Causas del surgimiento de la filosofía

Mitología griega surge de la tradición oral, fue compendiada durante el siglo VIII a. C. La puesta por escrito de estas historias tiene en Homero a su principal exponente, a través de sus obras La Ilíada y La Odisea. Ambas epopeyas narran hechos fantásticos de héroes, humanos, semidioses y dioses, que reflejaban cómo el mundo y la vida estaban configurados por arquetipos del mundo divino. En las epopeyas de Homero se puede ver cómo se relacionaban los dioses y los seres humanos. Esta relación era de dependencia, pues los dioses dispónían del destino y suerte de los humanos, como también explicaban el origen de los fenómenos naturales (lluvia, relámpago, fuego, etc.), de los sentimientos y cualidades humanas (sabiduría, ira, habilidad técnica), etc. Así, los mitos expresados en los poemas obedecían también a una necesidad de comprensión de la realidad

EL ORIGEN DE LA RACIONALIDAD 1.1. La mitología


Desde que con la hominización los humanos desarrollaron la conciencia de sí mismos y la capacidad de preguntarse por el origen de cuanto le rodea, muchos han sido los tipos de respuestas que ha dado a sus interrogantes. Los mitos son el primero de ellos. Varios siglos antes de la Era Cristiana, los mitos constituyeron las primeras grandes producciones escritas que recogían milenarias tradiciones sobre el origen del mundo, del hombre y de las civilizaciones. Mesopotámicos, hebreos y griegos, además de otros pueblos orientales, explicaban a través de sus religiones cómo los dioses crearon o pusieron orden en el universo. Por tanto, preguntas sobre el sentido de la existencia humana (destino y libertad) o de la moral (la fortuna, la justicia), eran contestadas en las epopeyas de Homero

Homero En los siglos IX y VIII a. C., la poesía griega fue la expresión mítica por excelencia en el mundo griego. El principal poema épico es la Ilíada, en el que se reflejan la fatalidad del destino de los hombres y mujeres y la superioridad de los dioses, quienes se relacionan al modo humano y sienten ira, amor, envidia, compasión, etc. La mitología griega, en cierto modo, explica que la vida humana es una reproducción del mundo divino; .El mito es un relato fantástico que intenta explicar la realidad humana y el mundo

DEL MITO AL LOGOS


Pero a partir del siglo VII a. C., algunos sabios, los más célebres de ellos Tales, Anaximandro y AnaxíMenes, empezaron a abandonar las respuestas mitológicas en las cuales se basaba la religión. En cambio, empezaron a buscar explicaciones en el discurso racional (logos, en griego), y a prescindir de la mitología. Este paso del mito al logos se puede ubicar geográficamente en Jonia, Asía Menor, entre otras razones porque, en ese lugar, había las siguientes condiciones: • Libertad religiosa:
Como el politeísmo griego no era dogmático, había libertad de pensamiento. • Ambiente cosmopolita:
Jonia era una especie de encrucijada cultural en la que se encontraban las más diversas ideas antiguas, tanto de Oriente como de Occidente. Fue un lugar caracterizado por la apertura mental. • Confección de los primeros mapas:
Los cartógrafos se dieron cuenta de que los sitios descritos en las epopeyas no siempre se correspondían con la realidad. • Elaboración de leyes:
Los reyes veían cada vez más insuficientes los mitos para regular la vida pública y privada. • Ocio:
El hecho de que las sociedades antiguas, en especial la griega, fuesen esclavistas, permitíó a ciertas clases adineradas dedicarse al estudio y a la elaboración de ideas.

¿Qué origina la filosofía?


Si por una parte la filosofía como proceso cultural comenzó en la antigua Grecia, por otra la filosofía, como necesidad intelectual, tiene su origen en tres factores clasificados por Karl Jaspers (1883 – 1969): • Asombro: Tanto para Platón como para Aristóteles no hay filosofar sin asombro. El primero pone en boca de Sócrates que «la admiración es lo propio del filósofo y la filosofía comienza con la admiración» (Teeteto, 155), mientras el segundo escribíó que «la admiración impulsó a los primeros pensadores a especulaciones filosóficas» (Metafísica, A, 2). Admiración se ha de entender en este caso como una actitud de asombro y extrañeza ante la existencia.


Duda: Del asombro necesariamente surge la duda, ya que queremos conocer, y conocer bien. De modo que el asombro no lleva sino a despertar un deseo por conocer, pero no un conocer superficial sino radical, basado en el cuestionamiento dirigido a encontrar todas las respuestas posibles y más profundas. Si un filósofo puede enseñar a dudar es René Descartes (1596 – 1650), quien planteó la duda como método filosófico: si se puede dudar, se puede pensar y si se pude pensar es porque se existe. Quien no duda, no se ve impulsado a buscar las respuestas necesarias, sea para confirmar sus creencias o para descubrir la falsedad de las mismas. La más radical de todas las preguntas filosóficas es ¿por qué?, en especial cuando se refiere al sentido de la vida.

Situaciones límite: Son aquellas situaciones permanentes en la vida que no varían y que definen nuestra existencia. La angustia ante la muerte, el sufrimiento, la enfermedad, la lucha por la libertad, la injusticia, el odio, son todas situaciones ineludibles que generan reflexión filosó- fica y que, además, repercuten en los actos humanos. De modo que, contrario a la opinión común, la filosofía es una reflexión sobre la vida y para la vida, una teorización sobre los principios de cuanto anhelamos conocer y que, para nada, es ajeno a nuestra existencia concreta y cotidiana.

Definiciones de filosofía


Atendiendo a su etimología, la filosofía (del griego philo: amor; y sophia: sabiduría) es el ‘amor a la sabiduría´. El filósofo, pues, es el ‘amante de la sabiduría’. Esta definición se refiere, en primer lugar, a una actitud. Todos los humanos pueden ser filósofos, porque desean saber, conocer, pero no todos llegan a serlo, porque no todos se dedican a buscar la verdad de las cosas, más allá de lo aparente. Por otra parte, la sabiduría consiste en encontrar la verdad, pero ¿existe esta o es igual para todos? Como no es posible dar una sola respuesta a estas cuestiones, la filosofía, además de ser una actitud, es también un modo de vida. Es filósofo quien se consagra a la búsqueda de la verdad, indistintamente de que la halle. Debido a la amplitud de conceptos como sabiduría y verdad, inseparables de la filosofía, establecer un concepto universal sobre esta es imposible. No obstante, a lo largo de la historia, los mismos filósofos, basados en su propio quehacer, se han encargado de elaborar sus definiciones, la mayoría de las cuales comparten elementos. Algunas de ellas son:
Definición de Aristóteles «La filosofía es la ciencia de las primeras causas y los primeros principios».
Definición de Séneca «La filosofía es la ley del bien y del honesto vivir, y el que ha dicho que es la regla de la vida, le ha restituido su verdadero nombre».
Definición de Jacques Maritain «La filosofía es el conocimiento científico que, mediante la luz natural de la razón, considera las primeras causas o las razones más elevadas de las cosas».
Definición de Hegel «La filosofía es la ciencia de lo absoluto»


La filosofía como ciencia Si analizamos las anteriores definiciones y las hechas por muchos otros pensadores, podemos definir a la filosofía como un afán de saber, una búsqueda de las causas de la realidad mediante la razón, una actividad que tiende a comprender la totalidad de experiencias humanas. Nos encontramos, pues, con el hecho de que la filosofía es, de acuerdo a la definición de Aristóteles, ciencia de las primeras causas, ya que busca un conocimiento racional de causas de todo. Pero la filosofía no es una ciencia entre varias, sino que es ciencia en el modo más perfecto, pues busca las causas de la realidad, mientras que las ciencias particulares (biología, química, etc.) buscan causas próximas de objetos parciales de la realidad, como los elementos, las plantas, los animales, etc. Por otra parte, históricamente hablando, lo que hoy conocemos como ciencias, fueron disciplinas que en la Antigüedad formaron parte de la filosofía, de la sabiduría total.



Filosofía antigua


Contexto geográfico de la filosofía antigua. Para mejor comprender el desarrollo de las ideas filosóficas y la relación entre ellas, las clasificamos en períodos históricos y escuelas. La clasificación más generalizada coincide con los períodos de la historia de Occidente, los que, a su vez, se subdividen. Por eso se habla de filosofía antigua, medieval, moderna y contemporánea. La filosofía antigua es la que se desarrolló durante la Edad Antigua (siglo VI a. C. – siglo V d. C.). Así como la historia de Occidente tiene un antes y un después de Jesucristo, en la filosofía es central la figura de Sócrates, ya que es este quien inicia la reflexión antropológica, distinta a la reflexión cosmológica de los presocráticos, como Tales y Anaximandro. Antes de Sócrates, los filósofos ocuparon sus reflexiones en la búsqueda del arjé (‘origen’ o ‘principio’, en griego). Existen dos posibles interpretaciones sobre lo que para la filosofía significa el origen o principio: • Realidad fundamental, aquello de lo cual derivan todas las cosas (principio del ser). • El principio no es una realidad sino una forma de expresar el origen de algo, una razón (principio del conocer).

Escuela jónica o milesia


A partir del siglo VI a. C., el pensamiento humano comenzó a buscar una explicación racional del mundo, que superase todos los mitos e imágenes poéticas que se tenían sobre la realidad. Es entonces cuando se da el paso del mito al logos y se desarrolo el pensamiento filosófico, Los primeros filósofos son llamados jónicos o milesios, porque procedían o eran influidos por el pensamiento de la regíón griega de Jonia (actual Turquía), en especial de la ciudad de Mileto. Los jónicos opinaban que la constitución del mundo se debía a un elemento primordial que se encontraba en lo más íntimo de todas las cosas que existen: • Tales de Mileto:
Consideraba que el agua era el elemento primordial. • AnaxíMenes de Mileto:
Identificó en el aire el principio de todo cuanto existe. • Discípulo de Tales y maestro de AnaxíMenes, Anaximandro de Mileto no identificó el arjé, en un elemento físico concreto sino en una sustancia material indeterminada (ápeiron)

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