San Agustín
1.Vida y obras:
Nacíó en Tagase, Numidia (actual Argelia), en el año 354.En el 373 leyó una obra de Cicerón que le hizo interesarse por la filosofía. En el 383 se fue a Roma para enseñar retórica; por esa época vuelve a interesarse por Cicerón y el escepticismo. En el 386 se convirtió al cristianismo. Ordenado sacerdote en Hipona murió siendo obispo de esa ciudad en el año 430.
Escribíó obras orientadas a combatir las herejías:
-Sobre la vida feliz (386)
-Sobre la inmortalidad del alma (387)
-Sobre la doctrina cristiana (397)
-Las confesiones (400)
-La ciudad de Dios (412-426)
2.Fe y razón:
San Agustín no establece una frontera entre la Razón y la Fe, para el tienen la misma misión conjunta de esclarecimiento de la verdad, la verdad cristiana. Tal actitud no es arbitraria, sino que se funda en varias consideraciones:
1.La verdad es única, no hay distinción entre verdad natural y otra sobrenatural, solo una verdad que hay que esclarecer.
2.El cristianismo se enfrenta a los polemistas anticristianos sin diferenciar entre los supuestos filosóficos y los procedentes del dogma.
Para San Agustín la filosofía no puede ser mas que cristiana, por cuanto filosofar es aspirar a la sabiduría, y esta no es sino la verdad revelada por Dios. El punto de partida de de la filosofía es la Fe y las escrituras. “creer para entender”
Pero no renuncia a toda la cultura antigua, esta sirve con la verdad cristiana o puede ayudar a una mejor inteligencia de Escrituras. “creer para el entender” le sigue el “entender para creer”.
3.Teoría del conocimiento:
Se basa en la teoría platónica y en su concepción del alma.
Las ideas son el objeto del conocimiento, inmutables y necesarias. Tales ideas son las esencias permanentes de las cosas, y pueden ser de orden lógico y metafísico (verdad, falsedad, semejanza, unidad), de orden matemático (números y figuras) o de orden estético (bondad, belleza, etc.). San Agustín sitúale fundamento y lugar de estas ideas en la mente divina, realidad inmutable y verdad absoluta.
Cuando el alma es afectada por los estímulos de los objetos externos, conoce el mundo exterior y una realidad inferior a ella misma, alcanza un conocimiento poco fiable y sujeto a error. Pero en si misma encuentra verdades e ideas inmutables y que no pueden proceder de ella misma. Pero cuando la parte superior del alma (espíritu) esta en contacto con la mente divina puede llegar a conocerlas, esta parte es iluminada por la divinidad; la verdad.
El conocimiento como iluminación
El punto de partida para la búsqueda de la verdad se halla en al intimidad de la conciencia, es desde el interior del hombre cuando este constata que en su naturaleza mudable encuentra verdades inmutables que pueden salir de el mismo, hacia la sabiduría que se encuentra en Dios. Dios proyecta las ideas que están en su mente, sobre el alma.
El hombre tiene la verdad impresa en su alma, en su conciencia, y solo tiene que descubrirla. Solo es posible alcanzar la verdad con la ayuda de la iluminación de Dios.
Agustín no puede aceptar la doctrina platónica de la reminiscencia por comportar la preexistencia del alma y la reencarnación
El conocimiento de las verdades inmutables se da mediante la iluminación divina; es una muestra de la presencia de Dios en el hombre. La tarea del hombre es liberarse de lo sensible donde reside el mal.
Este se identifica con error y pecado.
4.El Dios creador:
En San Agustín no existe una demostración de la existencia de Dios propiamente dicha; Agustín no establece claros limites entre razón y fe. Un intento de demostración es la impresión de las Ideas en nuestra alma solo puede ser debida a Dios mismo; lo que se conoce como vía de la interiorización.
Agustín dedica escritos a desentrañar que es Dios, cual es su esencia. Caracteriza a Dios valíéndose de la concepción neoplatónica de lo Uno. Así Dios seria transcendente al mundo, indeterminable, incomprensible, etc. Pero, no obstante establece claras distancias con el neoplatonismo.
Frente al neoplatonismo, sostiene que Dios crea el mundo y no lo emana (Plotino dice que los seres proceden de Dios, vía emanación). La creación es a partir de la nada, tomando ideas como modelos o razones seminales de las cosas.
Dios no crea a las Ideas sino al mundo sensible, no es concebido como pura negación. Lo sensible creado por Dios, tiene naturaleza positiva, un ser, pero existe un abismo entre el ser del mundo sensible y Dios.
Dios es tres personas en una sola sustancia.
5.Antropología:
El ser humano es un compuesto de cuerpo (materia)
y alma (forma). La realidad más importante es el alma, concibiendo el cuerpo como un mero instrumento del alma. El alma es una sustancia espiritual (Platón en el Fedón), simple e indivisible. El hombre, por tanto, no es ni su cuerpo ni el conjunto del cuerpo y alma, sino solamente su alma, “el hombre es un alma racional que se sirve de un cuerpo moral y terrestre”.
Naturaleza del alma:
San Agustín asume todas las funciones cognoscitivas y distingue 2 aspectos:
La Razón inferior, que tiene como objeto la ciencia, el conocimiento de las realidades mudables y sensibles.
La Razón superior, que tiene como objeto la sabiduría, el conocimiento de lo inteligible, de las ideas, con el fin de que sea posible levarse hasta Dios.
Además de las funciones propias de la inteligencia le corresponden también las de la memoria y la voluntad, esta ultima protagonista al ser considerada una función al entendimiento. El alma es inmortal, pero a diferencia de lo que ocurriría en el platonismo no es eterna. Los argumentos para defender la inmortalidad vienen del platonismo: siendo el alma de naturaleza simple no puede descomponerse, ya que no tiene partes; por lo que ha de ser indestructible, inmortal. San Agustín oscila entre dos posiciones:
El creacionismo y el generacionismo o traducianismo
Según la 1ª Dios creara el alma con ocasión de cada nuevo nacimiento de un ser humano plantearía problemas a la hora de explicar el pecado original. Según la 2ª el alma se transmitirá de padres a hijos al ser generada por los padres, igual que estos generan el cuerpo.
6.Ética:
La libertad
La novedad del cristianismo pone en primer plano la libertad individual como posibilidad de elección entre el bien y el mal. El hombre es libre de aceptar o no el cristianismo, la felicidad es identificable con Dios, el hombre carece de una visión adecuada de él, puede dirigirse a bienes mudables en vez de tender al bien inmutable. Apartarse de la propia felicidad es el resultado de su propia decisión libre.
Agustín diferencia el libre albedrío de la verdadera libertad. El libre albedrío es la posibilidad de elegir voluntariamente el bien o el mal. Por ello, solo la libertad, entendida como una gracia divina que nos empuja a hacer exclusivamente el bien, puede redimirlo de su condición y hacerlo merecedor y capaz de buenas obras. La Fe misma es también producto de la gracia divina y no depende del libre albedrío.
La experiencia cristiana de la libertad se ve amenazada por la corrupción de la naturaleza que lo inclina hacia el mal como por la fuerza de la gracia que lo empuja hacia el bien. El pecado original donde la humanidad ha pecado hace que el hombre por sí mismo no es casi libre de hacer el bien, solo puede acceder a el por medio de la gracia divina.
El pelagianismo, quien minimiza la inclinación del hombre hacia el mal y niega la necesidad de la gracia para hacer el bien.
El problema del mal
Tener una explicación del mal fue lo que llevo a San Agustín a adherirse al maniqueísmo, doctrina según la cual existen 2 principios, del Mal uno, del Bien el otro. Posteriormente abandono esta explicación para seguir la de Plotino; el mal no es algo positivo, una carencia de bien, no puede ser atribuido a Dios, ni a una causa o principio del Mal.
Pero San Agustín no responsabiliza a Dios del mal que hay en el mundo, el mal no es ser, no es creación, sino defecto o ausencia de ser y de bien
. El mal físico depende de la mutabilidad y carencia de ser que hay en las cosas creadas, siendo inherente a toda “criatura”.
El mal moral, depende del uso que hagan los hombres de su libre albedrío.
7.Política:
En cuanto a la sociedad y la política, San Agustín expone sus reflexiones en su obra, “La ciudad de Dios”.
Las 2 ciudades
La perspectiva agustiniana sobre la historia es primordialmente moral; el hombre es libre de elegir entre el bien y el mal.
Hay 2 categorías de hombres: “Los que se aman a sí mismos hasta el desprecio de Dios” y “los que aman a Dios hasta el desprecio de sí mismos”.
Al ser los criterios de carácter moral, ambas ciudades se hallan mezcladas en cualquier sociedad a lo largo de la historia. San Agustín insiste en la posibilidad de que el estado realice autentica justicia, a menos que su actuación esté marcada por los principios morales del cristianismo; esto da lugar a 2 interpretaciones:
La iglesia ha de conformar moralmente al estado; iglesia-estado durante la Edad Media.
Como una minimización del papel del estado, este había llevado a muchos cristianos a la convicción de que el estado era un instrumento esencial de los planes divinos de la historia. Esta convicción es la que trata de destruir San Agustín reduciendo el papel del estado al mero organizador de la conveniencia, de la paz y del bienestar temporal.
7.San Anselmo y el argumento ontológico:
El más importante de los pensadores a la corriente agustiniana hasta el Siglo XIII es San Anselmo de Canterbury (S.XI). Ha pasado a la historia por haber sido el 1º en formular una prueba de la existencia de Dios a partir de la idea misma de Dios. Se trata de la argumentación denominada argumento ontológico.
Parte de que todos los hombres tienen una idea o noción de Dios, entienden por Dios un ser tal que es imposible pensar otro mayor que él.