la filosofía de Descartes .A finales del Siglo XVI y principios del Siglo XVII tuvieron lugar las guerras de religión (católicos frente protestantes), surgen los estados modernos con monarquías absolutas y ejércitos estables y aparece la tolerancia. El ámbito intelectual entonces sufre una crisis en relación al Realismo aristotélico y se muestra la necesidad de encontrar un método nuevo inspirado en ciencias experimentales, un nuevo punto de apoyo para mover el mundo.Sin embargo, el verdadero punto de inflexión en la filosofía moderna fue el tránsito del objeto al sujeto. La conciencia individual se convierte en el centro de la filosofía y se diferencia entre idea (contenido de nuestra conciencia) y razón (lugar en el que se establecen relaciones lógicas entre ideas). La verdad se transforma en certeza, que surge para dotar a la filosofía de la misma seguridad de la que dispone la ciencia. La metafísica deja paso a la epistemología, desarrollada en dos corrientes: Empirismo (Hume-
Construcción activa del conocimiento)
, dando ambas gran importancia a la conciencia humana como punto de partida de cualquier conocimiento. El problema ahora no es saber qué es algo, sino saber cómo lo percibo yo. Dicho cambio no fue repentino, en el Siglo XIV Ockham ya había criticado los conceptos de “idea” y “esencia” antiguos y había establecido el nominalismo y negando la existencia de los universales.Descartes tenía una amplia formación sobre todo en matemáticas. Era muy humilde y pensaba que la fama coartaría su libertad. Era un adelantado a su tiempo, cosa que se podía apreciar por ejemplo en su opinión sobre la salud. Él decía que era el tesoro más preciado. Descartes recomendaba únicamente dos medicinas: dieta y descanso. Su trayectoria tuvo gran influencia en las matemáticas, la física y las ciencias naturales. Descartes estaba totalmente insatisfecho porque por más que estudiaba, nada era lo suficientemente seguro para él. Por ello, desarrolla un método (método cartesiano) para revisar todo el conocimiento anterior. De esta forma, se propone realizar un método único que garantice alcanzar el conocimiento verdadero (Discurso del Método). Para ello, se basa en las matemáticas, consideradas como modelo riguroso y válido. El discurso del método establece cuatro reglas fundamentales: evidencia, donde las ideas deben ser claras (cuando la idea está separada de las demás y sus percepciones se nos imponen) y distintas (cuando se presentan con claridad sus componentes, tanto forma como contenido); análisis, que consiste en analizar las partes más simples de los problemas complejos; síntesis deductiva, donde se ordenan las consecuencias de más simple a más complejo, y revisiones, que garantizan la validez del procedimiento.Posteriormente, Descartes desarrolla la primera meditación en el proyecto cartesiano que consiste en dudar de todo y sólo aceptar lo que es evidente (aquello que albergue la más mínima duda, no se considerará evidente). Aunque algo que no se considere evidente, no quiere decir que sea falso, sino que no es considerado verdadero. Por ello, utiliza la duda metódica para buscar lo evidente. Primero, Descartes duda de los sentidos, puesto que nos pueden engañar; de las matemáticas y de las relaciones entre los elementos mínimos de la conciencia, introduciendo así la hipótesis del genio maligno; y de los contenidos que se basa en el hecho de poder equivocarse y de la imperfección del “ser causado”. Por tanto, Descartes duda de todo lo que consideraba verdadero y considera que debe suspender el juicio sobre sus percepciones hasta la verdad indudable (epojé).Posteriormente, Descartes encuentra en la Segunda Meditación la verdad que no se puede cuestionar: el cogito. Ésta se centra en que aunque un individuo sea engañado por el genio maligno, no cabe duda de que será éste quien sea engañado. De esta forma, se puede entender el yo como “algo que piensa”. A su vez, se desarrolla el Principio Racionalista el cual dice que es mucho más fácil conocer lo que está en mi entendimiento que lo que está fuera de mía. Descartes descubre que en el “yo que piensa” se distinguen tres tipos de ideas: las adventicias, que son percibidas del exterior; las fácticas, que son construidas a partir de la experiencia por mí (de ambas se pueden dudar puesto que provienen de los sentidos), y las innatas que no se ponen en duda porque están en el cogito. Dentro de estas últimas, se encuentra la de substancia, que es aquella realidad permanente y estable que existe por sí misma, con independencia de cualquier otra cosa y que sirve de base de las diversas cualidades. Hay tres tipos de substancias: pensante (el yo que piensa, aunque no se sabe con certeza si tengo algo más que pensamientos), extensa (propiedad de ocupar un espacio) e infinita (puente entre el pensamiento y la realidad exterior, que llamará Dios).Para Descartes en las ideas innatas, se encuentra la sustancia, que es aquella realidad estable y que permanece y que existe por sí misma, sin depender de ninguna otra cosa y que servirá de base a las demás cualidades. Para Descartes esta idea no proviene de la experiencia, sino que pertenece a la propia razón, y por lo tanto diferenciará en tres tipos de sustancia. Yo que piensa, yo extenso y sustancia infinita (Dios).Primero nos encontramos con la sustancia pensante, es donde comienza el camino del conocimiento, es decir, soy yo el que pienso por lo que soy yo el que tengo pensamientos; sin embargo, la sustancia extensa son los cuerpos exteriores ajenos a mí, el mundo. Y Dios es la sustancia infinita, lo podemos definir como el puente que une el pensamiento y la realidad del exterior. Por lo que con esto llegamos a la demostración de la existencia de Dios, ya que si Dios existe se le considera el ser perfectísimo, que no existe solo en el entendimiento sino que también en la realidad.Descartes parte del argumento ontológico de San Anselmo para reforzar su demonstración: Dios es algo mayor de lo cual nada puede pensarse, por lo que basándose en esto, si es verdad que Dios existe, no existirá por tanto el llamado `Genio Maligno´, eliminará totalmente esta idea, puesto que Descartes concluye que solo un ser perfecto pondrá en nosotros esa idea de perfección, y ese Dios perfecto es el bondadoso y que no deja que nos engañemos con as convicciones de la existencia del mundo.La crisis del conocimiento en la Edad Moderna obligó a buscar nuevas vías. Galileo Galilei expuso la idea de que sólo a la luz del razonamiento la observación adquiere sentido, teoría y experiencia son los pilares fundamentales, incomprensibles el uno sin el otro, la nueva ciencia galileana inspiró a los dos grandes sistemas de pensamiento de la modernidad. Descartes inaugura el primero de ellos, el Racionalismo. Locke y Hume desarrollarán la segunda gran vía: el Empirismo. Inspirados en Aristóteles afirmarán que todo el conocimiento comienza en la experiencia y que el ser humano es una «tabla rasa» fundamentalmente pasiva en la elaboración del conocimiento. Kant realizará la gran síntesis epistemológica. Afirmará por un lado que el conocimiento empieza en la experiencia (noúmeno) pero que esta experiencia es elaborada activamente por el ser humano (formas a priori). El conocimiento verdadero requiere de las dos cosas.
Experiencia
Y Racionalismo (Descartes–Construcción activa del conocimiento)
, dando ambas gran importancia a la conciencia humana como punto de partida de cualquier conocimiento. El problema ahora no es saber qué es algo, sino saber cómo lo percibo yo. Dicho cambio no fue repentino, en el Siglo XIV Ockham ya había criticado los conceptos de “idea” y “esencia” antiguos y había establecido el nominalismo y negando la existencia de los universales.Descartes tenía una amplia formación sobre todo en matemáticas. Era muy humilde y pensaba que la fama coartaría su libertad. Era un adelantado a su tiempo, cosa que se podía apreciar por ejemplo en su opinión sobre la salud. Él decía que era el tesoro más preciado. Descartes recomendaba únicamente dos medicinas: dieta y descanso. Su trayectoria tuvo gran influencia en las matemáticas, la física y las ciencias naturales. Descartes estaba totalmente insatisfecho porque por más que estudiaba, nada era lo suficientemente seguro para él. Por ello, desarrolla un método (método cartesiano) para revisar todo el conocimiento anterior. De esta forma, se propone realizar un método único que garantice alcanzar el conocimiento verdadero (Discurso del Método). Para ello, se basa en las matemáticas, consideradas como modelo riguroso y válido. El discurso del método establece cuatro reglas fundamentales: evidencia, donde las ideas deben ser claras (cuando la idea está separada de las demás y sus percepciones se nos imponen) y distintas (cuando se presentan con claridad sus componentes, tanto forma como contenido); análisis, que consiste en analizar las partes más simples de los problemas complejos; síntesis deductiva, donde se ordenan las consecuencias de más simple a más complejo, y revisiones, que garantizan la validez del procedimiento.Posteriormente, Descartes desarrolla la primera meditación en el proyecto cartesiano que consiste en dudar de todo y sólo aceptar lo que es evidente (aquello que albergue la más mínima duda, no se considerará evidente). Aunque algo que no se considere evidente, no quiere decir que sea falso, sino que no es considerado verdadero. Por ello, utiliza la duda metódica para buscar lo evidente. Primero, Descartes duda de los sentidos, puesto que nos pueden engañar; de las matemáticas y de las relaciones entre los elementos mínimos de la conciencia, introduciendo así la hipótesis del genio maligno; y de los contenidos que se basa en el hecho de poder equivocarse y de la imperfección del “ser causado”. Por tanto, Descartes duda de todo lo que consideraba verdadero y considera que debe suspender el juicio sobre sus percepciones hasta la verdad indudable (epojé).Posteriormente, Descartes encuentra en la Segunda Meditación la verdad que no se puede cuestionar: el cogito. Ésta se centra en que aunque un individuo sea engañado por el genio maligno, no cabe duda de que será éste quien sea engañado. De esta forma, se puede entender el yo como “algo que piensa”. A su vez, se desarrolla el Principio Racionalista el cual dice que es mucho más fácil conocer lo que está en mi entendimiento que lo que está fuera de mía. Descartes descubre que en el “yo que piensa” se distinguen tres tipos de ideas: las adventicias, que son percibidas del exterior; las fácticas, que son construidas a partir de la experiencia por mí (de ambas se pueden dudar puesto que provienen de los sentidos), y las innatas que no se ponen en duda porque están en el cogito. Dentro de estas últimas, se encuentra la de substancia, que es aquella realidad permanente y estable que existe por sí misma, con independencia de cualquier otra cosa y que sirve de base de las diversas cualidades. Hay tres tipos de substancias: pensante (el yo que piensa, aunque no se sabe con certeza si tengo algo más que pensamientos), extensa (propiedad de ocupar un espacio) e infinita (puente entre el pensamiento y la realidad exterior, que llamará Dios).Para Descartes en las ideas innatas, se encuentra la sustancia, que es aquella realidad estable y que permanece y que existe por sí misma, sin depender de ninguna otra cosa y que servirá de base a las demás cualidades. Para Descartes esta idea no proviene de la experiencia, sino que pertenece a la propia razón, y por lo tanto diferenciará en tres tipos de sustancia. Yo que piensa, yo extenso y sustancia infinita (Dios).Primero nos encontramos con la sustancia pensante, es donde comienza el camino del conocimiento, es decir, soy yo el que pienso por lo que soy yo el que tengo pensamientos; sin embargo, la sustancia extensa son los cuerpos exteriores ajenos a mí, el mundo. Y Dios es la sustancia infinita, lo podemos definir como el puente que une el pensamiento y la realidad del exterior. Por lo que con esto llegamos a la demostración de la existencia de Dios, ya que si Dios existe se le considera el ser perfectísimo, que no existe solo en el entendimiento sino que también en la realidad.Descartes parte del argumento ontológico de San Anselmo para reforzar su demonstración: Dios es algo mayor de lo cual nada puede pensarse, por lo que basándose en esto, si es verdad que Dios existe, no existirá por tanto el llamado `Genio Maligno´, eliminará totalmente esta idea, puesto que Descartes concluye que solo un ser perfecto pondrá en nosotros esa idea de perfección, y ese Dios perfecto es el bondadoso y que no deja que nos engañemos con as convicciones de la existencia del mundo.La crisis del conocimiento en la Edad Moderna obligó a buscar nuevas vías. Galileo Galilei expuso la idea de que sólo a la luz del razonamiento la observación adquiere sentido, teoría y experiencia son los pilares fundamentales, incomprensibles el uno sin el otro, la nueva ciencia galileana inspiró a los dos grandes sistemas de pensamiento de la modernidad. Descartes inaugura el primero de ellos, el Racionalismo. Locke y Hume desarrollarán la segunda gran vía: el Empirismo. Inspirados en Aristóteles afirmarán que todo el conocimiento comienza en la experiencia y que el ser humano es una «tabla rasa» fundamentalmente pasiva en la elaboración del conocimiento. Kant realizará la gran síntesis epistemológica. Afirmará por un lado que el conocimiento empieza en la experiencia (noúmeno) pero que esta experiencia es elaborada activamente por el ser humano (formas a priori). El conocimiento verdadero requiere de las dos cosas.