carácterísticas del
Sistema de organización y, desde un punto de vista
Más amplio, el sistema de pensamiento que rige
Nuestra visión sobre la vida y el gobierno de los
Individuos: la sociedad vigilante.
El principal objeto de estudio de la ciencia Política actual es el estado. Pues bien, el estado como Modelo de organización política nacíó en Europa en el Seno de una sociedad generada a partir del Siglo XIII En los territorios de aparición del arte gótico (buena Parte de Europa Occidental), aunque con unas raíces Que llegan claramente a la tradición filosófica y Mitológica griega, que supone una nueva visión de lo Público y del ciudadano.
En síntesis, sus Carácterísticas principales serían: el entender la vida Como una guerra incesante, la equiparación de Conocimiento y poder, el desprecio al tiempo de Letargia y la centralidad del tiempo de vigilia, la Aceptación del principio de identidad aristotélico, Aplicable al tiempo y a la acción humana y, por último, la necesidad de que la solución a un problema Sea una solución final. La consideración de la vida como una guerra constante supone irremediablemente el desprecio Del tiempo de letargia, entendido como el sueño, Pero también el arte, la música, la infancia, Ancianidad o feminidad, la especulación “improductiva”, como un tiempo en el que el Ciudadano está desprotegido y vulnerable, es decir, No vigilante. Además, la constante vigilancia se asocia A la acumulación de conocimiento como el arma Necesaria para esta lucha constante, con lo que la Ciencia (normalmente basada en la visión1 ) cumple un Papel casi de instrumento bélico. De la disposición Constante a la guerra, el ciudadano vigilante no Espera nada menos que conseguir el absoluto control Sobre su existencia, una pretendida libertad para Decidir y para controlar su identidad, libertad sobre la Que no aceptará injerencias externas ni, mucho Menos, internas. En otras palabras, la fantasía de la Omnipotencia, que define al estado como forma Política en cuanto a la soberanía sobre el territorio, Cautivará al ciudadano de la sociedad vigilante en Cuanto a la soberanía sobre sí mismo. En el fragor de esta batalla continua, es vital Eliminar toda duda, reducir al mínimo la sorpresa, Disponer de pautas y normas que aporten un Equilibrio y una fiabilidad al curso de Acontecimientos. Es por esto que la sociedad vigilante Excluye la contingencia. La necesidad de verdades Absolutas y racionales (que no razonables) llevan al Desplazamiento de la retórica a favor de la dialéctica, Apropiándose ésta del componente de inventio de la Retórica, de la selección de los apropiados asuntos del Discurso. Se rompo con la necesidad de verosimilitud Que implica la retórica y se instaura una sociedad en La que la razón y la discusión, es decir, el conflicto, Permiten alcanzar las verdades que nos rigen. De esto Se deriva una educación de los discípulos basada en la Dialéctica, en el conflicto entre maestro y alumno (mayéÚtica). Además, en el Imperio de la dialéctica, En la que todo tiene sentido como negación de otra Cosa, con la que no puede coexistir, se aprecia otro De los axiomas principales de la sociedad vigilante: el Principio de identidad aristotélico. Lo expuesto anteriormente, llevará a la Sociedad vigilante a negar, de hecho a estremecerse, Ante el descubrimiento capital de la ciencia, desde Freud, y en particular de la ciencia política moderna, Un territorio en el que reina la contingencia, que se Manifiesta durante el tiempo de letargia y en el que No rige el principio de identidad: el mundo interno Del individuo, en el que éste puede ser muchas Personas a la vez, y pueden coexistir una cosa y su Contraria. Un territorio, en definitiva, sobre el que la Pretendida omnipotencia del yo, axioma sobre el que Se fundamenta toda la teoría del gobierno clásica, es Imposible. Así pues, la ciencia política se ha basado en la Convicción de que el ciudadano, el actor básico, Constituía una unidad, regido por un poder ejecutivo, Formado por la memoria y la voluntad, en el que, a Pesar de a haber distintas voces dialogantes, la Llamada conciencia personal, el yo, ejercía un poder Absoluto. Sin embargo, el descubrimiento del mundo Interno expone que tal omnipotencia de la conciencia Es una utopía, que muchas actividades humanas Responden a influencias que quedan fuera del alcance De la conciencia, que por ejemplo obedecen a fobias, A prejuicios, manías o represiones. Entonces, ¿es Posible el gobierno democrático de la ciudad cuando En el self del individuo la sociedad vigilante pugna por Imponer una férrea tiranía de la conciencia? De esta cuestión se sigue, como hace Sheldon Wolin, que sólo será posible la vida democrática y Libre en la ciudad si previamente se democratiza el Self del ciudadano. Uno de los rasgos fundamentales De esta revolución debe ser la recuperación del buen Juicio. Aplicado al mundo interno y de una manera Simplificada, esto pasaría por hacer que los juicios de Las personas sobre los acontecimientos y los demás Individuos cumplan los requisitos de lo que para la Sociedad consideramos un juicio democrático. Que Las distintas voces internas de la persona litiguen en Pie de igualdad, que se lleven a cabo con letargia y no Sólo con vigilancia, esto es, con las partes no Dominadas por la conciencia, y con la aceptación de La contingencia, líberándola de las cadenas que los Juicios dialécticos absolutos de la sociedad vigilante le Imponen. Sin embargo, esta democratización del self de La que hablaba Wolin no es tarea fácil. La negación Del poder absoluto de la conciencia, se equipara en la Sociedad vigilante a incapacidad para gobernarse a sí Mismo y se relaciona con la locura. De manera que el Individuo teme avanzar en esta liberación del self Porque le invade el miedo a la soledad. Este terror y Ansiedad que asaltan ante los intentos de liberación Normalmente contribuyen a reforzar aún más la Vigilancia. Las instituciones y tendencias sociales en Las que el principio de jefatura es más evidente (familia, machismo, religión) son exponentes claros De la fuerza represiva, de la amenaza constante del Ostracismo social. Incluso los maestros de la Democracia en la ciudad están sometidos en su Mundo interno a la tiranía de la conciencia, atados Por el miedo a enloquecer si la rechazan. 1 Tras la relectura del trabajo, me doy cuenta de que La ubicuidad de la sociedad vigilante, con su culto a la Visión, se evidencia hasta en la introducción de este Comentario: “desde un punto de vista más amplio, el Sistema de pensamiento que rige nuestra visión sobre La vida y el gobierno de los individuos: la sociedad Vigilante”
El principal objeto de estudio de la ciencia Política actual es el estado. Pues bien, el estado como Modelo de organización política nacíó en Europa en el Seno de una sociedad generada a partir del Siglo XIII En los territorios de aparición del arte gótico (buena Parte de Europa Occidental), aunque con unas raíces Que llegan claramente a la tradición filosófica y Mitológica griega, que supone una nueva visión de lo Público y del ciudadano.
En síntesis, sus Carácterísticas principales serían: el entender la vida Como una guerra incesante, la equiparación de Conocimiento y poder, el desprecio al tiempo de Letargia y la centralidad del tiempo de vigilia, la Aceptación del principio de identidad aristotélico, Aplicable al tiempo y a la acción humana y, por último, la necesidad de que la solución a un problema Sea una solución final. La consideración de la vida como una guerra constante supone irremediablemente el desprecio Del tiempo de letargia, entendido como el sueño, Pero también el arte, la música, la infancia, Ancianidad o feminidad, la especulación “improductiva”, como un tiempo en el que el Ciudadano está desprotegido y vulnerable, es decir, No vigilante. Además, la constante vigilancia se asocia A la acumulación de conocimiento como el arma Necesaria para esta lucha constante, con lo que la Ciencia (normalmente basada en la visión1 ) cumple un Papel casi de instrumento bélico. De la disposición Constante a la guerra, el ciudadano vigilante no Espera nada menos que conseguir el absoluto control Sobre su existencia, una pretendida libertad para Decidir y para controlar su identidad, libertad sobre la Que no aceptará injerencias externas ni, mucho Menos, internas. En otras palabras, la fantasía de la Omnipotencia, que define al estado como forma Política en cuanto a la soberanía sobre el territorio, Cautivará al ciudadano de la sociedad vigilante en Cuanto a la soberanía sobre sí mismo. En el fragor de esta batalla continua, es vital Eliminar toda duda, reducir al mínimo la sorpresa, Disponer de pautas y normas que aporten un Equilibrio y una fiabilidad al curso de Acontecimientos. Es por esto que la sociedad vigilante Excluye la contingencia. La necesidad de verdades Absolutas y racionales (que no razonables) llevan al Desplazamiento de la retórica a favor de la dialéctica, Apropiándose ésta del componente de inventio de la Retórica, de la selección de los apropiados asuntos del Discurso. Se rompo con la necesidad de verosimilitud Que implica la retórica y se instaura una sociedad en La que la razón y la discusión, es decir, el conflicto, Permiten alcanzar las verdades que nos rigen. De esto Se deriva una educación de los discípulos basada en la Dialéctica, en el conflicto entre maestro y alumno (mayéÚtica). Además, en el Imperio de la dialéctica, En la que todo tiene sentido como negación de otra Cosa, con la que no puede coexistir, se aprecia otro De los axiomas principales de la sociedad vigilante: el Principio de identidad aristotélico. Lo expuesto anteriormente, llevará a la Sociedad vigilante a negar, de hecho a estremecerse, Ante el descubrimiento capital de la ciencia, desde Freud, y en particular de la ciencia política moderna, Un territorio en el que reina la contingencia, que se Manifiesta durante el tiempo de letargia y en el que No rige el principio de identidad: el mundo interno Del individuo, en el que éste puede ser muchas Personas a la vez, y pueden coexistir una cosa y su Contraria. Un territorio, en definitiva, sobre el que la Pretendida omnipotencia del yo, axioma sobre el que Se fundamenta toda la teoría del gobierno clásica, es Imposible. Así pues, la ciencia política se ha basado en la Convicción de que el ciudadano, el actor básico, Constituía una unidad, regido por un poder ejecutivo, Formado por la memoria y la voluntad, en el que, a Pesar de a haber distintas voces dialogantes, la Llamada conciencia personal, el yo, ejercía un poder Absoluto. Sin embargo, el descubrimiento del mundo Interno expone que tal omnipotencia de la conciencia Es una utopía, que muchas actividades humanas Responden a influencias que quedan fuera del alcance De la conciencia, que por ejemplo obedecen a fobias, A prejuicios, manías o represiones. Entonces, ¿es Posible el gobierno democrático de la ciudad cuando En el self del individuo la sociedad vigilante pugna por Imponer una férrea tiranía de la conciencia? De esta cuestión se sigue, como hace Sheldon Wolin, que sólo será posible la vida democrática y Libre en la ciudad si previamente se democratiza el Self del ciudadano. Uno de los rasgos fundamentales De esta revolución debe ser la recuperación del buen Juicio. Aplicado al mundo interno y de una manera Simplificada, esto pasaría por hacer que los juicios de Las personas sobre los acontecimientos y los demás Individuos cumplan los requisitos de lo que para la Sociedad consideramos un juicio democrático. Que Las distintas voces internas de la persona litiguen en Pie de igualdad, que se lleven a cabo con letargia y no Sólo con vigilancia, esto es, con las partes no Dominadas por la conciencia, y con la aceptación de La contingencia, líberándola de las cadenas que los Juicios dialécticos absolutos de la sociedad vigilante le Imponen. Sin embargo, esta democratización del self de La que hablaba Wolin no es tarea fácil. La negación Del poder absoluto de la conciencia, se equipara en la Sociedad vigilante a incapacidad para gobernarse a sí Mismo y se relaciona con la locura. De manera que el Individuo teme avanzar en esta liberación del self Porque le invade el miedo a la soledad. Este terror y Ansiedad que asaltan ante los intentos de liberación Normalmente contribuyen a reforzar aún más la Vigilancia. Las instituciones y tendencias sociales en Las que el principio de jefatura es más evidente (familia, machismo, religión) son exponentes claros De la fuerza represiva, de la amenaza constante del Ostracismo social. Incluso los maestros de la Democracia en la ciudad están sometidos en su Mundo interno a la tiranía de la conciencia, atados Por el miedo a enloquecer si la rechazan. 1 Tras la relectura del trabajo, me doy cuenta de que La ubicuidad de la sociedad vigilante, con su culto a la Visión, se evidencia hasta en la introducción de este Comentario: “desde un punto de vista más amplio, el Sistema de pensamiento que rige nuestra visión sobre La vida y el gobierno de los individuos: la sociedad Vigilante”