5.1. Grados del conocer y división de las ciencias
La epistemología platónica está directamente relacionada con la metafísica. Ahora que ya sabemos cuál es la verdadera realidad (el mundo de las Ideas) tendremos que cuestionarnos cómo nos es posible acceder a esta. El dualismo ontológico exige para Platón un dualismo epistemológico, hay dos tipos de realidad y por lo tanto, hay dos formas de conocer, el conocimiento sensible o doxa y el conocimiento inteligible o episteme. Además del mito de la caverna, el dualismo epistemológico aparece especialmente reflejado en la República, en el libro VI, en el símil de la línea. Se trata de un dualismo en el que distingue los siguientes grados del conocimiento y ciencias correspondientes:
1.-Opinión (doxa)
Es el conocimiento sensible apoyado en los sentidos -el cuerpo- cuyo objeto son las cosas materiales.
Ésta a su vez se subdivide en otros dos tipos de conocimiento: la imaginación (eikasía)
y la creencia (pistis).
La imaginación es el conocimiento de las apariencias de los seres materiales como imágenes, sombras y reflejos; es el conocimiento más imperfecto. Por encima de este (pero aún dentro de la opinión) estaría la creencia que sería el conocimiento de objetos materiales (naturales, artificiales). El conocimiento se dirige al mundo heraclitiano del devenir -cosas cambiantes-, donde sólo caben las opiniones, es el propio de los sofistas. Como saberes específicos destacamos las artes( medicina, física, mecánica, artes manuales, productivas, estrategia militar….) Sin embargo, como sabemos, Platón afirma la existencia de otra clase de realidad y por tanto de un tipo de conocimiento superior.2.-Ciencia (episteme)
Es el conocimiento inteligible apoyado en el alma -la razón-, cuyo objeto son las Ideas, el ser perfecto, eterno e inmutable. La ciencia también se divide en otras dos formas de conocimiento: la inteligencia discursiva (dianoia)
y el pensamiento (noesis).
La inteligencia discursiva es el pensamiento propio de las matemáticas. Se trata, efectivamente de un conocimiento superior a la opinión (es más abstracto), pero requiere aún de una apoyatura sensible, sea una figura geométrica o las líneas de una demostración. La inteligencia discursiva es la que discurre de una premisa a otra, la que razona con figuras. La matemática (y todo el razonamiento lógico) necesitan apoyarse en presupuestos previos, por eso aplican un conocimiento discursivo descendente (de los presupuestos a lo deducido). Todo este esquema deja ver la valoración platónica del conocimiento abstracto. Por ello no es de extrañar que a la puerta de la Academia hubiera un letrero en el que ponía: Que nadie entre sin saber geometría Sin embargo, el pensamiento (como resultado último de la dialéctica) prescinde de cualquier apoyatura sensible, de cualquier referencia a algo material. Como saberes de este tipo de conocimiento destacan la Matemática (Geometría, Aritmética, Astronomía) y la Dialéctica, saber supremo
5.2. Acceso al mundo de las Ideas: La Dialéctica, la reminiscencia y el amor
Si el mundo de las ideas en cierra la verdad y la perfección de los seres ¿ cómo podemos llegar a él? Para acceder al mundo de las ideas Platón propone la dialéctica, la reminiscencia y el amor.
La palabra Dialéctica tiene en Platón dos sentidos:
1.- Entendida como método:
Consiste en el juego de preguntas y respuestas de estilo socrático, bien para investigar la verdad, bien para aclarar y precisar ideas, o bien para recordar las ideas que el alma ha contemplado. Sin embargo, se separa de Sócrates al defender que la Dialéctica no sólo tiene valor lógico, nos lleva a la verdad de las cosas sino que además tiene valor ontológico, nos introduce en el mundo de los seres perfectos, realidades supremas, el mundo e las ideas.
2.- Entendida como ciencia (como saber): sería el más alto grado de conocimiento y consistiría en la contemplación intelectual de las Ideas. Aquel que logre conocer de un modo dialéctico es capaz de mirar con su razón, con su inteligencia, directamente a las Ideas, y por ello, será el considerado sabio. El dialéctico no recurre de ningún modo a imágenes o cualquier otro material sensible. Además, la dialéctica incluye un primer momento de síntesis o ascensión ( 1º del mundo sensible al mundo de las ideas y 2º, una vez en el mundo de las ideas hasta idea suprema-idea del Bien-) y un segundo momento que es el descenso o análisis desde la Idea Suprema al resto de Ideas, logrando así una visión conjunta de las todas las Ideas y sus relaciones. De hecho, las implicaciones prácticas de este camino de descenso aparecen en el mito de la caverna, donde Platón defiende que es necesario que el dialéctico esté dispuesto a descender al mundo sensible y enseñar a los demás a alcanzar el conocimiento de las Ideas.
Pero aunque la Dialéctica sea fácil de explicar es difícil e practicar porque el hombre mientras esté unido a un cuerpo será incapaz de tener una visión certera por los sentidos, las pasiones, los instintos, los deseos… que siempre miran a este mundo material y caduco como única y última realidad. Por ello la Dialéctica se pude practicar después de haber realizado una preparación previa, tanto del alma como del cuerpo, cultivando diversas ciencias, gimnasia para el control o dominio el cuerpo, música para sensibilizar el alma, matemática para levar el pensamiento a seres cada vez más abstractos… Los jóvenes no suelen dominar la dialéctica puesto que, al no dominara su cuerpo, la pueden usar más para satisfacer sus deseos que para buscar la verdad.
Además de la dialéctica, el acceso al mundo de las Ideas (distinto y distante) puede realizarse por medio de la reminiscencia y el amor.
La teoría de la reminiscencia parte de la preexistencia del alma y de su conocimiento de las ideas antes de unirse al cuerpo. Una vez en este mundo, imperfecto, el alma con motivo del conocimiento sensible recuerda (anámnesis) las ideas que antes había contemplado. De esta forma conocer para Platón consiste en recordar. Por su parte, el amor también conlleva un proceso abstractivo similar a la Dialéctica. En su expresión más alta el amor, consiste en una idealización o desmaterialización del objeto amado: lo que comienza como una mera atracción física (en el mundo sensible) puede terminar llevándonos hasta la Idea suprema. Según el diálogo del Banquete, proceso amoroso podría ser descrito del siguiente modo: se comienza amando un cuerpo bello, de ahí se pasa al amor por la belleza del alma de la persona amada. A partir de aquí se ama todas las almas bellas, hasta llegar a la Idea de belleza, y de ésta a la Idea suprema. El amor sería una forma de ir ascendiendo por diversos grados o escalones, desde lo concreto hasta lo más abstracto, pudiéndose llegar incluso a la Idea de Bien. Así queda reservada una vía emocional y experiencial, un modo de acceso a las Ideas para aquellos que quizás no pueden conocerlas de un modo intelectual.
. (Mito de la caverna y símil de la línea)
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